EL
"PROBLEMA" DE LA BELLEZA REAL
by Maria M.
Todas
somos mujeres reales y los ideales, sean los que sean, siempre son
perjudiciales.
La industria de la belleza nos trata como
Regina George a Cady Heron.
“Lo más importante es que la identidad de
las mujeres debe apoyarse en la premisa de nuestra belleza, de modo que nos
mantendremos siempre vulnerables a la aprobación ajena, dejando expuesto a la
intemperie ese órgano vital tan sensible que es el amor propio”.
”Una economía que depende de la esclavitud
necesita promover la imagen de la esclava para justificarse a sí misma”.
Naomi Wolf,El mito de la belleza.
En
2004 Dove puso de moda la “belleza real”, llevando a cabo una campaña de
marketing, que continúa en la actualidad, cuyo propósito es, al menos en
teoría, celebrar la belleza natural, haciendo que las mujeres se sientan más
cómodas consigo mismas. Sin embargo, resulta complicado creerse sus buenas
intenciones: la crítica más obvia es que la compañía matriz de Dove es
Unilever, compañía a la que también pertenecen Axe yLynx, famosas ambas por sus
anuncios de marcado contenido sexista. Además, Unilever también produce unproducto
para aclarar la piel y barritas para adelgazar. Después de saber todo esto
resulta complicado creerse que a Dove le pueda interesar nuestra autoestima
para algo más que para aumentar sus beneficios.
Las acciones publicitarias que componen la susodicha campaña de Dove tampoco están exentas de crítica. Aunque hay que reconocer sus esfuerzos por tratar de hacer algo diferente en la industria, lo cierto es que esa reivindicación de la belleza natural resulta en la práctica bastante limitada. La reciente campaña “Dove Real Beauty Sketches”, que se convirtió en viral en muy poco tiempo, muestra a una serie de mujeres (que son en su mayoría jóvenes, blancas y delgadas) describiéndose físicamente a un artista forense que las va dibujando sin verlas. Después son otros los que las describen, y finalmente ellas pueden ver los dos retratos, y las diferencias entre estos, dándose cuenta de lo críticas que son con su apariencia. Además de la escasa diversidad que muestra el anuncio, este califica ciertos rasgos como menos deseables, pues todos los retratos en los que se da por hecho que las mujeres resultan más atractivas las muestran más jóvenes y delgadas de lo que ellas se han descrito. El vídeo termina haciendo referencia al fuerte impacto que tiene la belleza en todos los ámbitos, sin cuestionarse ni una sola vez si esto debería ser así, e insinuando que la culpa de que las mujeres nos juzguemos con tanta dureza es nuestra, y no de una cultura que nos asfixia con ideales imposibles. El caso es que Dove nos dice que somos más guapas de lo que creemos, así que ya podemos darnos con un canto en los dientes e ir a comprar unas cuantas cremas para agradecérselo.
Las acciones publicitarias que componen la susodicha campaña de Dove tampoco están exentas de crítica. Aunque hay que reconocer sus esfuerzos por tratar de hacer algo diferente en la industria, lo cierto es que esa reivindicación de la belleza natural resulta en la práctica bastante limitada. La reciente campaña “Dove Real Beauty Sketches”, que se convirtió en viral en muy poco tiempo, muestra a una serie de mujeres (que son en su mayoría jóvenes, blancas y delgadas) describiéndose físicamente a un artista forense que las va dibujando sin verlas. Después son otros los que las describen, y finalmente ellas pueden ver los dos retratos, y las diferencias entre estos, dándose cuenta de lo críticas que son con su apariencia. Además de la escasa diversidad que muestra el anuncio, este califica ciertos rasgos como menos deseables, pues todos los retratos en los que se da por hecho que las mujeres resultan más atractivas las muestran más jóvenes y delgadas de lo que ellas se han descrito. El vídeo termina haciendo referencia al fuerte impacto que tiene la belleza en todos los ámbitos, sin cuestionarse ni una sola vez si esto debería ser así, e insinuando que la culpa de que las mujeres nos juzguemos con tanta dureza es nuestra, y no de una cultura que nos asfixia con ideales imposibles. El caso es que Dove nos dice que somos más guapas de lo que creemos, así que ya podemos darnos con un canto en los dientes e ir a comprar unas cuantas cremas para agradecérselo.
Hay
muchas más críticas que se pueden hacer a las campañas de Dove, pero lo cierto
es que la compañía no es la única que promueve la idea de la “belleza real”.
Hace un tiempo se hizo famoso un meme en el que se compara una imagen de
Marilyn Monroe con la de una modelo de Victoria’s Secret, y en la que se puede
leer “Que le den a la sociedad. Esto es más atractivo que esto”. Alabamos la
idea de que las mujeres con curvas son más reales que las que no las tienen,
sin darnos cuenta de que lo que estamos haciendo no es más que sustituir un
ideal por otro. Sin darnos cuenta de que el problema reside en la existencia de
un ideal, sea este el que sea.
Y la industria de la moda tiene también, cómo no, su parte de culpa. Se nos vende a las modelos de tallas grandes como la solución al problema. Por fin las “mujeres reales” pueden verse representadas en las pasarelas y en las editoriales de moda. Pero la realidad es muy distinta. La modelo de tallas grandes Robyn Lawley decía en una de sus entrevistas: “Yo tengo una talla normal. Me gustaría que todas pudiésemos ser conocidas como modelos, en vez de como modelos de tallas grandes. Son las modelos delgadas las que deberían ser conocidas como tallas pequeñas”. Pero lo cierto es que Lawley, con su 1’88 de estatura, tiene poco que ver físicamente con la mujer media. La realidad es que la diversidad existente entre las modelos de tallas grandes es tan limitada como entre las de tallas “normales”.
Quizás en vez de empeñarnos en que una industria a la que solo le importamos para hacer dinero valide nuestros cuerpos a base de cosificarlos en sus campañas publicitarias deberíamos empezar a cuestionarnos el valor que se le da a la belleza en sí. ¿Por qué debería importarnos la opinión de compañías cuyo éxito se basa en que nos sintamos inseguras en nuestra propia piel? Compañías que basan su modelo de negocio en que creamos que nuestros cuerpos están llenos de defectos de los que ellas nos pueden librar, y que buscan mantenernos en un perpetuo estado de lucha contra estos. Que nos dicen una y otra vez que nuestra única función es la de resultar atractivas y deseables ante los ojos ajenos. Nos sentimos inseguras porque nos quieren inseguras. Y mientras sigamos aceptando la mentira de que nuestro valor reside en nuestra belleza lo seguiremos estando.
Y la industria de la moda tiene también, cómo no, su parte de culpa. Se nos vende a las modelos de tallas grandes como la solución al problema. Por fin las “mujeres reales” pueden verse representadas en las pasarelas y en las editoriales de moda. Pero la realidad es muy distinta. La modelo de tallas grandes Robyn Lawley decía en una de sus entrevistas: “Yo tengo una talla normal. Me gustaría que todas pudiésemos ser conocidas como modelos, en vez de como modelos de tallas grandes. Son las modelos delgadas las que deberían ser conocidas como tallas pequeñas”. Pero lo cierto es que Lawley, con su 1’88 de estatura, tiene poco que ver físicamente con la mujer media. La realidad es que la diversidad existente entre las modelos de tallas grandes es tan limitada como entre las de tallas “normales”.
Quizás en vez de empeñarnos en que una industria a la que solo le importamos para hacer dinero valide nuestros cuerpos a base de cosificarlos en sus campañas publicitarias deberíamos empezar a cuestionarnos el valor que se le da a la belleza en sí. ¿Por qué debería importarnos la opinión de compañías cuyo éxito se basa en que nos sintamos inseguras en nuestra propia piel? Compañías que basan su modelo de negocio en que creamos que nuestros cuerpos están llenos de defectos de los que ellas nos pueden librar, y que buscan mantenernos en un perpetuo estado de lucha contra estos. Que nos dicen una y otra vez que nuestra única función es la de resultar atractivas y deseables ante los ojos ajenos. Nos sentimos inseguras porque nos quieren inseguras. Y mientras sigamos aceptando la mentira de que nuestro valor reside en nuestra belleza lo seguiremos estando.
ALGUNOS PELIGROS DEL INTERNET DE LAS COSAS QUE TODOS DEBERÍAMOS CONOCER
Marc Goodman, especialista en seguridad Global,
advierte del creciente peligro que tendrá para nuestras vidas la generalización
del “Internet de las cosas”.
Goodman, quien ha trabajado anteriormente como
asesor del FBI, el Servicio Secreto de Estados Unidos y la Interpol, afirma que
los coches podrán ser
hackeados de forma remota con el fin de provocar
accidentes y matar a sus ocupantes:
“Hoy en día, un coche estándar utiliza más de 250
microchips que pueden ser hackeados de forma remota. Alguien puede provocar que
se te dispare el airbag o que el coche frene en seco, desde cualquier lugar del
mundo”
Marc Goodman
Goodman también advierte de que la llegada de las “casas
inteligentes” comportará nuevas oportunidades para vigilar y controlar a la
población.
Los Contadores Eléctricos inteligentes, por
ejemplo, están siendo instalados en todo el mundo.
Cada dispositivo que se conecta a una toma de
corriente tiene su propia firma. Al conectar un televisor Samsung o una
licuadora Hamilton, la toma de corriente sabe lo que se está conectado a ella y
esa información recogida masivamente, servirá para saber a cada segundo qué
estamos haciendo dentro de nuestras casas.
Incluso hay nuevas empresas que están buscando la
manera de analizar las fluctuaciones en el uso de energía para deducir qué
píxeles se están utilizando en nuestro televisor, y sabiendo eso y aplicando
técnicas de ingeniería inversa, solo basándose en la electricidad que
utilicemos, se podrá saber qué programas de televisión estamos viendo a cada
momento.
El Supervisor Europeo de Protección de Datos (SEPD)
advierte que el despliegue de contadores inteligentes permitirá “una masiva
recopilación de datos personales” por parte de las empresas de servicios
públicos y de los gobiernos, que podrán realizar un seguimiento exhaustivo de
lo que “hacemos en la intimidad de nuestros propios hogares: si estamos fuera
de vacaciones o estamos en el trabajo, si alguien utiliza un dispositivo médico
específico o un monitor para vigilar al bebé, o cómo pasamos nuestro tiempo
libre”.
Y eso, simplemente a través de algo aparentemente
tan inocente como el contador de la luz.
Si alguien cree que podrá evitar ese control masivo
vehiculado a través del Internet de las Cosas, simplemente desplazándose a
entornos rurales o remotos, debe saber que por lo visto, tampoco allí nos
libraremos de ser controlados.
Tal y como comentamos en el artículo: LLEGA EL AVANCE QUE
LA HUMANIDAD ESTABA ESPERANDO: OVEJAS CON WIFI, incluso en el
espacio rural se está proyectando el monitoreo total del entorno natural, mediante
sensores en los ríos, los animales de las granjas y posiblemente en las
cosechas, así como en toda la maquinaria agrícola y en todos los procesos de
recolección, cría de animales y procesamiento primario de los productos.
Como vemos, el Internet de las Cosas promete
convertirse en la encarnación del Gran Hermano y en una auténtica esclavitud.
Y es que estamos a punto de caer en una trampa de
la que será muy difícil escapar.
El mecanismo lógico será muy sencillo y se
presentará mediante un modelo de control y negocio que se retroalimentará:
A-CONTROL
Si alguien puede provocar que los coches,
conectados a la red, sean hackeados por terceros (delincuentes, hackers o
terroristas) y con ello poner en peligro la seguridad de los ciudadanos y del
tráfico, eso creará una necesidad creciente de establecer un control exhaustivo
de la red por parte de las autoridades.
Así pues, la primera consecuencia que tendrá el
establecimiento del Internet de las Cosas será, necesariamente: UN MAYOR
CONTROL de toda la red y por lo tanto, un aumento en el espionaje estatal y
corporativo, la violación de la intimidad de las personas y la vigilancia de
todas las actividades de los ciudadanos, bajo el pretexto de luchar contra las
actividades delictivas y la seguridad ciudadana.
Ese exceso de vigilancia, repercutirá a su vez, en
un perfeccionamiento de las prácticas de los ciber delincuentes, hackers y
terroristas, que necesitarán perfeccionar sus habilidades y técnicas para
superar el control de las autoridades.
B-NEGOCIO
Esa necesidad de seguridad ante una ciber
delincuencia cada vez más perfeccionada, generará un amplio volumen de negocio
para las empresas de seguridad cibernética, que se convertirán en
imprescindibles para garantizar el correcto funcionamiento de toda la sociedad,
conectada y dependiente de Internet hasta límites insospechados.
Sin embargo, esas empresas solo podrán sostener su
volumen de negocio y ganar ingentes cantidades de dinero si las amenazas
representadas por los ciberdelincuentes causan efectos periódicos, como por
ejemplo sucede actualmente con los virus que pueden entrar en nuestros
ordenadores domésticos, perjudicando a particulares y empresas.
