MADRE PROLETARIA- JOSE DE MOLINA
POR QUE NO QUEREMOS LA IGUALDAD
CON EL HOMBRE, QUEREMOS LA LIBERTAD DE AMBOS¡.
Mamá Anarquía.
Para mi madre Anarquía.
Mujer hermosa y revolucionaria
Que acariciaste mis sueños
En tu vientre por 9 meses
Mis primeras caricias recibidas
Fueron de tus manos luchadoras
Que tus besos cálidos
Fueron el principio de mi batalla
La máxima revolución
Fue hacerme pensar libremente
Y entre tus brazos
Supe lo que era la insumisión
Tus labios llenos de palabras
Me enseñaron a usar los míos como fusil
Tus ojos transparentes
Llenos de emociones
Me enseñaron a ver todo con libertad.
Oír tu corazón palpitante me enseño
A guiarme siempre con la verdad
Me mostraste primeras letras
Incitando mi rebeldía
Me enseñaste a pensar
Provocando desobediencia en mi
Tu amor incendió mi ser
Sabiendo que amar mi ideal era un deber
Viendo tu sonrisa entendí
Que vine para ser libre y feliz
Madre Anarquía eres
Porque tu vientre no sabe de sumisión
Mamá Anarquía eres
Porque tus brazos no saben de agobio
Madre Anarquía siempre serás
Porque tu amor lleva a la felicidad
Mamá Anarquía y rebeldía
Porque luchas, porque sonríes
Porque tu amor nos hace libres.
LA MUJER
LIBRE, Emma Goldman
“El gran defecto de la emancipación en la actualidad estriba en su inflexibilidad artificial y en su respetabilidad estrecha, que produce en el alma de la mujer un vacío que no deja beber de la fuente de la vida. En una ocasión señalé que parece existir una relación más profunda entre la madre y el ama de casa del viejo estilo, aun cuando este dedicada al cuidado de los pequeños y a procurar la felicidad de los que ama, y la verdadera mujer nueva, que entre esta y el término medio de sus hermanas emancipadas. Las discípulas de la emancipación pura y simple pensaron de mí que era una hereje digna de la hoguera. Su ceguera no les dejo ver que mi comparación entre lo viejo y lo nuevo era simplemente para demostrar que un gran número de nuestras abuelas tenían más sangre en las venas, mas humor e ingenio, y, por supuesto, mucha más naturalidad, buen corazón y sencillez, que la mayoría de nuestras profesionales emancipadas, que llenan los colegios, aulas universitarias y oficinas. Con esto no quiero decir que haya que volver al pasado, ni que condene a la mujer a sus antiguos dominios de la cocina y los hijos.
La salvación esta en el avance hacia un futuro más brillante y más claro. Necesitamos desprendernos sin trabas de las viejas tradiciones y costumbres, y el movimiento en pro de la emancipación de la mujer no ha dado hasta ahora más que el primer paso en esa dirección. Hay que esperar que se consolide y realice nuevos avances. El derecho al voto y la igualdad de derechos civiles son reivindicaciones justas, pero la verdadera emancipación no comienza ni en las urnas ni en los tribunales, sino en el alma de la mujer. La historia nos cuenta que toda clase oprimida obtuvo la verdadera libertad de sus señores por sus propios esfuerzos. Es preciso que la mujer aprenda esa lección, que se de cuenta que la libertad llegara donde llegue su capacidad de alcanzarla. Por consiguiente, es mucho más importante que empiece con su regeneración interior, que abandone el lastre de los prejuicios, de las tradiciones y de las costumbres. La exigencia de derechos iguales en todos los aspectos de la vida profesional es muy justa, pero, después de todo, el derecho más importante es el derecho a amar y ser amada. Por supuesto, si la emancipación parcial ha de convertirse en una emancipación completa y autentica de la mujer, deberá acabar con la ridícula pretensión de que ser amada, convertirse en novia y madre, es sinónimo de esclava o subordinada.
Tendrá que terminar con el estúpido concepto del dualismo de los sexos, o de que el hombre y la mujer representan dos mundos antagónicos.
La mezquindad separa y la libertad une. Seamos grandes y desprendidas y
no olvidemos los asuntos vitales, agobiadas por las pequeñeces. Una idea
verdaderamente justa de la relación entre los sexos no admitirá los conceptos
de conquistador y conquistada; lo único importante es darse a sí mismo sin
límites para encontrarse más ricx, más profundx y mejor. Solamente eso puede
llenar el vacío y transformar la tragedia de la mujer emancipada en una alegría
sin límites.”
MUJER, DIOS Y PATRIA - Luisa Bustencio
Periódico
Verba Roja. Chile 1920. Mujeres anarquistas del 1900
Cuando estaba sujeto al yugo maternal, se me impartían ciertas enseñanzas y algunos consejos, entre los cuales recuerdo este: "La madre debe entregar sus hijos a la patria para que sostenga su honor y defienda su integridad". En el colegio, otra mujer con el título de profesora, siguió enseñándome deberes, ocultándome la verdadera noción de las cosas, para atrofiar mi cerebro con los mitos Dios y Patria: la religión del crimen y el culto de la muerte.
El miedo a lo sobrenatural y la estrofa patriótica,
hábilmente puesta en juego por educacionistas oficiales, extinguieron en mí
todo raciocinio y así como la noche rogaba, transida de miedo para aplacar las
cóleras divinas, los himnos y marchas patrióticas, me embriagaban haciéndome
desear ser madre para brindar mis hijos a la grandeza de la patria.
Hoy la realidad de las cosas y la experiencia adquirida en jornadas de la vida, me han demostrado claramente que en la casa y en la escuela, me educaron para ser un instrumento inconsciente, llamada a perpetuar las injusticias sociales.Emancipada del cura, mi fantasía no se forja fantasmas diabólicos, al contrario, osada y libre, ha comprendido la belleza del ideal libertario, a la realización del cual aporto mi humilde contingente.
Hoy la realidad de las cosas y la experiencia adquirida en jornadas de la vida, me han demostrado claramente que en la casa y en la escuela, me educaron para ser un instrumento inconsciente, llamada a perpetuar las injusticias sociales.Emancipada del cura, mi fantasía no se forja fantasmas diabólicos, al contrario, osada y libre, ha comprendido la belleza del ideal libertario, a la realización del cual aporto mi humilde contingente.