De ello, es fácil deducir que a dichas empresas de
ciber seguridead, les convendrá que exista un cierto nivel de ciberdelincuencia
y un cierto nivel de inseguridad que garantice que su flujo de negocio sigue
intacto; a la vez, esa amenaza constante a la seguridad que beneficia a las
empresas privadas, repercutirá también en una mayor necesidad de control por
parte de las autoridades, creando pues, una lógica de retroalimentación entre
el control exhaustivo, el perfeccionamiento de la ciber delincuencia y el
negocio de la seguridad.
Así pues, si no somos capaces de cambiar estas
tendencias, nos veremos atrapados en una auténtica trampa, en la que las
fronteras entre los intereses de las empresas privadas de seguridad, las
autoridades y los supuestos ciberdelincuentes, serán extremadamente difusas.
Bienvenidos al mundo del futuro…
CÁSATE Y
SÉ IDIOTA...
No soy nada favorable
a la institución del matrimonio. Cada vez más me parece ilógico que dos
personas tengan que firmar un papel que selle su amor, que se prometan amor
eterno, que se gasten una pasta en vestidos y el evento.
He ido a varias bodas
( por favor, desde aquí pido que nadie me invite nunca más a una, ya no soporto
tanta tradición patriarcal) y esa es la prueba final que una necesita para
darse cuenta de lo tonto que es todo esto: siendo incluso bodas civiles, el
juez o jueza siempre dice “y recordad que el matrimonio es igualdad, no
significa que uno esté por encima del otro”. Excusatio non petita. Es absurdo.
Es una forma que tiene esta sociedad cuadriculada de poner grado al amor. Si te
casas te quieres más y tienes más compromiso con la otra persona. ¡¡ Anda ya!!
Son como, decía El Principito, adultos que necesitan saber cuánto valen las
cosas para ponerle un valor.
Y apareció ese libro,
maravilloso libro, Cásate y sé sumisa.
Pero no os rasguéis
las vestiduras porque la explicación es bien lógica: “Y, entre nosotras,
podemos decirlo: debajo siempre se coloca el que es más sólido y
resistente, porque quien está debajo sostiene el mundo”
Ya estoy más
tranquila. Porque la mujer es quien está debajo, como unos sólidos bloques de
hormigón armado que puede soportar tifones y tempestas. Es la base de la
familia, la base que va a aguantar lo que sea que suceda. Y se supone que esto
ha de ser algo bueno para las mujeres casadas. Claro que sí.
He estado leyendo cosas del libro en Internet, tanto en páginas católica como en laicas, y de verdad, la pena se extiende en el resumen de un libro así. Qué pena que el gobierno ¿no pueda o no quiera? hacer nada contra esto. De qué sirve que se luche contra la violencia de género si se puede publicar en España un libro que hable de sumisión.
He estado leyendo cosas del libro en Internet, tanto en páginas católica como en laicas, y de verdad, la pena se extiende en el resumen de un libro así. Qué pena que el gobierno ¿no pueda o no quiera? hacer nada contra esto. De qué sirve que se luche contra la violencia de género si se puede publicar en España un libro que hable de sumisión.
¿ Sumisión? Yo no soy
sumisa a nadie y menos en la pareja. ¿ De dónde se saca que la mujer deba ser
sumisa a su marido? ¿ En qué cabeza enferma cabe que un ser humano ha de deber
obedIencia a otro ser humano? Muy penoso.
Mucha gente me dice
que me case incluso ha puesto en duda que yo quiera a mi pareja porque no
quiero pasar por el altar. Como comprenderéis a mí me entra por una oreja y me
sale por la otra.
Pero lo triste ya no
es este libro, lo triste es que en mi experiencia, excepto un par de parejas
casadas que conozco, el resto son todas cortadas por el mismo patrón del
matrimonio tradicional. Gente de mi edad, un poco mayor que yo, no importa. La
gente te vende la moto de que sigas la tradición porque el amor es ese
compromiso, no entienden otras formas de vidas, libres y plenas, sin pasar por
firmas. Te dicen que no, que los matrimonios de hoy no son como los de antes,
pero se engañan.
Veo a mujeres
presionadas por maridos antiguos que les exigen tener bien las tareas del
hogar, mujeres que viven a su sombra, bajo su presión.
Veo a maridos ninguneados por
esposas que se creen que lo contrario al machismo es ser una hitler con un
marido al que no sé si aman o es que buscaban tener un esclavo a su servicio.
Me da igual. La gente que conozco se casa y se convierte en Mercedes y Antonio de Cuéntame. Y es así. EllXs no lo ven porque se engañan, se creen que eso es lo normal y lo que hay que hacer, pero no. Hay vida más allá del matrimonio. No lo dudéis.
Me da igual. La gente que conozco se casa y se convierte en Mercedes y Antonio de Cuéntame. Y es así. EllXs no lo ven porque se engañan, se creen que eso es lo normal y lo que hay que hacer, pero no. Hay vida más allá del matrimonio. No lo dudéis.
Y para los más curiosos, sí, hay versión masculina y no
gracias, no quiero que des la vida por mí.
50 SOMBRAS DE GREY
Película NO recomendable: una relación asimétrica y abusiva de acoso, dependencia, intimidación, amenazas, aislamiento y ausencia de respeto, donde la joven es desposeída de sus derechos como mujer, continua leyendo:
explicacion de un psiquiatra
Aldous Huxley - PSICOTERRORISMO
Contra toda autoridad (ESPECISMO)
PARA LOS ANIMALES TODOS LOS HUMANOS SON NAZIS
JACQUE FRESCO esta mierda debe terminar
LA humanidad crea el escenario de su propia extinsión
George Carlin y Bill Hicks lo dijeron como es
El proceso de convertirse en ganado
La Familia es una Institución Capitalista
Contrasistema SKA- P
SOMOS ADICTOS A LA APROBACION EGO
PROTESTANGO - Terroristango
LA RIQUEZA DEL MUNDO LA ACUMULAN UNOS POCOS
Sobre la violaciON
India es un país curiosamente liberal, tanto así que crímenes tan importantes como el acoso y la violación son perdonados y olvidados sin vergüenza. En la actualidad, nuevos casos de violación son reportados cada 22 minutos. ¡En pleno 2015! Es hora de alzar la voz por aquellos que no pueden, puesto que en general, las víctimas son menores de edad. Este video puede parecer extremo, y es que su propósito es hacernos reaccionar:
LO QUE DICE ES IMPORTANTE POR QUE LA CULPA ES DE LA SOCIEDAD CON SUS PREJUICIOS, ES LA SOCIEDAD LA QUE PREPARA EL CRIMEN
Y EL HOMBRE LO EJECUTA.
DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS: DERRIBANDO MITOS
“La necesidad de autoengañarse con respecto a la soledad es mucho más
inmediata y apremiante que la necesidad de autoengañarse con respecto a la
muerte”.
Carlos Fabretti
Esta entrada surge a
partir de la escucha en nuestra labor cotidiana. Amamos patriarcalmente, y eso
produce un sin fin de justificaciones y naturalizaciones que pretendemos
cuestionar.
La tesis desde la que
partimos es que el amor romántico -considerado como el predilecto en occidente:
monogámico, heterosexual y orientado a la procreación- es parte intrínseca de
la subordinación femenina, desde su definición hasta las prácticas que
promueve.
Creemos que el “amor”
tal y como lo concebimos y vivimos, es parte del aparato reproductor de la
desigualdad de género, en tanto organiza las emociones, el deseo, la sexualidad
y los cuerpos.
Como punto de partida,
tomaremos el concepto de socialización diferencial, entendido como el proceso
que se inicia al momento del nacimiento y perdura toda la vida en el que se
interiorizan valores, actitudes, modos de comportamientos y expectativas en
función del género. A pesar de los grandes avances acaecidos en las últimas
décadas, el amor en la vida de las mujeres sigue teniendo una particular
relevancia y no cesa de aparecer como parte del proyecto prioritario: no es una
experiencia posible, sino LA experiencia que nos define. El amor es un mandato
de género. Tomando el concepto de sincretismo de género de Marcela Lagarde,
creemos que en este paso de lo tradicional a lo moderno, el modelo de amor
sigue anclado a lo más tradicional incluso en muchas personas con ideas
progresistas.
El modelo de amor
romántico lleva consigo mitos que aparecen como verdades absolutas. Si hablamos
de mitos, hablamos de imaginario social en tanto universo de significaciones
que al cristalizarse operan como organizadores de sentido y que logran su
eficacia simbólica en la repetición de sus narrativas. ¿De que narrativas
hablamos? De las que nos marcan como “debe ser el verdadero amor”. En este
sentido Carlos Yela realiza una revisión de los principales mitos románticos
que exponemos a continuación:
-MEDIA NARANJA: o creencia que elegimos la
pareja que estaba predestinada para nosotros. El mayor riesgo que provoca, es
el elevado nivel de exigencia y la tolerancia excesiva a la que se puede llegar
porque es esa “la pareja ideal”.
-EMPAREJAMIENTO: Creencia de la pareja como algo monogámicamente natural, heterosexual
y universal.
-EXCLUSIVIDAD: Marca la imposibilidad de estar enamoradx de dos personas a la vez,
con los consecuentes conflictos internos y relacionales que esto acarrea.
-FIDELIDAD: Creencia de que todos los deseos deben satisfacerse con la propia
pareja “si se ama de verdad”.
-CELOS: Los celos como signo de amor verdadero, usado luego como justificación
de actitudes egoístas, violentas, e injustas.
-EQUIVALENCIA: Entre amor (sentimiento) y enamoramiento (estado más o menos duradero)
existiría una equivalencia que impide ver las transformaciones normales de las
relaciones.
-OMNIPOTENCIA: “El amor todo lo puede”.
-LIBRE ALBEDRIO: Es la creencia que nuestros sentimientos son totalmente íntimos y no
están influídos por factores culturales.
-MATRIMONIO: El verdadero amor debe conducir a la unión estable de pareja.
Confluencia de los conceptos de amor romántico, matrimonio y sexualidad. Es en
el S XIX cuando la vinculación de estos tres conceptos se instala en el
imaginario, y normativiza el amor romántico, y la satisfacción sexual pasa a
ser terreno del matrimonio.
-PASION ETERNA: Creencia de que el amor y la pasión puede y debe perdurar tras años de
convivencia.
Según una
investigación realizada por “Detecta Andalucía”, la clasficación total de los
mitos quedaría, esquematicamente, de esta manera:
Creemos
fehacientemente en la importancia de repreguntarnos sobre los mitos, los
estereotipos, las creencias y las verdades absolutas. Sostenemos que mitigar la
desigualdad de género empieza por generar preguntas ahí donde existen certezas.
Es un trabajo arduo, pero entendemos que un golpe producto de la violencia de
género es la expresión extrema de un sistema que se sostiene en estas pequeñas
certezas. Tomando las palabras de Ainoa Flecha, Lidia Puigvert y Gisela Redondo
(2005 en Jimenez, J. 2011): “La violencia de género está intrínsecamente ligada a nuestro imaginario
social sobre el amor, los modelos amorosos y los modelos de atractivo, a como
nos hemos socializado y nos socializamos continuamente en ellos”.
Esta idea de amor
romántico se transmite en diversas narrativas: cuentos infantiles, canciones,
películas, maneras de relatar las historias saturadas de estereotipos...Con
este modelo se refuerza la fantasía de que “algún dia cambiará, que lo hará
por amor”... “me quiere pero....”. Por “amor” las mujeres sostenemos
situaciones límites de maltrato... Por “amor” buscamos príncipes azules, aunque
destiñan...
Por “amor” aguantamos
insultos y maltratos...y presumimos de que “amamos demasiado”...Por “amor”
dejamos nuestros deseos en un segundo plano, y nos ocupamos de los hijos, la
casa, la pareja... Por “amor” competimos y peleamos con otras mujeres... Por
“amor” les damos hasta nuestros ojos.. Porque el amor femenino debe ser
incondicional, entregado y abnegado, porque es lo que nos completa, nos
salva...
Y sino, que alguien le diga a Cenicienta que cambie
el zapato de cristal por unos borcegos acordonados.
COLECTIVO INSUMIS@S
“¿Por qué nos mentimos a nosotros mismos?
En esta sociedad de consumo en donde todo y todos somos mercancías
sujetos de transacción comercial.
Cabe preguntarse si no será la aparente promiscuidad que nos quiere
vender la televisión una forma más de consumismo compulsivo, carente de amor y llena de capricho, ansias de conquista y dominación.”
¿AMOR
LIBRE O SEXO LIBRE?
“La
cuestión en realidad tiene mucho menos importancia de la
que
se le ha dado en ciertos momentos; pero si su importancia
ha
sido exagerada, ello depende de los prejuicios que tienden a
a
complicar una cuestión por sí misma muy simple. (…)
Si
la mujer tiene el valor de pasar sobre todas las convenciones
sociales,
si no tiene miedo de luchar contra las probabilidades
del
porvenir, si el amor es fuerte y es fuerte a la vez el deseo
de
hacer una afrenta a las leyes; y bien, tome el brazo a su
enamorad@
y váyase a dormir con él/ella, riéndose de todo y
de
todos. ¡Tal vez las consecuencias no sean tan tristes como
algunos
se imaginan!”
La propia sociedad burguesa ha desarrollado su respuesta a esta castración inherente al ciudadano, a esa represión hecha carne que destruye en permanencia la energía de la vida. La misma consiste en la mercantilización de todo lo sexual, se venden mujeres, se venden hombres, se venden niños, se venden imagines de “felicidad”, se venden penes, vaginas, mujeres, hombres de goma… El goce realmente humano no tiene nada que ver con estas caricaturas mercantiles.
Con esta publicación no se pretende dar a entender que el mundo cambiará por lo que hacemos en la cama (o donde sea), pero si es que queremos transformar la realidad, debemos atacar por todos los frentes, empezando primordialmente por las relaciones humanas y todo lo que de ellas derivan. No traemos una teoría única sobre un tema general como lo es la sexualidad y las relaciones amorosas, afectivas y sentimentales.
Tampoco pretendemos crear escuela o dogma. Entendemos que estas, las relaciones mismas varían, cambian, mutan y son determinadas por el lugar, tiempo e individuos que interactúan con y en ellas, claro está, basadas en el amor libre, camaradería amorosa, amor subversivo, amour fou o como se desee llamar pero siempre entendiendo y aclarando lo que se entiende y se pretende desde el mismo.
Por lo tanto pondremos puntos a discusión y formas de entendimiento de esta teoría y concepto, enfatizando lo primordial en la construcción de estas, en pensar y entender a él/ la otrX ,el respeto correlativo y a ante todo, la comunicación mutua.
En el transcurso de la publicación estaremos mostrando formas de ver, sentir y entender el amor libre. Abordaremos todos los matices partiendo desde Una propuesta sexual hasta una propuesta sentimental, sin alejarlas o ponerlas como oxímoron .Tanto la una como la otra dependen correlativamente, lo que cambiaria seria el enfoque y el nivel de satisfacción de estas con respecto a una relación teorizada o vivida por cada individuo.
El Estado, el Capital, el Trabajo Asalariado, el Egoísmo, el Poder, la Religión y la Moral están dentro de nosotros y cercenan, muchas veces, las hipótesis de vivir el Amor libre.
Partamos con las relaciones bipersonales las cuales para ser llamadas libres deben estar integradas por principios inquebrantables, la honestidad y el respeto mutuo, Pensar en el pro y contra en las acciones e inacciones y las consecuencias hacia con ambas(individuos) que traerían estas, esperar la satisfacción mas que sexual, sentimental y emocional. Superando la carne por la carne y elevándolo a tal punto que la camaradería mas que un acto de cama será remplazado por el apoyo mutuo la retroalimentación y expresión total de la libertad individual Libre de sentimientos opresores, autoritarios y egoístas .. porque sentir celos ?…
Estamos hablando de amor libre…
El amor libre es un tema que siempre se discute en el movimiento libertario, sea este punk o anarquistas. Algunas personas ni siquiera creen en la palabra amor, pero no voy a entrar en ese tema.
Mi objetivo al
escribir este texto es discutir este asunto una vez más, ya que siempre
reaparece y de un modo bastante distoricionado en la práctica de l@s
libertari@s.
Una vez leí un
texto de una profesora de historia de UNICAMP/SP, Margareth Rago, publicado en
la revista Libertarias. Planteaba que se confunde el amor libre con la práctica
de tener varias parejas, sin que importen los sentimientos de las personas con
las que se involucran, ni los sentimientos de la pareja estable. A esta
definición yo agrego el factor que es tener una confusión en relación a
las personas con quienes sólo se tienen relaciones sexuales pasajeras,
(¿conocen ese deseo que aparece “de repente??) y a esto se le llamó amor libre,
para justificar los deseos, confundiendo, de este modo, amor libre y sexo
libre.
Lo que pasa mucha
veces en los contextos libertarios es la práctica del sexo libre, y digámoslo
de pasada, ¡sin preservativo!
He escuchado justificaciones
del tipo “¡disfrutemos, tengamos placer!”, pero sucede que este tipo de
posición de algun@s libertari@s se refiere solamente a su propio placer sexual,
-podemos decir que es un placer egoísta- sin pensar en el placer de la otra
persona con quien se tiene la relación, sea esta afectiva o sólo carnal. Y de
los sentimientos, ¡ni hablar!
No hablo de aquella
atinada de fin de semana, de las que todos sabemos, (“sólo quería eyacular,
nena, y fuiste la escojida”) sino de una relación que se prolongue por días,
meses… Pienso que el amor libre no es el impulso de querer involucrarse con
mil personas en una noche, sino que puede ser “practicante” del amor libre una
pareja que mantiene una relación de respeto, cariño, afecto e igualdad entre
los géneros.
Desde mi punto de
vista, cada un@ tiene su propia definición de amor libre, pero percibo que es
coherente en el concepto, ya que buscamos la coherencia e igualdad, el respeto
al otr@ en nuestra vivencia libertaria. Pero esta práctica de amor libre no existe
en el movimiento anarcopunk/anarquistas, aunque sí existe, tal vez, el anhelo
de que exista, pero por el momento seguimos a nivel teórico.
FRIO INVERNAL Y
ASCÉTICA LIBERADORA
( APRENDER DEL DOLOR)
Dice Ibsen que “el dolor nos vuelve malos”. Pero si el dolor es
tan funesto, el no-dolor debe ser causa de perfección y virtud. Dado que Ibsen
evitaba el sufrimiento, debería haber sido un ejemplo de personalidad
magnifica, pero… no fue así, ni mucho menos. Con su vida refutó sus pomposos
asertos.
El dolor es, en primer lugar, inevitable. Una porción de la vida es
dolor, es sufrimiento, es padecer. Forma parte del destino humano y nunca podrá
ser de otro modo. Sólo los muy simples desean una existencia sin dolor, esto
es, unilateral, plana, empobrecida. En la realidad, y en las voliciones de
la mujer y el hombre sabios, lo que se da es una combinación de padecimiento y
satisfacciones, de aflicción y dicha, a menudo teniendo lo uno y lo otro el
mismo origen, las mismas causas, que producen éste o aquél efecto según las
circunstancias y el momento.
Esa vida compleja, en la que está su todo finito, es la vida
verdaderamente buena, humana. Tan insensato es pensar una vida sin dolor como
otra en la que todo sea dolor. Ambas son construcciones mentales, entes de
razón, lucubraciones irreales e indeseables. Se ha de afrontar el
sufrimiento cuando llega igual que se ha de afrontar el placer cuando nos cae
encima, con valentía, serenidad y perspicacia.
Vivimos el dolor, vivimos el no-dolor y
vivimos el goce. Así realizamos la totalidad existencial de lo humano, que es
plural, antinómica, enrevesada, a menudo incluso incomprensible e indecible.
Puesto que estamos obligados a conocer el dolor, y que huir de él además
de imposible crea más dolor, nos mutila y deshumaniza, tenemos que saber por
qué y cómo hacerlo.
El dolor nos construye como sujetos con
fortaleza interior. Sufrir nos otorga fuerza, nos hace madurar, nos convierte
en personas que han sabido penetrar en lo más recóndito de la existencia
humana. El dolor propio nos reconcilia con los que sufren, nos hace
comprensivos, compasivos, generosos. El dolor desautoriza esa forma frívola y
superficial de existencia propia del credo hedonista y epicúreo, la única
permitida bajo la dictadura de la modernidad.
Si la huida del dolor fuera, como sugiere Ibsen, una marcha hacia la
perfección estaríamos en el mejor de los mundos, pues hoy casi todas las
personas escapan, se evaden de él despavoridas, dado que el placer se ha
convertido en una experiencia humana forzosa y obligatoria, en realidad en la
única permitida por el Estado de bienestar y la sociedad de consumo. Pero lo
que observamos en torno son seres ¿humanos? tan espantosamente devastados y
degradados que podemos poner en duda, con fundamento, el dogma institucional
sobre que el dolor degrada y el placer eleva…
Escoger el dolor evitable es un modo de prepararnos para el dolor
inevitable, aquél que nos corresponde por el mero hecho de ser y existir. Pero,
sobre todo, vivir el sufrimiento de forma deseada y
consciente nos hace fuertes, construye nuestra voluntad, eleva nuestra
sensibilidad y afina nuestra inteligencia, del mismo modo que el placer
sistemático nos hace marionetas sin volición propia, zoquetes sin sensibilidad
y brutos carentes de cerebro. Eso es verdadero porque eso es lo observable.
El invierno proporciona posibilidades sencillas y cotidianas de vivir el
displacer a través de la admisión voluntaria del frio. Tengo un amigo, P., que
se ducha todas las mañanas con agua fría, en el patio de su casa, a veces
rompiendo el hielo del cubo. Es este un acto lleno de épica y heroísmo, que
admiro profundamente. Con prácticas como esa iremos paso a paso recuperando
nuestra condición de seres humanos, dejando de ser simples piltrafas y detritus
que los poderes constituidos manejan a su antojo.
Los filósofos cínicos y estoicos, y también los ascetas cristianos,
exhortan a recibir el frio con ánimo esforzado y combatiente, a andar descalzos
por la nieve, a privarse de lo que es agradable y a realizar lo que resulta
desagradable, para domeñar la voluntad, hacerse aptos para servir a las grandes
causas y a sus semejantes, arrinconando la pereza, que nos convierte en
esclavos, y el egoísmo, que nos torna subhumanos.
Sin aceptación de lo desagradable y no-placentero no puede haber ni
generosidad, ni magnanimidad, ni servicio a los otros. No es posible sujetos de
calidad. No puede haber, sencillamente, amor. Sin personas de calidad ni amor
no es hacedera la revolución integral.
Ciertamente, cada cual ha de escoger de forma libre, responsable e
informada su forma particular de ascetismo, pero mi criterio es que todas y
todos hemos de cultivar algunas manifestaciones de aquél. Hacerlo proporciona
una satisfacción interior que ninguna variedad de pereza y comodonería dan,
porque nos hace sentirnos dueños de nosotros/as mismos, por tanto, capaces de
grandes hazañas.
No hay autoconstrucción del sujeto, no hay revolución interior, no hay
vida espiritual intensa sin un grado de ascetismo, de admisión del displacer,
de busca voluntaria de lo incómodo, lo difícil, lo desagradable incluso. El
invierno nos proporciona una fácil oportunidad de hacerlo, poniendo límites a
la calefacción, no cargándonos de prendas de abrigo, aceptando que sufrir el
frio, hasta donde resulte hacedero, es un bien.
Cada persona, se insiste en ello, ha de tener su ascética personal, como
tiene su forma peculiar de hablar y comunicarse. Sin ascética propia es
sin fortaleza interior, grandeza de espíritu ni vigor físico. El
invierno es, en consecuencia, un momento para comenzar a auto-construirse en
este decisivo ámbito.
La ideología del placer es la de los esclavos, la admisión del
sufrimiento con sentido y significación la de las mujeres y hombres libres, que
viven de pie y no tumbados y, por ello desmoronados, esto es, no vencidos y
derrotados de antemano.
Hay que vencerse para
vencer, y vencer por virtud.
ETERNAMENTE ESCLAVAS
( de ti depende...)
Hoy voy a hablar la violación. Y lo hago porque me parece un
tema de extrema importancia, y me molesta cómo la sociedad parece quitarle
hierro al asunto.
Mientras sigamos viviendo constantemente con el
fantasma de la violación acechándonos, con el riesgo de salir a la calle y que
nos hagan algo horrible, nunca seremos libres. Seremos eternamente esclavas.
Eternamente dependientes de un hombre que nos tenga que acompañar a todas
partes, eternamente presas del miedo, eternamente limitadas a la hora de hacer
cosas, de viajar, de movernos, de trabajar.
Puede que existan penas (más que insuficientes, por
cierto) que castiguen a los violadores, puede que los políticos lo condenen,
puede que todos, de cara a los demás, digamos que la violación es algo horrible
y que los violadores son unos hijos de la gran puta, porque es lo
“políticamente correcto”. Pero las violaciones se siguen produciendo y las
mujeres seguimos viviendo con miedo. Somos incapaces de avanzar. ¿Por
qué?
Para encontrar la respuesta, hemos de sumirnos
en lo más profundo de nuestra mente. Y ahí es donde encontramos una gran
barrera que nos lo impide.
Esa barrera nos impide imaginar un mundo sin
violadores, porque casi todxs pensamos, aunque sea de forma inconsciente, que
el varón humano es una bestia incapaz de controlar sus impulsos sexuales. Todxs
pensamos que esto es inevitable, inmutable, que esto “es así” y no se puede
cambiar, y que por lo tanto es la hembra humana la que debe tener cuidado,
cubrirse, evitar ir sola a ningún sitio y, en definitiva, avergonzarse de su
propia sexualidad, tratando de anularla, para evitar que su perfume de mujer
llegue a la nariz de algún salvaje depredador en busca de su presa. Y, por lo
tanto, cuando la violación sucede, nuestra mente de forma automática tiende a
culpar a la víctima que no ha tenido el suficiente “cuidado” de no ser agredida
por su violador, o incluso pensamos que “lo ha ido buscando”.