No seré la madre que vea a mis hijos conquistar
laureles con el crimen ni que los ofrezca por holocausto al patriotismo, de ese
engaño que germina en el cerebro de los ignorantes, inculcado por aquellos que
medran con el dinero y la sangre del pueblos. Prefiero verlos lejos de mí,
antes de verlos arrastrados en los pudrideros llamados cuarteles, muñecos de la
disciplina, se convierten en "asesino" de sus semejantes y sostienen
con la punta de sus bayonetas a esta sociedad injusta y criminal.
¡Madres! Seguid mi ejemplo: se os repite Dios y Patria, pues ni Dios ni Patria; porque ambos han sido inventados por tiranos para esclavizar a los pueblos; en cuanto a vuestros hijos, educadlos en la escuela racionalista para que mañana combatan por la revolución social."
EL DÍA DE
LA MADRE: UNA IMPOSICIÓN COMERCIAL, BURÓCRATA Y REACCIONARIA...
“Todos los condicionamientos a los que somos sometidas nos hacen una
encerrona: debes ser madre. La maternidad es constitutiva de nuestra identidad,
las mujeres nos definimos y realizamos a través de ella. Es el espacio elegido
por el sistema patriarcal para restringir la creatividad y el poder de las
mujeres
(Rich, 1983: 307).
Más allá de la biología, “…la maternidad es el conjunto de hechos de la
reproducción social y cultural, por medio del cual las mujeres crean y cuidan,
generan y revitalizan, de manera personal, directa y permanente durante toda la
vida, a los otros, en su sobrevivencia cotidiana y en la muerteӍ
(Lagarde, 2006: 248).
La esquizofrenia social: La madre
sacralizada pero abandonada a su suerte.
Vidas sobreexigidas
y sobrecargadas, niñas jugando a ser adultas, niñas y mujeres adiestradas
en la feminidad-maternidad, espacio reducido dedicado al cuidado rutinario de
los/as otros/as a costa del olvido de sí misma.
Se instala un discurso social ambivalente que, por un lado, sacraliza la maternidad y, por otro, es impuesto como destino que debe ser asumido aún con sacrificio y en contra de la voluntad de las mujeres.
Parirás con dolor y apechugarás a toda costa es la consigna que las
mujeres encarnan todos los días. La sacralización habla de la sujeción del
proyecto vital propio a la necesaria perpetuación de la especie. (Maira, Molina
y Santana, 2008).Es en el mes de mayo, que celebra el Día de la Madre, cuando
nuestra sociedad entra en una especie de trance y la mujer pasa a ser un
personaje venerado cuyo atributo es ser el pilar emocional del mundo. Invade la
necesidad de agradecer a la madre. ¿Qué se agradece? El sacrificio, la
abnegación, la incondicionalidad. Si la madre particular no fue “buena”, de
igual forma le corresponde el reconocimiento porque es parte del ritual
simbólico. La Madre genera una ambivalencia enfermiza que transita entre el
agradecimiento y la culpa, sentimientos que son canalizados por la avalancha
publicitaria, donde la política pública también tiene un sitial.
Recordemos que el año 2009, el gobierno de Chile lanzó un disco creado por la
Subsecretaría de Previsión Social, con motivo de la entrada en vigencia del
Bono por Hijo, como “un reconocimiento de la Reforma Previsional a las madres
de Chile”. El CD, que lleva como título “Canciones para mamá. Chile reconoce
tus esfuerzos, dedicación y compromiso”, incluye una variedad de temas donde abundan
las odas a la madre sacrificada y abnegada, asexuada por supuesto, y desprovista
de méritos que no correspondan al rol; canciones de perdones y arrepentimientos
–“Lo siento”, por Andrea Tessa; “Madre mía”, de DJ Méndez, donde pide perdón
por sus excesos–; canciones como “Mujer” donde la persona-mujer se funde en la
madre, interpretada por Douglas, entre otros. Al mismo compás, aparece una
propaganda de La Polar, que ratifica el sentido social primordial de las mujeres
“en el día de la madre… a todas las mujeres de verdad”. Son sólo algunos
ejemplos de las infinitas formas en que se ejerce la violencia simbólica contra
las mujeres.
La otra cara de la moneda la viven las mujeres todos los días. Mientras Chile se empapa de patriotismo en el mes de septiembre, una niña de 17 años vive una situación desesperada en Quilpué: tuvo gemelos, está sola, débil y desnutrida.El embarazo adolescente y de niñas ilustra el cinismo del discurso que ensalza la maternidad. La prensa informa indolente que una niña de 11 años fue mamá, que otra de 14 acaba de tener trillizos… las cifras oficiales reconocen que la fecundidad entre las adolescentes y niñas está creciendo más que en otros rangos de edad 24 y estudios nos recuerdan que es un problema asociado a la pobreza, ya que una joven de Cerrillos tiene 35 veces más posibilidades de ser madre antes de los 14 que una que resida en Vitacura (Molina, Molina y González, 2007). El actor más ausente de esta historia es el padre. Aquí se concreta lo que las mujeres saben con certeza: “la mujer debe apechugar mientras el hombre lo piensa”.
En este contexto, no es raro encontrar a niñas, estudiantes, que ven en
su embarazo la mejor oportunidad para ser reconocidas. La ley las protege,
se debe garantizar su permanencia en el sistema escolar y se ven, súbitamente,
rodeadas de atenciones, cariños y consideraciones especiales en su entorno
social. Este es el mejor ejemplo del efecto perverso que un cambio legislativo
e institucional puede tener, cuando no se hace pensando en la realidad concreta
de las destinatarias y cuando se acompaña de un discurso ideológico
determinado, en este caso el de la maternidad. Así, las mayores facilidades
para las niñas embarazadas implementadas en el sector educacional y de salud,
principalmente, lejos de desincentivar el embarazo precoz, paradojalmente, lo
promueven. El aborto es otra de las experiencias de las
mujeres que demuestra el cinismo de nuestra cultura, el castigo social hacia
las que se alejan de la norma y los límites a los que puede llegar el
acatamiento de este mandato.
En las situaciones de embarazos ,24 Según TVN (noticiero 24 horas
emitido el 26 de septiembre de 2009), 36.000 adolescentes menores de 19 años
son madres; 3.500 ya esperan a su segundo hijo y cerca de mil son menores de 13
años.
Cuerpos normados, cuerpos colonizados, cuerpos de mujeres:
En el estrecho margen de la maternidad y heterosexualidad incompatibles con la vida o que ponen en riesgo la salud de las mujeres, vemos cómo son forzadas a continuar a costa de su integridad y cómo también las mujeres aceptan inmolarse por no transgredir su esencia social.
Una sociedad esquizofrénica, que se deshace en alabanzas a la madre –que en realidad remite al imaginario de la virgen-madre– y que, en un mismo movimiento, las margina, castiga y abandona. Las tendencias del mercado laboral son prueba de ello: ¿Por qué se aplauden los programas sociales de apoyo al empleo o la creación de empleos flexibles que ofrecen más trabajo a las mujeres? ¿Por qué se propone ampliar el postnatal sin ni siquiera considerar incorporar a los hombres en el cuidado de la prole? Todas estas reformas perpetúan la ideología de la maternidad y usufructúan de ella para generar mano de obra barata. Recogiendo la idea de Sonia Montecino, si bien las mujeres están viviendo procesos de transformación de la identidad basada en la maternidad, al traspasar el espacio asignado de lo privado, no sucede lo mismo con la paternidad. Y las mujeres, al ocupar espacios que no le son propios, lo hacen en plena orfandad, pues no tienen modelos y no son bienvenidas.
En el estrecho margen de la maternidad y heterosexualidad incompatibles con la vida o que ponen en riesgo la salud de las mujeres, vemos cómo son forzadas a continuar a costa de su integridad y cómo también las mujeres aceptan inmolarse por no transgredir su esencia social.
Una sociedad esquizofrénica, que se deshace en alabanzas a la madre –que en realidad remite al imaginario de la virgen-madre– y que, en un mismo movimiento, las margina, castiga y abandona. Las tendencias del mercado laboral son prueba de ello: ¿Por qué se aplauden los programas sociales de apoyo al empleo o la creación de empleos flexibles que ofrecen más trabajo a las mujeres? ¿Por qué se propone ampliar el postnatal sin ni siquiera considerar incorporar a los hombres en el cuidado de la prole? Todas estas reformas perpetúan la ideología de la maternidad y usufructúan de ella para generar mano de obra barata. Recogiendo la idea de Sonia Montecino, si bien las mujeres están viviendo procesos de transformación de la identidad basada en la maternidad, al traspasar el espacio asignado de lo privado, no sucede lo mismo con la paternidad. Y las mujeres, al ocupar espacios que no le son propios, lo hacen en plena orfandad, pues no tienen modelos y no son bienvenidas.
Resistencias y transgresiones de las mujeres
La mujer que desafía los imperativos de la feminidad se enfrenta a condenas, ostracismos, desprecios, ataques. Puede verse enfrentada a la muerte biológica o social. A pesar de ello, las mujeres se resisten, se rebelan y transgreden el espacio de la maternidad.
La mujer que desafía los imperativos de la feminidad se enfrenta a condenas, ostracismos, desprecios, ataques. Puede verse enfrentada a la muerte biológica o social. A pesar de ello, las mujeres se resisten, se rebelan y transgreden el espacio de la maternidad.
Las mujeres que por opción no son madres, y que lo deciden sin mediar un
embarazo, ya no son objeto de castigos corporales como lo fueron las mujeres no
casadas o sin hijos que eran torturadas y asesinadas por brujas, pero aún son
señaladas como fenómenos extraños, que suscitan la curiosidad y la necesidad de
“comprender” las razones de tal decisión. Llega un momento de sus vidas en que
tienen que definirse y entregar al mundo una explicación.
No pasa esto con los hombres, no significa socialmente un hombre “no
padre” o “sin hijos”. Otras renegadas del eterno femenino son las malas madres.
Madres egoístas, abandonadoras, severas y rígidas, descariñadas, distantes,
marcan la infancia y juventud de las mujeres que han forjado su vida a punta de
renuncias y deberes, y marcan también la valoración de sí mismas y de las
mujeres, reforzando la rivalidad con la que hemos sido socializadas. La
ausencia del padre, si bien marca, es algo posible en el imaginario. Parece
increíble lo común que es la experiencia dolorosa de las mujeres con la madre.
Lo que oculta
el 10 de mayo
Proceso
Ahora que cientos de oficinas públicas y privadas festejan el Día de la Madre, vale la pena recordar cómo surgió la celebración del 10 de mayo, y así tener una pista sobre qué significa hoy su desmedido festejo. En 1982 la SEP publicó, en su colección Memoria y Olvido, la investigación de Marta Acevedo que muestra que en nuestro país la instauración del Día de la Madre estuvo vinculada a una intervención conservadora.
El proceso social yucateco, generado por la Revolución Mexicana, alienta un movimiento feminista que realiza su primer congreso en Yucatán en 1916. Entre otras cosas, se discute la maternidad, planteándose la necesidad de libre elección y aconsejando a las mujeres cómo evitar embarazos no deseados mediante el método anticonceptivo de Margaret Sanger.
A principios de 1922, cuando comienza a gobernar Felipe
Carrillo Puerto, se realizan varios actos públicos de la Liga Central de
Resistencia del Partido Socialista del Sureste. Grupos de feministas hablan por
todo el estado sobre la emancipación de la mujer y sus derechos. Las
conferencias son traducidas al maya y se establecen comités feministas en
varios lugares. No tardan las críticas al pueblo yucateco, en especial a sus
mujeres: Entre marzo y abril de 1922 varios periódicos locales emprenden una
campaña contra las feministas y sus propuestas “inmorales” para regular la
procreación.
En este contexto, Excélsior retoma la
celebración estadunidense del Día de la Madre y convoca a un festejo similar,
con el apoyo decidido de Vasconcelos –entonces secretario de Educación
Pública–, el arzobispo primado de México, la Cruz Roja y las Cámaras de
Comercio. Las propuestas feministas de que la maternidad sea elegida quedan
enterradas bajo la avalancha propagandística. De 1922 a 1968, todos los 10 de
mayo Excélsior organiza festivales donde premia a las madres más prolíficas, a
las más heroicas, a las más sacrificadas.
También surge de Excélsior la iniciativa, en 1927, de
construir un Monumento a la Madre, que el presidente Miguel Alemán inaugura en
1949 y que hoy es sitio de arranque de las manifestaciones feministas.