Nuestra barrera mental no sólo nos lleva a
culpabilizar a la víctima, sino también a castigarla por “lo que ha hecho”. En
lo más profundo de nuestra mente no pensamos en la violación como una
inaceptable agresión y un daño físico y psicológico, sino como una “pérdida de
honor” de la mujer. La mujer pierde su dignidad, y el hombre se hace con
ella como si fuera un trofeo. Por ello, no entendemos que una mujer pueda
querer recuperarse tras sufrir una violación, que tenga derecho a reponerse,
a superarlo y a volver a disfrutar de su salud física, psicológica o sexual.
Pensamos que debe apartarse del mundo y vivir sumida en la vergüenza
y la oscuridad hasta el último día de su vida. Y a la mujer que quiere
volver a vivir y que se niega a confinarse de ese modo, la llamamos “buscona” e
incluso pensamos que en realidad no fue violada, sino que está mintiendo.
Y esta barrera, además, limita nuestro concepto de
“violación” a “chica que va sola por la calle, es asaltada por un
desconocido y resiste hasta morir brutalmente asesinada”. No entendemos que
una violación a manos de un amigo, una pareja o un marido también es una
violación; no entendemos que una violación en la que la chica no resiste
(porque está bloqueada por el miedo o porque no quiere que la hagan aún más
daño) también es una violación. Y si una mujer consiente una cierta
práctica sexual pero en el transcurso de la misma es forzada a realizar
otras, sí, también es violación, pero nosotrxs por desgracia no lo
entendemos. No entendemos que decir “sí” a una cosa no significa decir “sí”
a todo. No entendemos que la mujer es propietaria de su cuerpo y de su
mente, no entendemos que una prenda de ropa o una caricia NO son una invitación
a sufrir una agresión.
Hasta que no consigamos derrumbar ese muro mental,
no podremos ni tan siquiera vislumbrar a lo lejos la solución para este grave
problema. Y al Sistema le interesa, y mucho, mantener esa barrera y hacerla
crecer. Le interesa que toda esa energía, toda esa fuerza que guardamos el
50% de la población y que podríamos utilizar para cambiar el mundo
quede recluida, oprimida y encerrada en casa debido al miedo constante a sufrir
una violación. Pensaréis: el Sistema mete a los violadores en la cárcel.
Cierto. Pero el Sistema también nos lava el cerebro a través de la
televisión, la publicidad y la pornografía de masas para convencernos de
que la mujer es un objeto sexual y de que su propio cuerpo no le pertenece.
¿Qué podemos hacer para emprender nuestro camino hacia
la libertad colectiva? Todo empieza por cambiar el chip, por reprogramarnos,
por educar y autoeducarnos. Dejar de enseñar a las mujeres a no ser
violadas y enseñar a los hombres a no violar. Dejar de tener miedo a soñar
con un mundo en el que las mujeres no estén en peligro, y alzar nuestra
voz, hacernos oír y luchar por lo que nos pertenece: nuestro cuerpo, nuestra
libertad de decisión, nuestro valor intrínseco como seres humanos y no como
objetos de satisfacción para otros.
Porque de lo contrario seguiremos siendo
eternamente esclavas.
¿Podemos ser
totalmente libres?
¿Podemos ser totalmente libres?, bueno, depende. Depende en primer lugar
de lo que consideremos libertad cada uno de nosotros y de la búsqueda
individual, pero creo que hay que diferenciar entre lo que intrínseca e
ineludiblemente nos hace esclavos o nos quita la libertad y lo que nos
esclaviza y nos quita la libertad por consenso general, personal e ignorancia,
es decir porque así lo queremos, permitimos y creemos.
Si hablamos de la muerte, de la vejez, de la enfermedad, del dolor
físico, de los accidentes y de las fuerzas de la naturaleza creo que no podemos
ser libres, porque son situaciones fuera de nuestro control aunque quiero hacer
una observación, y es que en cada uno de estos rubros la humanidad siempre ha
estado intentando liberarse y hay muchas tradiciones antiguas y algunas muy
modernas que afirman haber podido liberarse de algunas de estas situaciones del
ser humano, en el caso de la muerte se habla en muchas tradiciones como la
Taoísta o la Egipcia de la inmortalidad y hasta hay técnicas específicas para
lograrlo, en cuanto a la vejez volvemos a algunas tradiciones en donde se nos
dan técnicas de respiración y manejo de la energía interna para evitar la
vejez. La ciencia por su parte, cada vez más avanza en los descubrimientos anti
vejez. En el dolor físico existen ya muchas técnicas y drogas que evitan
totalmente el dolor pero al parecer nunca se podrá ser libre del dolor
repentino tanto físico como emocional. En cuanto a los accidentes, un buen
amigo mío que es psicólogo me refirió a una frase de Jung en la cual decía
palabras más palabras menos que “la ignorancia humana se manifiesta como
destino” (todo un tema en sí), tal vez en este terreno es donde nunca podremos
liberarnos porque el destino aquí se manifiesta ya sea por ignorancia o por
causas aún más fuertes en forma de accidentes; Los accidentes en el caso de ser
por ignorancia serian un mecanismo de la vida misma para crear conciencia de
nuestra ignorancia y en el caso de que aun con conocimiento sucedan, son un
seguro de control de la vida misma sobre nosotros. Podremos (creo yo) acabar
con mucha ignorancia pero la vida misma es un misterio, podemos ser muy cuidadosos
en muchos aspectos pero no podemos tener absoluto control de todo nuestro
entorno. Y por último están las fuerzas de la naturaleza donde la ciencia cada
vez más hace avances en el manejo de estas, y como muestra está el proyecto
HAARP que afirman ya puede manipular el clima y provocar terremotos aunque esto
ciertamente no implique que se pueda controlar a la naturaleza. Y a fin de
cuentas creo que todos estos avances, descubrimientos y técnicas son todas un
intento por postergar y evadir la primera y más mortal de nuestras anti
libertades (o para algunos la de nuestro ego)…LA MUERTE.
Ahora entramos a la naturaleza humana, lujuria, orgullo, ira, codicia,
avaricia, odio, envidia, ignorancia, etc., de todos estos instintos somos
esclavos, no somos libres, pero podemos llegar a serlo…¿Cómo?, con lo mejor de
la humanidad, con lo mejor del espíritu y mente humanas, con el amor, con la
razón, con la solidaridad, con el respeto, con la equidad, con el
desprendimiento, con la humildad y la paciencia, con tantas virtudes de las
cuales han dejado muestra tantas y tantas personas (creo que todos hemos
conocido gente buena y virtuosa), que nos han enseñado que un mundo mejor y más
libre se puede, que no tenemos porque conformarnos con lo que se han conformado
tantas generaciones de seres humanos, que se puede cambiar la esclavitud por la
libertad si en verdad lo buscamos, si en verdad lo queremos.
Creo en resumen, que no podemos ser totalmente libres, hay muchas cosas
y situaciones que escapan al ser humano, y tal vez en el reconocimiento de esta
falta de control radique nuestra mayor libertad, pero también debemos reconocer
que estamos siendo engañados y nos engañamos nosotros mismos, cuando
habiendo tanta comida y pudiendo producir aún más, la gente se muere de hambre,
cuando habiendo tanta tierra y materia prima para poder vivir, la gente vive en
lugares como hormigueros o colmenas en espacios donde no alcanza para una sola
persona viven 5 o más, cuando habiendo mar, montañas, nieve, desiertos y
paisajes sin igual en todo el mundo, la gente muere sin haber conocido nada más
que su trayecto al trabajo, cuando habiendo tanta abundancia en este planeta
tengamos tantas carencias y vivamos en la pobreza, que deseando tanto la paz
cada vez haya más guerras, que deseando ser amados cada vez haya más violencia
y más muerte, que desando más libertad busquemos más trabajo para poder tener
más libertad, que buscando felicidad busquemos más dinero, que buscando que
nuestra familia nos ame y demostrarles que los amamos nos alejemos buscando
siempre como ganar más dinero para poderles demostrar cuanto los amamos, que
para conseguir o hacer algo que tenga sentido para nosotros hagamos algo sin
sentido para nosotros, que habiendo conocimiento y recursos en medicina la
gente muera de enfermedades solo porque las patentes de lo que podría curarnos
son propiedades de empresas y el dinero que ganan es más importante que la
salud de un ser humano…de un niño…podría continuar y continuar.
Para mí, amigo mío, todo esto es un sinsentido, me duele despertarme y
pensar que esta será la historia de mi vida (y la de mi hijo), que a lo más que
puedo aspirar es a encontrar o generar un trabajo en el que gane mucho dinero y
ganar tanto y tanto que pueda refugiarme en él, en sus lujos que puede comprar,
en las miles de distracciones que puede generar, en comprar y comprar hasta que
me arte, en viajar y viajar, en mandar y mandar hasta que termine aislado en mi
mundo de ricos, lejos de los que mueren, de los que sufren, de los que añoran,
de la realidad…Si , la realidad, porque la realidad de este mundo la conforma
la mayoría, si todos fuéramos ricos, si todos pudiéramos vivir como ricos
haciendo lo que los ricos, disfrutando y viajando como los ricos esa sería la
realidad; Pero la realidad es la de la mayoría, la realidad es que la mayoría
trabajamos por el sustento del día, con unos cuantos ahorros esperando que una
desgracia no acabe con ellos, agradeciendo que podemos salir a la playa una vez
cada 5 años unos dos o tres días nada más, agradeciendo que hoy podemos ir al
cine, que podemos comer en un restaurant, que podemos comprar una tele nueva
para seguir idiotizándonos, agradeciendo que nos esclavicen, agradeciendo que
nos quiten cada vez más libertades con el único argumento de que, por el motivo
que sea…NO GANAMOS SUFICIENTE DINERO.
NO, NO PODEMOS SER TOTALMENTE LIBRES PERO HAY COSAS DE LAS QUE NO
TENEMOS QUE SER ESCLAVOS.
Koan
por Friedrich
Nietzsche
“Estado es el nombre que se da al más frío de todos
los monstruos fríos. El Estado miente con toda frialdad y de su boca sale esta
mentira: “Yo, el Estado, soy el pueblo”. ¡Qué gran mentira! Creadores fueron
quienes crearon los pueblos, por la fe y el amor: así sirvieron a la vida.
Aniquiladores son quienes ponen trampas a la multitud, y denominan Estado a tal
obra. El nuevo ídolo quiere rodearse de héroes y hombres de honor. Si vosotros
le adoráis, el nuevo ídolo os lo concederá todo a vosotros: por ello compra el
brillo de vuestra virtud y la mirada de vuestros ojos orgullosos. Estado llamo
yo al lugar donde se llama “la vida” al lento suicidarse de todos. ¡Contemplad
a esos superfluos! Adquieren riquezas, y con ello resultan más pobres. Quieren
poder, y, en primer lugar, la palanqueta del poder, el oro -¡esos insolventes!
¡Todos quieren llegar al trono! Su locura consiste en creer que la felicidad
radica en el trono. Dementes son para mí todos ellos, y atolondrados simios
trepadores. Su ídolo, ese monstruo helado, me huele mal: todos me huelen mal,
esos servidores del ídolo. ¡Huid del mal olor! ¡Alejaos del humo de esos
sacrificios humanos! Todavía queda abierta, ante las almas grandes, la
posibilidad de una vida libre. Donde el Estado acaba, allí comienza el hombre
que no es superfluo: allí comienza la canción de quienes son necesarios, la
melodía única e insustituible.”
En algún lugar quedan todavía pueblos y rebaños, pero entre nosotros,
hermanos míos: aquí hay Estados.
¿Estados? ¿Qué es eso? ¡Pues bien, abrid los oídos! ¡Voy a deciros mi
palabra sobre la muerte de los pueblos!
Estado es el nombre que se da al más frío de todos los monstruos fríos.
El Estado miente con toda frialdad y de su boca sale esta mentira: “Yo, el
Estado, soy el pueblo”.
¡Qué gran mentira! Creadores fueron quienes crearon los pueblos, por la
fe y el amor: así sirvieron a la vida. Aniquiladores son quienes ponen trampas
a la multitud, y denominan Estado a tal obra: suspenden sobre los hombros una
espada, y cien apetitos.
Donde todavía existe pueblo, éste no entiende al Estado, y le odia,
considerándole como un mal de ojo, como un crimen contra las costumbres y los
derechos.
Yo os hago esta advertencia: cada pueblo habla su propia lengua del bien
y del mal; su vecino no la entiende. Cada pueblo se ha inventado su lenguaje en
costumbres y derechos.
Mas el Estado miente en todas las lenguas del bien y del mal. Cuanto
dice es mentira, y cuanto tiene es porque lo ha robado.
Todo en él es falso; con dientes robados muerde, ese mordedor. Hasta sus
entrañas son falsas.
Confusión de lenguas del bien y del mal: esa señal os doy como señal del
Estado. ¡Y, en verdad, esa señal indica voluntad de muerte! En verdad, hace
señas a los predicadores de la muerte.
¡Vienen al mundo demasiados hombres! Para los superfluos fue inventado
el Estado. ¡Ved cómo convoca a los superfluos, cómo los devora, y los tritura,
y los rumia!
“Sobre la tierra, nada existe más grande que yo: yo soy el dedo
ordenador de Dios”. Así ruge el monstruo. ¡Y no son sólo los de orejas largas y
vista corta los que se postran de rodillas!
¡Ay, también en vosotros, de alma grande, el monstruo desliza sus
sombrías mentiras! ¡Ay, él adivina cuáles son los corazones generosos y
ansiosos de prodigarse!
¡Sí, también os adivina a vosotros, los vencedores del viejo Dios!
¡Salisteis del combate fatigados, y vuestra fatiga redunda ahora en provecho
del nuevo ídolo!
El nuevo ídolo quiere rodearse de héroes y hombres de honor. ¡Ese frío
monstruo se complace en calentarse al sol de las buenas conciencias!
Si vosotros le adoráis, el nuevo ídolo os lo concederá todo a vosotros:
por ello compra el brillo de vuestra virtud y la mirada de vuestros ojos
orgullosos.
¡Quiere que le sirváis de cebo para atraer a los superfluos! ¡Sí, una
infernal artimaña ha sido aquí inventada, un corcel de muerte enjaezado con el
tintineante adorno de honores divinos!
Aquí ha sido inventada, para muchos, una muerte que se precia de ser
vida: en realidad, un servicio íntimo para todos los predicadores de la muerte,
una servidumbre a la medida del deseo de todos los predicadores de la muerte.
Estado llamo yo al lugar donde todos, buenos y malos, son bebedores de
venenos; Estado, al lugar, donde todos, buenos y malos, aseguran su perdición.
Estado, al lugar donde se llama “la vida” al lento suicidarse de todos.
¡Contemplad a esos superfluos! Siempre están enfermos, dan salida libre
a su bilis, y la llaman periódico. ¡Unos a otros se devoran, y ni siquiera
pueden digerirse!
¡Contemplad a esos superfluos! Adquieren riquezas, y con ello resultan
más pobres. Quieren poder, y, en primer lugar, la palanqueta del poder, el oro
-¡esos insolventes!
¡Contemplad cómo trepan esos ágiles simios! Trepan unos por encima de
otros, arrastrándose así al cieno y a la profundidad.
¡Todos quieren llegar al trono! Su locura consiste en creer que la
felicidad radica en el trono. -Y, con frecuencia, el fango se asienta en el
trono, y también el trono se asienta en el fango.
Dementes son para mí todos ellos, y atolondrados simios trepadores. Su
ídolo, ese monstruo helado, me huele mal: todos me huelen mal, esos servidores
del ídolo.
Hermanos míos, ¿es que queréis ahogaros con el aliento de sus hocicos y
sus concupiscencias? ¡Mejor haríais rompiendo las ventanas y saltando al aire libre!
¡Huid del mal olor! ¡Alejaos del humo de esos sacrificios humanos!
Aún está la tierra a disposición de las almas grandes. Todavía quedan
muchos puestos vacantes para eremitas solitarios o en pareja, puestos saturados
del perfume de mares silenciosos.
Todavía queda abierta, ante las almas grandes, la posibilidad de una
vida libre. En verdad, quien menos posee, tanto menos es poseído. ¡Alabada sea
la pequeña pobreza!
Donde el Estado acaba, allí comienza el hombre que no es superfluo: allí
comienza la canción de quienes son necesarios, la melodía única e
insustituible.
Allí donde el Estado acaba. -¡Vedlo,
hermanos míos! ¿No veis el arco iris, y los puentes hacia el superhombre?
Los significados de la Dignidad
La recurrencia con que se está tratando en los medios de comunicación el
tema de la “muerte digna”, principalmente debido a un dictamen del poder
legislativo, motivaron las siguientes reflexiones.
Es indudable que la medicina actual está, al igual que casi todas las actividades humanas, contaminada por la lógica del lucro y el poder, ambos conceptos a lo largo de los tiempos se evidenciaron como indisolubles.
Esa lógica es la que expresa la verdadera razón del Estado: el control y regulación de todos los habitantes.
La enfermedad y la muerte permiten generar enormes recursos económicos: los medicamentos, las internaciones, las terapias intensivas, los costos médicos, los velatorios, los entierros o cremaciones, las sucesiones y sus escribanos, los timbrados y sellados del entramado judicial, son algunos de los indicadores de este negocio.
Cae de maduro concluir que, en este contexto, los materiales descartables son las personas, no sorprende comprobar que existe una relación directamente proporcional entre el poder y los recursos económicos de un individuo y la velocidad con que el Estado intentará llevarlo a sepulturas o a hornos crematorios.
Entonces, al intentar explicar las razones de la llamada “muerte digna” y su proximidad con la eutanasia, tenemos que considerar las evidencias que demuestran el daño cotidiano de la labor del Poder sobre las personas.
Es indudable que la medicina actual está, al igual que casi todas las actividades humanas, contaminada por la lógica del lucro y el poder, ambos conceptos a lo largo de los tiempos se evidenciaron como indisolubles.
Esa lógica es la que expresa la verdadera razón del Estado: el control y regulación de todos los habitantes.
La enfermedad y la muerte permiten generar enormes recursos económicos: los medicamentos, las internaciones, las terapias intensivas, los costos médicos, los velatorios, los entierros o cremaciones, las sucesiones y sus escribanos, los timbrados y sellados del entramado judicial, son algunos de los indicadores de este negocio.
Cae de maduro concluir que, en este contexto, los materiales descartables son las personas, no sorprende comprobar que existe una relación directamente proporcional entre el poder y los recursos económicos de un individuo y la velocidad con que el Estado intentará llevarlo a sepulturas o a hornos crematorios.
Entonces, al intentar explicar las razones de la llamada “muerte digna” y su proximidad con la eutanasia, tenemos que considerar las evidencias que demuestran el daño cotidiano de la labor del Poder sobre las personas.
Al Poder se le hace inocultable la enorme cantidad
de niños y adultos que mueren, el hambre, la carencia de nutrientes, el frío,
los asesinatos, los suicidios, los accidentes laborales y en la vía pública,
las enfermedades debido a radiaciones, ondas electromagnéticas, aguas contaminadas
y tóxicos ambientales.
Queda demostrado entonces que para el Poder, el
valor de una vida es insignificante, por eso es Poder. Son el Estado y
sus representantes, los que ahora intentan regular y legalizar algunas
instancias del proceso de morir, lo hacen desde una metodología que ellos
llaman “ética” que sin profundizar mucho, es la misma que pretende mantener
“muertos en vida” a la mayoría de la población.
Es clara la intención al hablar sobre “muerte
digna”, de evitar el tema de la vida digna.
El Poder pretende que la palabra dignidad signifique aceptación,
conformismo, mansedumbre. Por eso confunden y machacan con expresiones como
vivienda digna, trabajo digno, sueldo digno. Distorsionan el significado y, con
labor de hormiga defienden y promueven este sistema de muerte.
Redes de caridad y beneficencia tergiversan el concepto de solidaridad,
con la razón del pragmatismo, de “tirar” alguna migaja al necesitado, del “aquí
y ahora”, y mantienen la explotación con el perverso mecanismo del mal menor.
En este sentido es de resaltar como contrapartida y a manera de ejemplo, lo que han hecho los anarquistas con los comités Pro presos y el esfuerzo inmenso que sostuvo y proyectó el ideal revolucionario.
En este sentido es de resaltar como contrapartida y a manera de ejemplo, lo que han hecho los anarquistas con los comités Pro presos y el esfuerzo inmenso que sostuvo y proyectó el ideal revolucionario.
Queda muy claro, y los poderosos lo entienden así,
que tirar del hilo de la dignidad de una persona, conduce inevitablemente a
desenrollar el ovillo de la dominación, y a que cada uno comprenda que tipo de
vida propone esta sociedad y a donde nos quieren llevar.
“La vida no vale nada”, el sistema ha tenido éxito
en imponer esa creencia sobre una enorme cantidad de personas en todo el mundo.
Es necesario precisar, ahora y siempre, que existe en las profundidades
de cada individuo el pensamiento que esta vida, que pretende la dominación, es
una trampa.
Nos preguntamos entonces ¿cuál es la causa inicial que permite esta realidad?
Nos preguntamos entonces ¿cuál es la causa inicial que permite esta realidad?
Sin dudas es la desvinculación con el prójimo, más
cercano o más lejano.
Han roto muchos de los vínculos interpersonales,
han naturalizado la falta de valores, han favorecido la indiferencia, el
descompromiso, esos son algunas de las condiciones que permiten la permanencia
de estas sociedades.
La muerte es el instante final de toda una vida y la dignidad de la
misma estará regida por el transcurrir de esa vida.
Proponer otro “vivir”, otros vínculos, expandir la certeza que se puede convivir con esa convicción, luchar por eso, hacerlo realidad en lo cotidiano, es el comienzo, el primer paso, el irreversible y el verdadero gran salto que la humanidad debe dar.
La muerte y la vida digna se hermanan en la resistencia de preservar los valores.
Proponer otro “vivir”, otros vínculos, expandir la certeza que se puede convivir con esa convicción, luchar por eso, hacerlo realidad en lo cotidiano, es el comienzo, el primer paso, el irreversible y el verdadero gran salto que la humanidad debe dar.
La muerte y la vida digna se hermanan en la resistencia de preservar los valores.
Nuestro homenaje a la vida es entender
que decir dignidad es decir Revolución.
DEL AMOR:
MODO DE ACCIÓN Y FINALIDAD SOCIAL
El imperativo "amaos los unos a los otros, repetido durante siglos, es todavía hoy precepto incumplido sin consecuencia alguna en la vida práctica. Se predica el amor, se pregona a los cuatro vientos la necesidad de que los hombres se emancipen y rediman por la mutualidad de los más bellos afectos, pero la existencia entera es hoy, como ayer, inmenso campo de odios y rencores inextinguibles.
El cristiano que manda amar al prójimo con igual intensidad que cada uno se ama a sí mismo, tanto como el demócrata y el revolucionario que ordenan la fraternidad humana, mienten sentimientos a que no hacen plaza los bárbaros términos de la lucha por la vida en las sociedades sedicentes civilizadas, y engañan y se engañan con, la expresión de un imposible categórico en el mundo social de los que combaten sin tregua por el egotista exclusivismo individual. Moralistas y filósofos, creyentes y ateos predican la
paz en medio del furioso estruendo de la guerra. Son admirables, pero sus predicaciones se asemejan a consejos de templanza y de cordura en una casa de dementes.
En el estado actual los hombres o son indiferentes los unos para los otros ose odian entre sí porque opuestos intereses, en lucha abierta, los hacen enemigos y borran todo rastro de humana hermandad. Se irá en vano contra la naturaleza de las cosas gritando fraternidad y amor al que explota y a1 que es explotado, al que gobierna y al que se deja gobernar; se predicará inútilmente la comunión estrecha en unos mismos afectos a aquellos que todo lo monopolizan juntamente con los desposeídos de todo, a los que sólo viven para producir lo necesario para el goce de los menos y a los que únicamente gozan en medio de la tortura y del sacrificio de los más. El amor sería de una parte como el lametón de la fiera que acaricia su presa; sería de la otra como el humillante rastrear del perro que acaricia la mano que le hiere.
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Capitalismo
(poema)
El hombre seboso y trajeado se cuela en nuestra cama cada noche
después de follarse al universo viene a susurrarnos nanas
su obsesión por nosotros no descansa nunca
en nuestros sueños nos persigue
con su disfraz de perro, de vendedor, de cura
de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo
su disfraz de muerte, su disfraz de vida
sé que tú le gustas con ojeras
yo le pongo cachondo cuando estoy cansada
me quiere flaca aunque me tienta con chucherías
y a ti elegante aunque te duelan los huesos
me empuja a emborracharme pero no por diversión
sino para olvidar
que mis horas de ocio se cierran siempre con balance negativo
cuando estamos a punto de enfermar por agotamiento
nos premia con unas vacaciones
y nos tiende los billetes como el cazador
lanza un hueso al galgo que ahorcará mañana
me instiga a desear cosas que no necesito
aunque él nunca tiene para mí un regalo
dice que mis enemigos son aquellos
que quieren lo mismo que yo
porque no hay bastante
nunca hay bastante para todos
y nos cobra por lo que no es de nadie
por el agua de lluvia
por el sol y la arena
por los claros del bosque
y los manantiales
secuestra a mi amor durante 10 horas cada día
y cada día me lo devuelve más viejo
con sus brazos lascivos abraza a mi hija
y yo grito ¡huye!