¿Qué encubre hoy el torrente discursivo y
comercial del 10 de mayo? Por lo pronto, promueve la idea tradicional de la
maternidad como un amor incondicional, que implica gran abnegación. Este mito
recoge cuestiones reales –las madres sí suelen ser amorosas, generosas y
abnegadas–, pero también encubre aspectos negativos o contradictorios del
ejercicio maternal.
Atrás de la imagen de la “madrecita santa”
encontramos a madres agotadas, hartas, golpeadoras, ambivalentes, culposas,
inseguras y deprimidas. El mito encubre los descuidos, aberraciones y
crueldades que muchas madres –sin duda víctimas a su vez– ejercen contra sus
hijos.
Pero, sobre todo, la hipervaloració n social de las mujeres
como madres y el nivel de gratificación narcisista que alienta dificultan que
ellas mismas vean ese “trabajo de amor” como una labor que requiere ser
compartida y contar con apoyos sociales.
La capacidad femenina de gestar y parir es
considerada socialmente como la “esencia” de las mujeres. Por lo tanto, las
labores de cuidado de los seres humanos se ven como una cuestión que les
corresponde “naturalmente” a ellas. La maternidad es un trabajo entretejido con
la afectividad que recibe la mujer a cambio de dosis más o menos elevadas de
gratificación psíquica y de poder en el campo interpersonal de la familia y la
pareja. Sin embargo, su desempeño es desgastante y puede llegar a ser
enajenante. La familia es el lugar del trabajo no reconocido de las mujeres, en
su mayoría madres.
La responsabilidad de las mujeres por este
espacio privado limita su participación pública, sea laboral o política. Aunque
se declara que la familia tiene superioridad moral sobre cualquier otro ámbito
público, es evidente que no se prioriza políticamente a las familias con
medidas que verdaderamente concilien el ámbito laboral con el doméstico: los
horarios escolares no son compatibles con los laborales, escasean las
guarderías, no hay servicios de cuidado para ancianos, ni lavanderías y
comedores colectivos.
Cuando se habla de la maternidad sólo en
términos de “destino sublime” se olvidan las horas/trabajo que implica; cuando
se elogia la abnegación, se dejan de lado las privaciones que suelen acompañar
el trabajo de crianza. Por otra parte, las embarazadas no consiguen empleo, las
parturientas son maltratadas en los hospitales y las madres no cuentan con
opciones de cuidado para sus hijos y familiares dependientes (discapacitados,
enfermos o ancianos), lo que las limita laboral y cívicamente, además de
cargarlas con el desgaste físico y emocional que supone atender solas a esos
dependientes. Este trabajo de cuidado de los demás subordina socialmente a las
mujeres y tiene consecuencias restrictivas en el ejercicio de su ciudadanía y
su participación política.
El despliegue retórico del 10 de mayo echa una
cortina de humo sobre la poca importancia real que se otorga a este laborioso,
complejo y determinante trabajo. Y mientras la mayoría de las mujeres se
conforma con la rosa roja o el regalito, las feministas seguimos insistiendo en
leyes y medidas que descarguen a las mujeres de la atención de sus
dependientes.
Por un mundo donde quepan muchos mundos y
amores.
¡NO HAY LIBERTAD POLÍTICA SINO HAY LIBERTAD
AMOROSA Y SEXUAL!
Fuentes:
DIANA MARINA NERI ARRIAGA.
http://libertariayf
eminista. blogspot. com
http://lunapenelope .hi5.com
http://www.radiomen
teabierta. com/lacasa/
X Martha Lamas
Día de la Madre en MéXico: la festividad que Excélsior inventó para luchar contra el feminismo
El día de la madre es en México la fiesta no oficial más importante luego de la Navidad. Nada se compara a este ritual social que provoca aumentos salvajes del consumo y grandes celebraciones familiares. Pero la inciativa del fundador de Excélsior, Rafael Alducin, de conmemorar a la madre mexicana en 1922 fue un reaccionario invento contra el socialismo y la planificación familiar. Una triste historia fundacional contada por Ismael Flores en Vivir México.
La historia negra detrás del Día de la Madre / Ismael Flores.
Rafael Alducin,
conservador poblano y fundador de Excélsior: inventor del día de la Madre en
México
Ayer se celebró entre la alharaca acostumbrada el Día de la Madre, tradicionalmente mercantilizado como “la celebración para lareina del hogar”. Por un día al año, se reconoció el esfuerzo en una reunión donde se les colmó de regalos y, si tuvieron suerte, se les cocinó o se les llevó a comer. Hoy todo regresó a la normalidad, y muchas de ellas despertaron para lavar los trastes de la comida “en su honor”.
¿Qué se oculta detrás
de esta celebración? Por desgracia, una historia negra de represión.
El Día de la Madre fue
introducido en nuestro país durante el siglo pasado por iniciativa del entonces
Secretario de Educación Pública José Vasconcelos y el
periodista Rafael Alducin, fundador
del diario Excélsior. Celebrado por primera vez el 10 de mayo de 1922, su
introducción e institucionalización en el calendario oficial respondió a los
esfuerzos por contrarrestar
la campaña de planificación familiar que el
profesor José de la Luz Mena, miembro del Consejo de Educación Pública,
había iniciado en Yucatán.
La celebración, originalmente concebida en 1870 en Estados
Unidos por la sufragista y pacifista Julia Ward Howe,
era una respuesta
pacífica contra la Guerra Civil norteamericana, creada a partir
la famosa Mother’s day proclamation, un himno que llama a las madres a levantar la voz contra
las atrocidades de la vida cotidiana y la guerra:
Arise, then, women of
this day!
Arise, all women who have hearts,
Whether our baptism be of water or of tears!
Say firmly:
“We will not have great questions decided by irrelevant agencies,
Our husbands will not come to us, reeking with carnage, for caresses and applause.
Our sons shall not be taken from us to unlearn
Arise, all women who have hearts,
Whether our baptism be of water or of tears!
Say firmly:
“We will not have great questions decided by irrelevant agencies,
Our husbands will not come to us, reeking with carnage, for caresses and applause.
Our sons shall not be taken from us to unlearn
La historia y los
órganos (fálicos) de
poder le
retiraron el apellido a la conmemoración que rabiosamente
instauró Julia
Ward, pues de ser un llamado a las madres por la paz (a
través de la adquisición de su derecho al voto, a la equidad y participación
ciudadana), se convirtió en una celebración
a la madre, a secas, del status quo de la mujer; tal y como nos llegó a
México a través de una campaña
publicitaria en el diario Excélsior.