-he visto los primeros signos de rendición
en su rostro inocente-
pero no sé mostrarle la puerta de salida
y más que mi felicidad, lo que a él le preocupa
es atisbar en mi cara un rastro de consuelo
que me permita llegar hasta la próxima tregua
cada día me pone café en los labios
para que aguante, y luego una pastilla
que me aplaque los nervios para que descanse y duerma
mientras él sigue haciendo conmigo lo que le viene en gana
(a veces se tumba sobre mí y yo con los ojos abiertos
miro al techo, y si se da cuenta me dice
que ya va siendo hora de pintarlo)
envenena la comida con que me alimenta
me prohíbe fumar mientras engorda mi ansiedad
y me quita los chupetes que podrían consolarme
provoca mi llanto
y después me obliga a maquillar las señales de la tristeza
si me pongo rebelde, ríe paternalista
cuenta que él también pasó por esa época
y mi rebeldía la rebaja a moda
que luce en camisetas los sábados por la mañana
cuando sale a comprar los cruasanes y el periódico
él me da detalle de cada asesinato, de todas las guerras
de las violaciones y los golpes de estado
pero tanta información me deja sorda y ya no escucho
los crujidos ni los llantos en voz baja
las señales del desmoronamiento
y él calla que cada muerto, cada herido
las mujeres violadas y los que sufren torturas
todos recibieron su visita antes de convertirse en lo que son ahora
se zafa de las culpas con promesas
pero yo sé que una palabra suya
bastará para condenarnos
y si desaparece es para espiar a salvo y oculto
en los bares, en los hoteles, en los baños, en las celdas
tengo que darle las gracias porque
¡tú eres una mujer moderna!, grita animoso
de las que habla inglés, trabaja en casa y en la oficina
va al gimnasio y aparenta menos edad de la que dice el dni
tienes nociones de pedagogía aunque apenas veas a tus hijos
y además fuiste bendecida con una vocación
para que puedas sentirte mejor que otras
(y yo callo que yo no quiero ser artista
si eso va a convertirme en diferente
porque ya me siento lo bastante sola
y no quiero competir en más carreras)
si muestro debilidad, susurra, todos querrán aprovecharse
(como si él dejara algo para los otros)
mejor será que despliegue arrogancia
(con todos menos con él)
de todo me habla pero no de quién recogerá los restos del naufragio
ni en qué lugar nos reuniremos los náufragos para organizarnos
para hacer un fuego, compartir la comida y quitarnos el frío
aunque antes hay que hacer acopio de fuerzas
para no abandonarse cada uno en su rincón
Un día, no sé cuándo, yo le voy a cobrar
sus cadáveres, las humillaciones
el secuestro de la inocencia
el expolio de los sueños
yo le voy a cobrar, no sé cuándo
y la primera puñalada que le voy a meter
va a ser por las caricias que no nos dimos
por los polvos que no echamos
tú y yo
cada vez que se cuela en nuestra cama
y nos dice que mañana, mañana, mañana
mañana el despertador sonará a las 6.30
y veinte minutos más de sueño
nos harán mejores soldados a su servicio
Te lo juro, mi amor. Una puñalada
por cada polvo que nos robó
y luego ya el resto, por los presos, por los indigentes
por los que dejan atrás casa y familia
por el dolor que no merecemos sufrir ni ver
por los campos arrasados
por los animales que se hacinan
por los niños que trabajan
por los ojos que se cierran por el cansancio y la muerte
por el tiempo que no volverá
por la vida que nos robaron
por la vida
mi amor
por la vida.
A tajo abiero - Open pit
Largometraje documental dirigido por Gianni Converso y producido por Gianni Converso y Daniel Santana, basado en el tema de la minería a tajo abierto.
The Yes Men al ataque
Andy Bichlbaum y Mike Bonanno son los Yes Men, un dúo de activistas que practican lo que ellos llaman “corrección de identidad”. “Yes men al ataque” es un documental protagonizado por este dúo que, haciéndose pasar por portavoces de importantes empresas, dan conferencias y aparecen en los medios con declaraciones explosivas que ponen en evidencia a las grandes corporaciones. Su misión: alarmar sobre el peligro que supone que las grandes corporaciones dirijan el mundo; sus armas, inteligencia, ingenio, idealismo y, sobre todo, un gran sentido del humor; su objetivo, crear un sistema mejor que el que nos ha tocado vivir.
No hay vida despúes de la muerte
ese paraiso ficticio y ese dios no existen son solo
armas de manipulacion para hacernos soñadores temerosos sumisos y falsos para que no luches por ti y por los demás (poner la otra mejilla)
¿Dónde estamos?
Según Brecht, son sombríos los tiempos en que la gente pide que se le
descargue de la preocupación de defender sus intereses reales y su libertad.
Son los tiempos del cínico, que abomina de la sociedad y desprecia sus
convenciones, y son los tiempos también del disidente, que no quiere someterse
a los hechos consumados y, a contracorriente, toma partido por la libertad. La
disidencia no significa exilio interior porque actúa, y por lo tanto, corre
riesgos. Es fundamentalmente resistencia y secesión. Esta posición obliga a
liberarse de gran parte del bagaje teórico de la época anterior y a penetrar en
la nueva sólo con lo puesto, ya que no se trata de conservar la memoria de un
pasado y comunicarla de forma ortodoxa a los nuevos individuos conscientes,
sino de incitar a pensar, de provocar un diálogo entre los que se reconocen
iguales sin temor a contradecirse. Para encontrar soluciones primero hay que
suscitar preguntas. La crisis del pensamiento revolucionario no podrá ser
remontada sino en condiciones de libre discusión; en una situación de crisis,
el anquilosamiento ideológico y su consecuencia principal, el vacío teórico,
son la verdadera catástrofe. No se puede permitir que el enemigo se despache
a gusto cuando tiene de su parte fuerzas ingentes: la pérdida de esa batalla,
la de las ideas, acarrea la derrota de todas las demás.
Es necesario sacar conclusiones tanto de la constatación de la capacidad
del capitalismo de superar sus propias contradicciones o de instalarse
cómodamente en ellas, como de la evidente incapacidad de los obreros en hacer
su revolución y de la disolución del proletariado como clase social. Todo ello
implica la superación capitalista del conflicto, la desaparición de las crisis
generales, y por consiguiente, la refutación de una supuesta necesidad
histórica objetiva que nos conducía, inevitablemente, hacia la lucha final. Y
nos sitúa teóricamente en la posición de los anarquistas y de los socialistas
premarxistas, que deducían la lucha por la emancipación humana de la
perversidad del mundo y de la voluntad consciente de los oprimidos. Las frecuentes
crisis parciales que se dan a causa de la imposición constante de condiciones
de vida peores que las anteriores puede generar ilusiones respecto a un retorno
de la lucha de clases, o sea, a un replanteamiento de la cuestión social, pero
en vano. La cuestión social no puede mostrarse espontáneamente como conflicto
que emana de un antagonismo entre dos partes irreconciliables en tanto que
lucha de clases, porque la derrota definitiva del proletariado industrial ha
eliminado la posibilidad de una crisis total –y por lo tanto, la posibilidad de
un conflicto real–y favorece que las luchas actuales sean débiles y
manipulables, y en consecuencia, recuperables por el sindicalismo, los
partidos, los ecologistas o el humanitarismo de izquierdas.
Walter Benjamin apuntaba que el
fracaso del proletariado histórico residía en su “progresismo”, en la creencia
burguesa del progreso: “Nada ha corrompido tanto a la clase trabajadora alemana como la idea de
nadar a favor de la corriente. El desarrollo técnico era el sentido con el cual
creía estar nadando. A partir de ello no había más que dar un paso para caer en
la ilusión de que el trabajo en las fábricas, por hallarse en la dirección del
progreso técnico, constituía de por sí una acción política. La antigua moral
protestante del trabajo celebraba su resurrección en forma secularizada entre
los obreros alemanes (…) Tal concepción no quiere ver más que los progresos del
dominio sobre la naturaleza y se desentiende de los retrocesos de la sociedad” (Tesis de filosofía
de la historia). La moral obrerista apartaba a los trabajadores del
planteamiento de la cuestión histórica por excelencia, la cuestión del
progreso. La mayor parte de la crítica social ha considerado siempre que los
avances científicos y técnicos eran aliados absolutos del proceso emancipador y
jamás imaginó que, en tanto que creadores de nuevas servidumbres, iban a hacer
de la dominación algo insuperable. Así pues, los obreros eran separados
de la producción automatizada – la cual ya no podían concebir claramente como
obra suya ni por otra parte cuestionarla- sin hacer la crítica de la máquina,
sin rebelarse con el maquinismo como sus predecesores, hace casi dos siglos. La
superioridad de aquellos obreros luditas residía en que ellos sí que sabían a
qué miseria les condenaban.
No se podrá ir a ningún lado si no se rompe con la
concepción de la revolución como reapropiación del aparato productivo existente,
ni se admite que la emancipación humana pasa por la destrucción del sistema
industrial. Consignas que pertenecían al “estadio anterior del desarrollo
económico objetivo” como la ocupación de las fábricas, el control obrero de la
producción o la autogestión generalizada, han envejecido y son palpablemente
equívocas; solamente partiendo de ese punto podremos identificar las
necesidades reales de los individuos y elaborar una crítica auténticamente
subversiva. Lo cierto es que, al contrario de lo que decía Marx, hay que renunciar a
transformar el mundo con ayuda de todos los grandes recursos propios de este
mundo, e intentar conseguir su redención a espaldas del sistema dominante, con
todos los medios ajenos a la dominación.
La idea directora de la crítica revolucionaria ha de ser la de la
autonomía de la técnica. En nuestra sociedad el hombre es servidor de la
máquina y la técnica abarca todos los sectores de la existencia, determinando a
la vez las relaciones de los individuos con la naturaleza y las relaciones –
hoy en estado de anomia- que mantienen los individuos entre sí. No queda ningún
aspecto de las relaciones humanas que no haya sido tecnificado y, por lo tanto,
relegado al control de expertos.
Ya no es el sistema
económico el que determina la naturaleza de la técnica, la política y el grado
de complejidad del mundo. Es la técnica la que, fundamentándose en el
conocimiento científico, ha ordenado la economía al dictado de sus propias
exigencias y se ha apoderado de la sociedad entera, mientras que los individuos
han acabado siendo perfectamente equiparables y reemplazables por máquinas. La
ideología humanista burguesa se ha deshecho y el “hombre”, es decir, el burgués
idealizado, ha dejado de ser la medida de todas las cosas. Quienes hacen historia
son las máquinas, los humanos solo las padecen.
La técnica es la falsa conciencia de una época de individuos reificados,
convertidos en cosas. La tecnociencia moderna impone una organización social determinada donde
la regla general es la tendencia de la élite a acumular poder sin control. La novedad
consiste en que esa concentración de poder no se realiza mediante la expansión
del aparato estatal, es decir, no sigue el modelo de la burocratización, sino
la línea eminentemente técnica de la eficacia y el rendimiento.
La civilización industrial ha sido creada por la técnica. Desde
entonces, la historia mundial es cada vez más historia de la técnica. En los
albores del proceso, los socialistas utópicos reconocieron en la máquina, o lo
que es lo mismo, en el crecimiento explosivo de la capacidad de producción, la
amenaza de un desarrollo cultural que fragmentaría al individuo y atacaría la
raíz misma de la libertad y la vida, y trataron de conjurarlos con proyectos
basados en el control de los medios técnicos y en el rechazo del sistema de
mercado, ignorando cualquier consideración económica. Posteriormente, el
socialismo político y el sindicalismo fueron manifestaciones de tendencias a la
autoprotección de los destrozos del mercado, pero a costa de un compromiso con
la máquina. Según Karl Polanyi
“La industrialización fue un compromiso, nada fácil, entre el hombre y la máquina, en el cual el hombre se perdió y la máquina encontró su camino” (El sustento del hombre).
“La industrialización fue un compromiso, nada fácil, entre el hombre y la máquina, en el cual el hombre se perdió y la máquina encontró su camino” (El sustento del hombre).
Un programa que contemple la reorganización de la
sociedad sobre bases descentralizadas y comunitarias, sobre el “ágora”, a
través del desmantelamiento de la producción actual, del control asocial de los
medios técnicos y de la adopción de tecnologías descentralizadoras, de la
supresión del mercado y del espectáculo, de la desaparición del transporte
privado, de la recuperación del campesinado, etc, ha de saber que está pidiendo
explícitamente un retorno a las condiciones precapitalistas, al trabajo artesano
a la fiesta, a la tradición y a los lazos comunitarios, a los ritmos vitales
relajados, al derecho consuetudinario, a la economía del sustento y a la
sociedad del estatus, en donde “lo que importa no es la utilidad de uno sino
lo que se es" (Cicerón). Pero no es un
retorno en el tiempo, no es una vuelta al pasado: es una liberación que sueña
más que calcula y que carga con la experiencia de dos siglos de capitalismo y
de absolutismo tecnológico; es un viaje por encima del cadáver de los nuevos
señores feudales del mercado mundial.