El día de la madre
nació para defender a la mujer católica (Foto felixtubio.blogspot.com)
El 10 de mayo de 1922 en las primeras planas de dicho periódico, Rafael Alducin “alertó” a los mexicanos de lo peligrosas que resultaban las ideas “ajenas a nuestra moral social”, refiriéndose específicamente a la campaña de planificación familiar iniciada en Yucatán por el profesor José de la Luz Mena que buscaba difundir entre la población un folleto llamado La Brújula del Hogar escrito por Margaret Sanger, pionera del movimiento feminista del control de la natalidad, y en cuyo texto orientaba a las mujeres sobre las decisiones que las mujeres podían tomar sobre su cuerpo y vida evitando embarazos no deseados.
Yucatán, ante la
mirada atónita del gobierno central, vivía tiempos de renovación que no pudieron
ser entendidos más que como un
peligro para la nación. Con el ascenso al poder de Felipe
Carrillo Puerto —fundador de la agrupación que más tarde sería el Partido Socialista del Sureste— en
dicha entidad comenzaron a existir reformas incómodas para el gobierno central,
tales como lapromulgación
de la ley del divorcio, la educación sexual, el apoyo a los
grupos feministas y la oposición
a espacios por tradición exclusivamente masculinos, como las cantinas y los
burdeles.
El folleto de Margaret Sanger fue la
gota que derramó el vaso y desde el centro del país comenzó la campaña de defensa de los auténticos valores mexicanos.
(Cualquier parecido con la
historia del “Día —blanquiazul— de la familia” no es mera coincidencia).
En el libro de Marta
Acevedo, Memoria
y olvido: imágenes de México, se rescatan algunos fragmentos del
texto de Rafael
Alducin, donde se da banderazo a la conmemoración de este día:
Hoy, que en el
extremo meridional del país se ha venido emprendiendo una campaña suicida y
criminal en contra de la maternidad, cuando en Yucatán elementos oficiales no
han vacilado en lanzarse a una propaganda grotesca, denigrando la más alta
función de la mujer que no sólo consiste en dar a luz sino en educar a los
hijos que forma su carne, es preciso que la sociedad entera manifieste, con una
fórmula banal si se quiere, pero profundamente significativa, que no hemos
llegado de ninguna manera a esa aberración que predican los racionalistas
exaltados, sino que lejos de ello, sabemos honrar a la mujer que nos dio vida.
Y con esta mentada de madre dio inicio
la festividad que 10 de mayo se conmemora: la visión tradicional de la madre abnegada,
parturienta y dolorosa.
A la celebración de
1922 se sumaron la
Iglesia Católica, las
damas de la Cruz Roja y los medio de comunicación de la época,
como los cines y teatros, abriéndole terreno a los comerciantes capitalinos que
conscientes de la situación comenzaron a promocionar “un regalito para celebrar
a mamá”. Poco importó que en Mérida, se llevaran acabo acciones sorprendentes que incluso hoy causarían
resquemor en varios sectores de la población mexicana,
tales como las Conferencias Culturales de la Liga Central de Resistencia del Partido
Socialista del Sureste donde se tocaban temas como:
·
Profilaxis
·
Prevención
de enfermedades venéreas
·
Relaciones
familiares y jurídicas
·
La
disciplina sindicalista
·
Los
cuestionamientos sobre la implantación en los pueblos de la escuela
Racionalista.
·
Análisis
de los beneficios de los “matrimonios naturales” y del “amor libre”, insistiendo en que su práctica no destruía el
hogar.
·
La
emancipación de la mujer
·
Los
derechos de la mujer
De ahí para acá, la
celebración de este día como esclerotización
del movimiento feminista ha rendido frutos y se ha
materializado en el Monumento
a la madre, construido en la ciudad de México en 1932 —también
por iniciativa del diario Excélsior—, entre otras disposiciones legales que
perpetúan el rol tradicional donde ser madre es obligación para que una
mujer se pueda describir como tal, perpetuando sistemas económicos como la doble jornada (madre
que después de trabajar, tiene que atender a sus hijos sin apoyo de la pareja)
o la violencia
económica (donde a la mujer se le oprime a través de darle
o no dinero y prohibiéndole trabajar).
Celebrar y reconocer
a la madre es fundamental y necesario. Pero celebrar su posición de reina-esclava de la casa, el
modelo deMarga
López en Cuando
los hijos se van, y la opresión que sufre como mujer al volverse un
idolillo etereo, un santa, una diosa sin necesidades y que se desboca por la
familia… eso creo, no es digno de se celebrado.
¿Y ustedes ya lavaron
los platos, o dejaron que su mamá los lavara después de la comida en su
“honor”? ¿Los lavarán el resto del año, o volverán a sentir el ardor del jabón
hasta el 2017?
LA NUEVA
MUJER.
El
razonamiento que el Novus Ordo Seclorum impone a la mujer
puede expresarse de la siguiente manera:
"Mujer,
has estado sometida a mi poder cruel durante siglos. Lo que ahora necesito para
concluir mi plan es que digas ser libre y feliz bajo ese sometimiento. Durante
milenios trabajaste como mujer, ahora te obligaré a que trabajes en las mismas
corporaciones, fábricas y oficinas donde se embrutecen los hombres. A esta
obligación la llamarás "inserción en el mercado laboral". Estarás
obligada a trabajar el doble para mi, y a esta obligación creerás elegirla
libremente y la llamarás "tu derecho".
De la misma
manera, durante siglos te traté como una mera hembra para tener descendencia;
ahora ni para eso me servirás. Si antes te usaba para el fin de tener hijos,
ahora te usaré para el mero medio de concebirlos. Sólo servirás para saciar mi
sexo estéril, para satisfacer mi lujuria, para saciar mi hediondo deseo.
A través de
ese deseo, venderé mis productos por medios publicitarios. Te valoraré en la
medida en la que me sirvas para mi placer, y te valorarás a ti misma en la
medida en la que seas útil para ello: adelgaza, opérate, disfrázate,
liposucciónate, silicónate, píntate, exponte, finge sonreír, finge placer,
finge alegría... mientras seas apta para
la fornicación, te valoraré. Después serás despreciada, y tan sólo podrás
sobrevivir trabajando como un hombre, pensando como un hombre, siendo un
hombre. A este final estadio de tu esclavitud le llamarás "liberación de
la mujer" y llegarás a estar convencida de que es tu verdadera identidad
conquistada por derecho propio.
SOBRE NIÑOS Y MADRES "LIBERADAS".
¿La liberación de la mujer ha sido un engaño? Los libros que
hablan de la liberación de la mujer los han escrito mujeres periodistas,
mujeres escritoras, abogadas… mujeres que trabajan y se realizan. Nadie se
realiza fregando escaleras, ni metiendo sardinas en una lata, o atendiendo en
un supermercado. Eso de la realización con el trabajo es un mito creado por
gente que tiene muy buenos trabajos. El trabajo no sirve para realizarse, sino
para pagar facturas, te realizas con otras cosas. Incluso yo, que tengo un buen
trabajo, no me realizo ni como pediatra ni escribiendo libros, yo me realizo
como padre y como persona. Hemos llegado al absurdo de que la mujer que se
queda en casa es una maruja, mientras que la mujer que friega la casa de otra
es una mujer realizada. ¡Si es fregar igual! Me da la impresión de que a la
mujer se le ha engañado con eso. La mayoría de los trabajadores lo que quiere
es dejar de trabajar; mira qué cara se les ha puesto cuando han dicho que iban
a alargar la edad de jubilación.
¿La liberación de la mujer ha sido un engaño? Los libros que
hablan de la liberación de la mujer los han escrito mujeres periodistas,
mujeres escritoras, abogadas… mujeres que trabajan y se realizan. Nadie se
realiza fregando escaleras, ni metiendo sardinas en una lata, o atendiendo en
un supermercado. Eso de la realización con el trabajo es un mito creado por
gente que tiene muy buenos trabajos. El trabajo no sirve para realizarse, sino
para pagar facturas, te realizas con otras cosas. Incluso yo, que tengo un buen
trabajo, no me realizo ni como pediatra ni escribiendo libros, yo me realizo
como padre y como persona. Hemos llegado al absurdo de que la mujer que se
queda en casa es una maruja, mientras que la mujer que friega la casa de otra
es una mujer realizada. ¡Si es fregar igual! Me da la impresión de que a la
mujer se le ha engañado con eso. La mayoría de los trabajadores lo que quiere
es dejar de trabajar; mira qué cara se les ha puesto cuando han dicho que iban
a alargar la edad de jubilación.
La reflexión de un pediatra sobre aquello que los
progresistas hacen llamar la liberación femenina:
-¿La liberación de la
mujer ha sido un engaño?
-Los libros que hablan
de la liberación de la mujer los han escrito mujeres periodistas, mujeres
escritoras, abogadas… mujeres que trabajan y se realizan. Nadie se realiza
fregando escaleras, ni metiendo sardinas en una lata, o atendiendo en un
supermercado. Eso de la realización con el trabajo es un mito creado por gente
que tiene muy buenos trabajos. El trabajo no sirve para realizarse, sino para
pagar facturas, te realizas con otras cosas. Incluso yo, que tengo un buen
trabajo, no me realizo ni como pediatra ni escribiendo libros, yo me realizo
como padre y como persona. Hemos llegado al absurdo de que la mujer que se queda
en casa es una maruja, mientras que la mujer que friega la casa de otra es una
mujer realizada. ¡Si es fregar igual! Me da la impresión de que a la mujer se
le ha engañado con eso. La mayoría de los trabajadores lo que quiere es dejar
de trabajar; mira qué cara se les ha puesto cuando han dicho que iban a alargar
la edad de jubilación.
En definitiva, la liberación de la mujer solo ha sido una
estafa social para obligarla a producir para el sistema, a costa de sacrificar
su maternidad y su vida familiar, que es presentada como un lastre, algo a
erradicar y solo aceptable en cuanto que aun es necesario para regenerar
continuamente el ejercito de esclavos/productores, de los que por supuesto,
deben desembarazarse lo antes posible, dejándolos además en manos del
sistema/estado para que pueda adoctrinarlos desde su nacimiento hacia el lugar
donde más productivos resulten.
Objectification of Women in Advertising
las personas crecen pensando que su apariencia es más importante que lo que sienten, lo que son o pueden ser y hacer.
¿Qué ocurriría si los medios de comunicación y las grandes marcas usasen sus esfuerzos en cambiar hacia un mundo mejor, en lugar de querer cambiarnos a las mujeres? como si no fuésemos ya lo suficientemente perfectas!
para subtitulos en españos: herramientas, subtitulos, traduccion atumática, español
REACCIONA
Un vídeo que a pesar de tener unos años no pasa de moda, muy al contrario cada vez resulta más actual.
Porque cada vez, nos controlan más y nos vigilan más, aunque cada vez encontramos más natural que nos graben, que nos registren, que nos interroguen, que nos observen... por nuestra seguridad, por nuestro bien... renunciamos a nuestra intimidad -No tenemos nada que esconder-
-¿Pero y ellos, porqué no sabemos nada de ellos?
Solo que están ahí, siempre están ahí.
La opción que falta ... SOBERANÍA ALIMENTARIA
LA JUSTICIA ITALIANA DETERMINA QUE ROBAR COMIDA NO ES DELITO SI ES POR NECESIDAD.
Robar por
hambre
La noticia saltó el pasado 3 de
mayo en varios medios de comunicación cuando el tribunal de casación italiano
-el equivalente transalpino al Tribunal Supremo español- absolvió a
una persona sin hogar al considerar que el robo de comida por necesidad no
debería ser considerado un delito, a pesar de que en una instancia inferior
fue condenado a seis meses de prisión por un hurto en un supermercado, según
destaca Infolibre.
El ucraniano Roman Ostriakov intentó
robar queso y salchichas de un supermercado de Génova en 2011. En total,
los productos estaban valorados en 4,07 euros, lo que le costó
inicialmente una pena de medio año de cárcel y 100 euros de multa. Según
informa el Diario ABC, Roman
solo había pagado un paquete de colines, escondiendo lo que había robado.
Pero fue retenido antes de salir del supermercado Ecom, en el barrio San
Fructuoso de Génova. Fue denunciado por un cliente, que advirtió a los
vigilantes. Roman Ostriakov, nacido el 6 de agosto 1980, había cometido
anteriormente robos análogos.