En la actualidad, la escolarización prolongada, el reciclaje y la asistencia social, son los medios empleados profusamente para mantener a una parte cada vez mayor de la población fuera de la producción, por cuanto que se ha convertido en fuerza productiva innecesaria que hay que desmovilizar, métodos que corren a cargo del Estado y que son presentados como logros sociales y expresión de un supuesto “bienestar”.Por estos procedimientos, jóvenes, parados y demás excluidos, son apartados de los circuitos de la productividad, pero son conservados como consumidores. La mundialización ha disparado los gastos sociales al punto de afectar otras necesidades más significativas del Estado como la dotación policial y la compra de armamento. Ante el recurso a los impuestos, los estrategas del poder han promovido políticas tendentes a la creación de un espacio de dispersión de fuerzas productivas inútiles, mediante el fomento de actividades “sin ánimo de lucro” financiadas por el Estado con desgravaciones fiscales. En lo esencial, se trata de que el Estado vaya cediendo la gestión de los servicios sociales y del reciclaje de los individuos a organizaciones inofensivas de voluntarios o de colectivos juveniles adictos, o simplemente a cretinos “sin fronteras”, de modo a desarrollar una economía intermedia que neutralice a los inservibles para el mercado globalizado del trabajo. Dicha economía, destinada a crecer en los próximos años –llamada en Francia “economía social”– es responsable de más del 6% del empleo. Un objetivo económico de este tercer sector (ni público ni privado), consiste en alcanzar la autofinanciación con la constitución de comunidades autosuficientes y el establecimiento de redes de comercio paralelo (llamado “justo”), aderezados con la ideología filantrópica y ecologista de rigor. La denuncia de tales prácticas, por las ilusiones que pueden generar, es tan importante para los desertores del sistema como lo fue la denuncia del ecologismo en la luchas contra la contaminación.
La deserción no tiene nada que ver con los paliativos. La deserción no coopera con la dominación ni acepta su dinero; sabe que el establecimiento de condiciones de vida humanas no resultará del hecho de ocupar las posiciones abandonadas en los mercados internacionales por los propietarios del mundo. No ofrece soluciones sino que le pide cuentas: la deserción se aparta del sistema pero sin dejarlo tranquilo.
Sabemos que la economía globalizada está transformando íntegramente a la naturaleza
en materia de gestión económica, lo que significa que la tierra fértil, los
bosques, la pesca o el agua dulce, por ejemplo son considerados elementos
estratégicos de la mundialización, como el petróleo, los pesticidas y la
energía nuclear, y disfrazados de constituyentes de la “seguridad nacional”,
asunto en realidad de las altas instancias reguladoras del mercado. Ahí no son
admitidos los ecologistas porque todavía no son un poder fáctico y no pueden
aspirar más que a una participación de base en la gestión de los efectos
nocivos ambientales. Se trata de una economía de guerra que no quiere camuflar la miseria ni
tampoco incrementar el control sobre la población, sino que, con el mismo
pretexto de racionalización con que antaño burocratizaba el mundo, hoy se
desentiende de la nocividad no rentable, coloca a la gente desechable para el
mercado en economías de subsistencia y descentraliza el control social,
poniéndolo en manos de dirigentes “no gubernamentales”. Es una operación
de aislamiento del pauperismo dentro del propio sistema que lo produce, a
través de economías marginales gestionadas por una pléyade paraestatal de ONGs,
sindicatos, fundaciones, iglesias, etc, pero también por rackets independientes
como mafias, sectas o bandas, encargadas de los aspectos menos aceptables de
dichas economías, como la protección o el contrabando. Se trata entonces de
consagrar una nueva división de la sociedad entre excluidos e integrados
en el mercado, y que se está materializando en el desarrollo imparable de
incontrolados ghettos.
La gestión del caos ya no es de interés específico para la dominación.
Se domina todo dominado sólo una parte: es la ley de la rentabilidad represiva
decreciente la que determina las dimensiones de la pirámide policial.
La producción de mercancías produce por igual lo insoportable y los hombres capaces de soportarlo. Los progresos de la alienación no suceden en medio de la pasividad de las masas sino con su participación activa y entusiasta. Nunca se ha resaltado lo bastante el papel contrarrevolucionario de la miseria, del lado malo que, al desarticular la lucha, detiene el movimiento que hace la historia. Y se ha olvidado el efecto ideológico del desclasamiento que ha producido la proletarización del mundo. Wilhelm Reich señaló el papel de la ideología dominante como fuerza material -bautizándola como plaga emocional- de la contrarrevolución, la cual se alimenta de la falta de dominio de los individuos sobre sus propias vidas. En la base del sometimiento yace un conflicto emocional y afectivo que desactiva el potencial rebelde de los individuos. Pero resulta que el corolario de la proletarización mundial es la liquidación del individuo, que, “como todos los procedimientos individualistas de producción, aparece históricamente anticuado y a la zaga de la técnica” (Adorno, Minima Moralia). Y la desaparición del individuo, su transformación en muchedumbre vacía, aislada y sustituible, abre el momento de la reflexión, del repliegue, de la contradicción, y obliga a nuevos planteamientos. Adorno sigue diciendo que
“quienes no deseen entregarse de lleno al individualismo de la producción espiritual ni lanzarse de cabeza al colectivismo de la sustituibilidad igualitaria y despectiva del hombre, están obligados a un trabajo en común libre y solidario bajo una común responsabilidad”. . Inicialmente son dichos colectivos los únicos que están en conflicto con el sistema, pero ese conflicto todavía no afecta a sus fundamentos, porque no contiene en sí mismo un proyecto superador, es decir, aún no es histórico. A medida que el movimiento social desaparece, que los desposeídos son una masa incapaz de movimiento propio, los antagonismos no se perciben y las crisis no suceden. De la parte de los oprimidos no puede salir nada peculiar, ninguna iniciativa histórica.
La producción de mercancías produce por igual lo insoportable y los hombres capaces de soportarlo. Los progresos de la alienación no suceden en medio de la pasividad de las masas sino con su participación activa y entusiasta. Nunca se ha resaltado lo bastante el papel contrarrevolucionario de la miseria, del lado malo que, al desarticular la lucha, detiene el movimiento que hace la historia. Y se ha olvidado el efecto ideológico del desclasamiento que ha producido la proletarización del mundo. Wilhelm Reich señaló el papel de la ideología dominante como fuerza material -bautizándola como plaga emocional- de la contrarrevolución, la cual se alimenta de la falta de dominio de los individuos sobre sus propias vidas. En la base del sometimiento yace un conflicto emocional y afectivo que desactiva el potencial rebelde de los individuos. Pero resulta que el corolario de la proletarización mundial es la liquidación del individuo, que, “como todos los procedimientos individualistas de producción, aparece históricamente anticuado y a la zaga de la técnica” (Adorno, Minima Moralia). Y la desaparición del individuo, su transformación en muchedumbre vacía, aislada y sustituible, abre el momento de la reflexión, del repliegue, de la contradicción, y obliga a nuevos planteamientos. Adorno sigue diciendo que
“quienes no deseen entregarse de lleno al individualismo de la producción espiritual ni lanzarse de cabeza al colectivismo de la sustituibilidad igualitaria y despectiva del hombre, están obligados a un trabajo en común libre y solidario bajo una común responsabilidad”. . Inicialmente son dichos colectivos los únicos que están en conflicto con el sistema, pero ese conflicto todavía no afecta a sus fundamentos, porque no contiene en sí mismo un proyecto superador, es decir, aún no es histórico. A medida que el movimiento social desaparece, que los desposeídos son una masa incapaz de movimiento propio, los antagonismos no se perciben y las crisis no suceden. De la parte de los oprimidos no puede salir nada peculiar, ninguna iniciativa histórica.
En su propia situación no encontrarán las condiciones para comenzar una
lucha que no sea mera negatividad y descontento. Entonces
son los grupos de
disidentes quienes ocupan el lugar de la “organización de clases”, ya que clase
no hay. Quienes contraponen a la inactividad social la difusión de sus puntos
de vista. Quienes propugnan un movimiento social sin tildarse ellos de
movimiento social. Quienes se camuflan dentro de las luchas y critican la
miseria de la vida cotidiana. Son, hegelianamente hablando, la conciencia de lo
afirmativo, y están en el terreno de los utópicos, recordándonos la posibilidad
real de un sistema nuevo, quienes diagnostican y no recetan, quienes preparan
sus experimentos sociales sin anunciar panaceas. Quienes nos dicen, como
Babeuf, que no creen “que la posibilidad eventual de un retorno al estado de
la comunidad sea una fantasía” (El Tribuno del pueblo).
Es importante la propia existencia coordinada de quienes se oponen a la
dominación porque demuestra la posibilidad al margen de ella. Estos grupos
avanzan negativamente, sin definir demasiado un proyecto positivo, pues ahora
importa más saber lo que no se quiere, y la experiencia colectiva merece mucho
más interés como negación de una sociedad condenable que como afirmación
particular de una práctica limitada. Es la capacidad de vivir afuera lo
que dificulta la reproducción y lo que, si consigue generalizarse, ha de
disolverlas. Por ahora lo único que pueden ofrecer a sus contemporáneos es un lugar
donde ejercer sus cualidades, un medio para comenzar a concertarse y construir
una sociedad dentro de otra y a la vez, aparte. Un proyecto de acción colectiva
de ese estilo coloca en el mismo plano las virtudes de la sociabilidad, el amor
a la libertad y las capacidades revolucionarias. Y la negación de ese proyecto
adopta la forma del carácter. Reemprendiendo una vieja polémica anarquista,
se debe recalcar el lado colectivo de la acción, la pasión común, frente a la
individualidad, demasiado afectada por el carácter, pero sin olvidar que el
factor subjetivo, la voluntad individual, ha de ser la fuerza motriz de la
historia. El intento de excluir el capitalismo de nuestras vidas no
es una llamada a la marginalidad; no es más que el empeño por conservar y
ampliar las relaciones humanas en nuestro entorno, y dicho intento es ahora el
punto central de la acción, el elemento a partir del cual se van a elaborar
proyectos de exclusión más ambiciosos.
Quien apuesta contra el capitalismo está apostando
por la revolución y reivindicará sus formas autónomas de lucha que son, según
la crítica radical de los sesenta, “la parte no vencida de un proyecto
vencido”. Pero lo que distinguirá como revolucionario a comunas, coordinadoras,
consejos, asambleas, etc, será su talante, su función y su acción, o sea, su
contenido. Y éste ha de ser antiindustrial, societario, libertario.
Porque el primer objetivo de toda revolución es “la constitución de un
espacio público donde aparezca la libertad, la constitutio libertatis” (Hannan
Arendt, Ensayo sobre la Revolución). El resto llegará desde allí o no
llegará.
Este escrito de Miguel Amorós ha aparecido en el libro “Golpes y contragolpes, la acción subversiva en la más hostil de las condiciones”, editado por Pepitas de calabaza y Oxígeno.
CLAVES PARA DESMITIFICAR EL AMOR
ROMÁNTICO Y OLVIDARSE DE PRINCESAS Y PRÍNCIPES AZULES
Por Coral Herrera
En los cuentos que nos cuentan desde nuestra más
tierna infancia, a los varones les enseñan tres cosas sobre el amor:
-Hay cosas más importantes en la vida que el amor romántico.
-Hay una mujer destinada a ti.
-El amor es inagotable e incondicional (como el amor de mamá).
A las mujeres nos enseñan otras tres cosas:
-Hay cosas más importantes en la vida que el amor romántico.
-Hay una mujer destinada a ti.
-El amor es inagotable e incondicional (como el amor de mamá).
A las mujeres nos enseñan otras tres cosas:
-No hay nada en la vida más importante que el amor
romántico.
-Hay un hombre destinado a ti.
-Las mujeres nacen con un don para amar inagotable e incondicionalmente (por eso su objetivo en la vida es ser esposa y mamá).
En los cuentos que nos cuentan, a unos les lanzan un mensaje, y a las otras nos lanzan otro. Para los hombres, el mensaje principal es que el amor es eso que sucede al final de la aventura, después de haber pasado por mil situaciones diferentes, después de que el héroe ha demostrado su fuerza, su valentía, su capacidad para ganar y someter a los enemigos que le van saliendo en el camino, y a los monstruos internos que a veces le paralizan de miedo. Si logra vencerlos, será digno del amor de la Princesa Que Espera, y si fracasa, se quedará solo.
-Hay un hombre destinado a ti.
-Las mujeres nacen con un don para amar inagotable e incondicionalmente (por eso su objetivo en la vida es ser esposa y mamá).
En los cuentos que nos cuentan, a unos les lanzan un mensaje, y a las otras nos lanzan otro. Para los hombres, el mensaje principal es que el amor es eso que sucede al final de la aventura, después de haber pasado por mil situaciones diferentes, después de que el héroe ha demostrado su fuerza, su valentía, su capacidad para ganar y someter a los enemigos que le van saliendo en el camino, y a los monstruos internos que a veces le paralizan de miedo. Si logra vencerlos, será digno del amor de la Princesa Que Espera, y si fracasa, se quedará solo.
El príncipe azul sabe que
vencerá porque siempre se siente querido. Las dudas de amor son para las
princesas con mucho tiempo libre que gustan de atormentarse. Ellos prefieren
sentirse queridos, útiles, importantes y necesarios para su país o para su
comunidad. Los príncipes se saben deseados por las mujeres, respetados por sus
enemigos, admirados por sus amigos, venerado por sus súbditos, y mitificados
por una bella muchacha que sufre lo indecible (o que se aburre infinitamente)
mientras espera la llegada de su Salvador.
Otro de los mensajes que suelen lanzarnos desde las
producciones culturales es que el príncipe azul lleva consigo el amor
incondicional de su madre grabado en el corazón, por eso sólo podrá ofrecerle
el trono del reino a una mujer que le ame como su madre: de un modo total, sin
peros, sin condiciones. Así que nosotras tenemos que sustituir a su madre y
convertirnos también en madres de sus hijos e hijas, y ellos, ya saben que las
madres aguantan de todo y que por muy mal que te portes, nunca dejarán de
quererte.