El Tribunal ha decidido que “la condición del
imputado y las circunstancias en las que ha sucedido la apropiación de la
mercancía demuestran que él se hizo con un poco de alimento para afrontar una
inmediata e imprescindible exigencia de alimentarse, actuando por lo tanto en
estado de necesidad”. Por estas razones, ha sido absuelto
y las sentencias de primer y segundo grado anuladas, informa El Periódico.
Numerosos bufetes de abogados se preguntan ahora si
el Supremo ha actuado “por espíritu humanitario, rompiendo
el rigor de la ley” o bien “siguiendo una lógica de aplicación
de las normas”. Otros consideran que el alto tribunal ha sobrepasado “una
frontera peligrosa”.
El País, añade que el presidente de la
asociación de consumidores Codacons,
Carlo Rienzi, celebró la sentencia y alertó de que “en los últimos años de la
crisis económica ha aumentado considerablemente el número de ciudadanos” que se
ven obligados a robar para llegar a fin de mes. “El Supremo ha establecido un
principio sacrosanto: un pequeño robo por hambre no es en modo alguno
equiparable a un gesto de delincuencia porque la exigencia de alimentarse
justifica el hecho”, consideró en un comunicado.
Mientras tano en México:
¿Es delito robar si es por necesidad? La pregunta puede
abrir un interesante debate ético al respecto. En México, por ejemplo, se
calcula que existen más de 7 mil hombres y mujeres que están recluidos en la
cárcel por haber robado algo para comer.
Según informa la Reporte Indigo el 97 por ciento de las
procesos penales que se instruyen contra presos que cometieron el delito de
robar alimentos, son acusados por alguna de las tiendas que pertenecen a la
Asociación Mexicana de Tiendas Departamentales y de Autoservicio (AMDA), una
asociación que mantiene una política inflexible, que no permite otorgar el
perdón legal contra los usuarios que sustraen alimentos de sus instalaciones.
UNA REFLEXIÓN DE PORQUÉ ES MÁS DIGNO ROBAR QUE
DEJARSE EXPLOTAR.
Del 8 al 22 de marzo de 1905, tiene lugar en la
audiencia de Amiens (Francia) el proceso contra los trabajadores de la noche
detenidos desde 1903, detención que ponía fin a una actividad de tres años con
más de 150 robos en domicilios, hoteles, castillos e iglesias.
La banda que Alexandre Jacob formara con su compañera Rose Roux, su madre Marie Berthou, o algunos otros camaradas se proponía practicar el robo de manera científica –se dividen Francia en tres partes según la red ferroviaria- no como medio de ataque contra el mundo de los poderosos o como perturbación social.
La audiencia de Amiens les condenó a muchos años de cárcel y, a algunos, como a Jacob, a trabajos forzados de por vida. Presentado recurso de casación, Marius Jacob es condenado en Orleans, el 24 de julio de 1905, a veinte años de trabajos forzados, y será deportado al penal de la Guayana francesa, donde permanecerá desde 1906 hasta finales de 1925, tiempo en el que intentará una veintena de evasiones, y pasará años en celdas de castigo.
"Por qué he robado" es el texto de
inculpación que Jacob leyó ante los jueces de la audiencia de Amiens.
Señores: Ahora sabéis quien soy: un rebelde que vive del producto de sus robos Aún más: he incendiado hoteles y he defendido mi libertad contra la agresión de los agentes del poder. He puesto al descubierto toda mi existencia de lucha; la someto, como un problema, a vuestras inteligencias. No reconociendo a nadie el derecho de juzgarme, no imploro ni perdón ni indulgencia. Nada solicito a quienes odio y desprecio. ¡Sois los más fuertes! Disponed de mí de la manera que lo entendáis, mandarme al presidio o al patíbulo, ¡poco me importa! Pero antes de separarnos, dejarme deciros unas últimas palabras.
Ya que me reprocháis sobre todo ser un ladrón, es útil definir lo que es el robo.
Para mí, el robo es la necesidad que siente cualquier hombre de coger aquello que necesita. Esta necesidad se manifiesta en cualquier cosa: desde los astros que nacen y mueren igual que los seres, hasta el insecto que se mueve por el espacio, tan pequeño, tan ínfimo que nuestros ojos pueden apenas distinguirlos. La vida no es sino robos y masacres. Las plantas, los animales se devoran entre ellos para subsistir. Uno no nace sino para servir de pasto al otro; a pesar del grado de civilización, de perfeccionabilidad, el hombre no se sustrae a esta ley si no es bajo pena de muerte. Mata las plantas y los animales para alimentarse de ellos. Rey de los animales, es insaciable. Aparte de los objetos alimenticios que le aseguran la vida, el hombre se alimenta de aire, de agua y de luz. Ahora bien ¿se ha visto alguna vez a dos hombres disputarse, degollarse por estos alimentos? No que yo sepa. Sin embargo son los alimentos más preciosos sin los cuales un hombre no puede vivir. Podemos estar varios días sin absorber substancias por las que nos hacemos esclavos. ¿Podemos hacer igual con el aire? Ni siquiera un cuarto de hora. El agua forma las tres cuartas partes de nuestro organismo y nos es indispensable para mantener la elasticidad de nuestros tejidos. Sin el calor, sin el sol, la vida sería imposible. Luego, cualquiera coge, roba estos alimentos. ¿Se hace de ello un crimen, un delito? ¡Cierto que no! ¿Por qué se reserva el resto? Porque comporta un gasto de energía, una suma de trabajo. Pero el trabajo es lo propio de una sociedad, es decir la asociación de todos los individuos para alcanzar, con poco esfuerzo, el máximo de felicidad. ¿Es ésta la imagen de lo que hay? ¿Se basan vuestras instituciones en una organización de este tipo? La verdad demuestra lo contrario. Cuanto más trabaja un hombre, menos gana; cuanto menos produce, más beneficio obtiene. El mérito no se tiene pues en consideración. Sólo los audaces se hacen con el poder y corren a legalizar sus rapiñas. De arriba debajo de la escala social no hay más que bellaquería de una parte e idiotez de la otra. ¿Cómo queríais que, lleno de estas verdades, respetara tal estado de cosas?
Un comerciante de alcohol o un dueño de burdel se enriquecen, mientras que un hombre de genio va a morir de miseria en un camastro de hospital. El panadero que amasa el pan lo tiene en falta; el zapatero que confecciona miles de zapatos enseña sus dedos del pie; el tejedor que fabrica montones de ropa no tiene con que cubrirse; el albañil que construye castillos y palacios carece de aire en su infecto cuartucho. Aquellos que producen todas las cosas, nada tienen, y los que nada producen lo tienen todo. Tal estado de cosas no puede sino producir el antagonismo entre las clases trabajadoras y la clase poseedora, es decir holgazana. Surge la lucha y el odio golpea. Llamáis a un hombre "ladrón y bandido", le aplicáis el rigor de la ley sin preguntaros si él puede ser otra cosa. ¿Se ha visto alguna vez a un rentista hacerse ratero? Confieso no conocer a ninguno. Pero yo que no soy ni rentista ni propietario, que no soy mas que un hombre que sólo tiene sus brazos y su cerebro para asegurar su conservación, he tenido que comportarme de otro modo. La sociedad no me concedía más que tres clases de existencia: el trabajo, la mendicidad o el robo. El trabajo, lejos de repugnarme, me agrada, el hombre no puede estar sin trabajar, sus músculos, su cerebro poseen una cantidad de energía para gastar. Lo que me ha repugnado es tener que sudar sangre y agua por la limosna de un salario, crear riquezas de las cuales seré frustrado. En una palabra, me ha repugnado darme a la prostitución del trabajo. La mendicidad es el envilecimiento, la negación de cualquier dignidad. Cualquier hombre tiene derecho al banquete de la vida. El derecho de vivir no se mendiga, se toma. El robo es la restitución, la recuperación de la posesión. En vez de encerrarme en una fábrica, como en un presidio; en vez de mendigar aquello a lo que tenía derecho, preferí sublevarme y combatir cara a cara a mis enemigos haciendo la guerra a los ricos, atacando sus bienes... Ciertamente, veo que hubierais preferido que me sometiera a vuestras leyes; que, obrero dócil, hubiese creado riquezas a cambio de un salario irrisorio y, una vez el cuerpo ya usado y el cerebro embrutecido, hubiese ido a reventar en un rincón de la calle. Entonces no me llamaríais "bandido cínico", sino "obrero honesto". Con halago me hubierais incluso impuesto la medalla del trabajo. Los curas prometen el paraíso a sus embaucados; vosotros sois menos abstractos, les ofrecéis papel mojado. Os agradezco tanta bondad, tanta gratitud, señores. Prefiero ser un cínico consciente de mis derechos que un autómata, que una cariátide. Desde que tuve conciencia me dediqué al robo sin ningún escrúpulo. No entro en vuestra pretendida moral que predica el respeto a la propiedad como una virtud mientras que en realidad no hay peores ladrones que los propietarios. Podéis estar satisfechos de que este prejuicio haya calado en el pueblo ya que es vuestro mejor gendarme. Conociendo la impotencia de la ley y de la fuerza, habéis hecho de él el más sólido de vuestros protectores. Pero parad atención; todo tiene un tiempo. Todo lo que se construye por la astucia y la fuerza, la astucia y la fuerza pueden destruirlo. El pueblo evoluciona cada día. Mirad que todos los muertos de hambre, todos los miserables, en una palabra, todas vuestras víctimas, instruidos por estas verdades, conscientes de sus derechos, armados con palancas, no vayan a asaltar vuestros domicilios para retomar las riquezas que ellos han creado y que vosotros les habéis robado. ¿Creéis que serían más desgraciados? Creo que todo lo contrario. Si se lo piensan bien preferirán correr cualquier riesgo antes que engordaros gimiendo en la miseria. ¡La cárcel, el presidio, el patíbulo! Diréis. Pero qué son estas perspectivas comparadas con una vida embrutecida, llena de sufrimientos. El minero que gana su pan en las entrañas de la tierra, sin ver jamás lucir el sol, puede morir de un momento a otro víctima de una explosión de grisú; el pizarrero que deambula por los tejados puede caer y hacerse mil pedazos; el marinero conoce el día de su partida pero ignora si volverá a puerto. Un buen número de obreros cogen enfermedades fatales durante el ejercicio de su oficio, sea agotan, se matan para crear para vosotros; y hasta los gendarmes, los policías, que por un hueso que les dais a roer, encuentran la muerte en la lucha que emprenden contra vuestros enemigos. Obstinados en vuestro estrecho egoísmo permanecéis escépticos ante esta visión, ¿no es así? El pueblo tiene miedo, parecéis decir. Lo gobernamos como el miedo de la represión; si grita lo metemos en prisión; si se mueve, lo deportamos al presidio; si sigue, lo guillotinamos. Mal cálculo, señores, creerme. Las penas que infligiréis no son un buen remedio contra los actos de sublevación. La represión lejos de ser un remedio, un paliativo, no es sino una agravación del mal. Las medidas correctivas no pueden más que sembrar el odio y la venganza. Es un ciclo fatal. Desde que hacéis rodar cabezas, desde que llenáis cárceles y presidios, ¿habéis impedido que se manifestara el odio? ¡Responded! Los hechos demuestran vuestra impotencia. Por mi parte sabía que mi conducta no podía tener otra salida que el presidio o el patíbulo. Y podéis ver que esto no me ha impedido actuar. Si opté por el robo no fue por una cuestión de ganancias sino por una cuestión de principios, de derecho. Preferí conservar mi libertad. Mi independencia, mi dignidad de hombre, que hacerme artesano de la fortuna de un amo. En términos más crudos y sin eufemismo alguno he preferido robar antes que ser robado. También yo repruebo el hecho por el cual un hombre se apropia violentamente y con astucia del fruto del trabajo ajeno. Pero es precisamente por esto que he hecho la guerra a los ricos, ladrones de los bienes de los pobres... También yo quisiera vivir en una sociedad en la que el robo fuera desterrado. No apruebo y no he usado el robo sino como medio de rebelión para combatir el más inicuo de todos los robos: la propiedad individual. Para destruir en efecto hace falta destruir su causa. Si hay robo es porque hay abundancia de una parte y escasez de otra; es porque todo no pertenece más que a unos pocos. La lucha no acabará hasta que todos los hombres pongan en común sus alegrías y sus penas, sus trabajos y sus riquezas; hasta que todas las cosas pertenezcan a todos.
Anarquista revolucionario he hecho la revolución. Venga la Anarquía.
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