El mensaje que nos lanzan a las mujeres es que si
somos elegidas, tenemos que sentirnos inmensamente afortunadas, porque somos el
grandioso premio a su heroicidad, el símbolo del triunfo masculino, el descanso
del guerrero, y el botín de guerra que les pertenece por haber salvado al mundo
(de las hordas de orcos, de los comunistas rusos, de los terroristas islámicos,
de los alienígenas, de los indios norteamericanos, de los mafiosos italianos,
de los robots inteligentes y malvados).
Las princesas, nos cuentan, tienen que ser muy pacientes, porque en casi todas las historias el amado siempre tiene mucho trabajo. Y es que por encima del amor está la misión del héroe, que es mucho más grandiosa que la princesa y que él mismo. El héroe primero sirve a la patria, y después obtendrá su recompensa por su trabajo, pero tiene que ganársela: el protagonista de los cuentos de hadas y de las películas de acción ha de demostrar que es un hombre con pleno control sobre sus emociones y mucha “sangre fría” para actuar. Tiene que olvidarse de su tierno corazoncito para matar, aniquilar y destruir al enemigo. Tiene que demostrar que es duro como una piedra, que ejecuta órdenes con la fidelidad de un robot, que es capaz de aguantar el cansancio, el hambre, el dolor de las heridas, el sueño acumulado y todo lo que le echen encima. El premio a sus sacrificios es la princesa que espera en su castillo, les dicen a los niños.
Las princesas, nos cuentan, tienen que ser muy pacientes, porque en casi todas las historias el amado siempre tiene mucho trabajo. Y es que por encima del amor está la misión del héroe, que es mucho más grandiosa que la princesa y que él mismo. El héroe primero sirve a la patria, y después obtendrá su recompensa por su trabajo, pero tiene que ganársela: el protagonista de los cuentos de hadas y de las películas de acción ha de demostrar que es un hombre con pleno control sobre sus emociones y mucha “sangre fría” para actuar. Tiene que olvidarse de su tierno corazoncito para matar, aniquilar y destruir al enemigo. Tiene que demostrar que es duro como una piedra, que ejecuta órdenes con la fidelidad de un robot, que es capaz de aguantar el cansancio, el hambre, el dolor de las heridas, el sueño acumulado y todo lo que le echen encima. El premio a sus sacrificios es la princesa que espera en su castillo, les dicen a los niños.
A las niñas les lanzan este mensaje: para la
princesa el amor sí es lo más importante, porque la liberará de su encierro o
su desgracia. Ella ama el amor porque cree que su vida mejorará, y porque no le
han enseñado a pensar en otra cosa que en casarse y cumplir lo que se espera de
ella: ser una mujer eternamente agradecida y entregada a su Salvador con
absoluta devoción.
Los príncipes han de esforzarse mucho para obtener su recompensa, las princesas sólo tienen que aguantar, esperar, y ser pacientes para que nos amen para siempre. Y esperar solas, claro, sin rivales alrededor.
No es casualidad que las princesas siempre estén solas y desprotegidas, a merced de las circunstancias, y soñando con que alguien se encargue de ella. Nunca tiene un plan propio para escapar del encierro, ni redes de solidaridad y afecto que le ayuden. Las princesas en general son vulnerables, frágiles, sensibles, dulces, heterosexuales, de piel blanca y cabellos rubios. Se aburren mucho, suspiran mucho, y piensan en su príncipe azul a todas horas, creyendo que junto a él encontrarán la felicidad eterna y nunca más estarán solas.
A los chicos les encanta pensar que existe una princesa que lo ama porque sí y sólo piensa en él. Pero además, hay otras mujeres que les desean mucho, como es natural en un macho alfa. El mensaje que les lanzan a ellos es que han de ser fuertes para evitar las tentaciones. En el camino hacia el amor, el héroe se verá seducido por maléficas figuras femeninas que lo atraen hacia el lado oscuro, pero él nunca dejará de pensar en su princesa que espera pacientemente en el castillo a ser rescatada.
El mensaje patriarcal de los cuentos para niños, adolescentes y hombres adultos es que estas maléficas mujeres son libres, potentes, atractivas, y peligrosas, así que sólo has de acercarte a ellas para satisfacer tus necesidades básicas y divertirte un rato antes de encontrarte con tu legítima amada. Sabes que serás perdonado porque son meras necesidades sexuales que “nada tienen que ver” con el sublime romanticismo que le lleva a la Princesa Que Espera.
Al final de la aventura, el hombre puede por fin rendirse ante el amor: es cuando el héroe abre su corazón gracias a la ternura de la amada. Ya ha demostrado lo fuerte y valiente que es, ya ha ganado todas las copas y trofeos, ya ha llegado el momento de asentar la cabeza y formar una familia para asegurar la perpetuación de su estirpe. En los cuentos que nos cuentan, los finales son siempre felices: el héroe rescata a la princesa, se casan y viven para siempre comiendo perdices. Él la protegerá, ella lo cuidará para siempre, ambos vivirán encerrados en su palacio de cristal.
Sin embargo, la Realidad es siempre diferente a la ficción romántica: como cualquier pareja, los enamorados se arrugan y engordan, pierden belleza y alegría, se pelean, se aburren, se hastían, se traicionan, se reconcilian, y nada es tan bonito como nos habían contado. Las princesas y los príncipes no son tan perfectos, por lo que sus historias de amor tampoco lo son.
Descubrirlo personalmente nos decepciona y nos frustra, porque nos sentimos engañados, o porque pensamos que tenemos mala suerte en el amor. Para poder sufrir menos y disfrutar más, tenemos que aprender a despatriarcalizar y a desmitificar el amor romántico, inventarnos otros cuentos con otros mensajes, y construir otras formas de querernos.
Los príncipes han de esforzarse mucho para obtener su recompensa, las princesas sólo tienen que aguantar, esperar, y ser pacientes para que nos amen para siempre. Y esperar solas, claro, sin rivales alrededor.
No es casualidad que las princesas siempre estén solas y desprotegidas, a merced de las circunstancias, y soñando con que alguien se encargue de ella. Nunca tiene un plan propio para escapar del encierro, ni redes de solidaridad y afecto que le ayuden. Las princesas en general son vulnerables, frágiles, sensibles, dulces, heterosexuales, de piel blanca y cabellos rubios. Se aburren mucho, suspiran mucho, y piensan en su príncipe azul a todas horas, creyendo que junto a él encontrarán la felicidad eterna y nunca más estarán solas.
A los chicos les encanta pensar que existe una princesa que lo ama porque sí y sólo piensa en él. Pero además, hay otras mujeres que les desean mucho, como es natural en un macho alfa. El mensaje que les lanzan a ellos es que han de ser fuertes para evitar las tentaciones. En el camino hacia el amor, el héroe se verá seducido por maléficas figuras femeninas que lo atraen hacia el lado oscuro, pero él nunca dejará de pensar en su princesa que espera pacientemente en el castillo a ser rescatada.
El mensaje patriarcal de los cuentos para niños, adolescentes y hombres adultos es que estas maléficas mujeres son libres, potentes, atractivas, y peligrosas, así que sólo has de acercarte a ellas para satisfacer tus necesidades básicas y divertirte un rato antes de encontrarte con tu legítima amada. Sabes que serás perdonado porque son meras necesidades sexuales que “nada tienen que ver” con el sublime romanticismo que le lleva a la Princesa Que Espera.
Al final de la aventura, el hombre puede por fin rendirse ante el amor: es cuando el héroe abre su corazón gracias a la ternura de la amada. Ya ha demostrado lo fuerte y valiente que es, ya ha ganado todas las copas y trofeos, ya ha llegado el momento de asentar la cabeza y formar una familia para asegurar la perpetuación de su estirpe. En los cuentos que nos cuentan, los finales son siempre felices: el héroe rescata a la princesa, se casan y viven para siempre comiendo perdices. Él la protegerá, ella lo cuidará para siempre, ambos vivirán encerrados en su palacio de cristal.
Sin embargo, la Realidad es siempre diferente a la ficción romántica: como cualquier pareja, los enamorados se arrugan y engordan, pierden belleza y alegría, se pelean, se aburren, se hastían, se traicionan, se reconcilian, y nada es tan bonito como nos habían contado. Las princesas y los príncipes no son tan perfectos, por lo que sus historias de amor tampoco lo son.
Descubrirlo personalmente nos decepciona y nos frustra, porque nos sentimos engañados, o porque pensamos que tenemos mala suerte en el amor. Para poder sufrir menos y disfrutar más, tenemos que aprender a despatriarcalizar y a desmitificar el amor romántico, inventarnos otros cuentos con otros mensajes, y construir otras formas de querernos.
He aquí algunas claves para desmitificar el
romanticismo patriarcal y para aprender a relacionarse amorosamente con
personas de carne y hueso:
Para ellos:
Buenas noticias: no hace falta que salves a la Humanidad, ni que seas un héroe, ni que demuestres que eres fuerte, violento, agresivo o dominante para que te amen. Ya no estás obligado a responsabilizarte de todo, y no hace falta que seas el ganador y el vencedor absoluto en todas las áreas de tu vida. No tienes por qué sentirte culpable si no das la talla o no cumples con las expectativas sobre tu virilidad. Basta con que seas una buena persona capaz de construir una relación bonita.
El amor es para disfrutar, no para sufrir. El amor es para hacernos la vida más fácil y bonita los unos a los otros, no es un medio para negociar y conseguir otras cosas, ni es un sacrificio que hay que hacer para tener asegurado el cuido y el placer (olvídate de la esposa-criada complaciente que atienda todas tus necesidades como mamá, para más información, el siguiente punto).
Definitivamente, la princesa rosa ya no existe. Las mujeres ya no esperan toda la vida ni te aman incondicionalmente: si no te portas bien, si no hay buen trato, si no alimentas la relación, si pactas fidelidad y no cumples, te dejan. La mujer a la que amas no está sentada esperando a que llegues, no está siempre disponible para ti, ni es tuya, ni su amor es para siempre. Es una mujer libre que está contigo porque quiere estar contigo, sencillamente, en el presente que compartís.
No mitifiques a una sola mujer y desprecies a todas las demás. No existen las mujeres buenas y las mujeres malas, por lo que no hace falta que montes jerarquías afectivas que sitúen a una sola mujer en la cúspide del éxito, y a todas las demás las minusvalores.
Para ellos:
Buenas noticias: no hace falta que salves a la Humanidad, ni que seas un héroe, ni que demuestres que eres fuerte, violento, agresivo o dominante para que te amen. Ya no estás obligado a responsabilizarte de todo, y no hace falta que seas el ganador y el vencedor absoluto en todas las áreas de tu vida. No tienes por qué sentirte culpable si no das la talla o no cumples con las expectativas sobre tu virilidad. Basta con que seas una buena persona capaz de construir una relación bonita.
El amor es para disfrutar, no para sufrir. El amor es para hacernos la vida más fácil y bonita los unos a los otros, no es un medio para negociar y conseguir otras cosas, ni es un sacrificio que hay que hacer para tener asegurado el cuido y el placer (olvídate de la esposa-criada complaciente que atienda todas tus necesidades como mamá, para más información, el siguiente punto).
Definitivamente, la princesa rosa ya no existe. Las mujeres ya no esperan toda la vida ni te aman incondicionalmente: si no te portas bien, si no hay buen trato, si no alimentas la relación, si pactas fidelidad y no cumples, te dejan. La mujer a la que amas no está sentada esperando a que llegues, no está siempre disponible para ti, ni es tuya, ni su amor es para siempre. Es una mujer libre que está contigo porque quiere estar contigo, sencillamente, en el presente que compartís.
No mitifiques a una sola mujer y desprecies a todas las demás. No existen las mujeres buenas y las mujeres malas, por lo que no hace falta que montes jerarquías afectivas que sitúen a una sola mujer en la cúspide del éxito, y a todas las demás las minusvalores.
Las mujeres no son “santas” o “putas”, son seres
imperfectos y complejos como tú, con sus virtudes y sus defectos, sus errores y
sus aciertos. Igual que tú nunca podrás ser tan maravilloso como el príncipe
azul, ellas tampoco podrán cumplir con las expectativas del mito de la
princesa. Las mujeres libres con autonomía no son peligrosas. No hace falta
dominarlas para poder amarlas. No tengas miedo a relacionarte con una mujer de
carne y hueso sin la coraza: no muerden.
El amor no supone rendirse, no es un virus que te posee y te roba la voluntad, no es el fin de tu juventud, no te convierte en prisionero de nadie, no te convierte en propietario, ni en dominador o dominado. El amor no te roba la autonomía, no es el fin de tu libertad, no te convierte en un “calzonazos”, no te rebaja la virilidad. Así pues, eres libre para relacionarte desinteresadamente con las mujeres o los hombres a los que amas, y para dejarte seducir por la magia del compañerismo romántico que nos sitúa a todos en el mismo plano horizontal. Practicar el amor sin las antiguas estructuras de dominación y sumisión, te liberará de la necesidad de ser superior o de luchar por el poder, con lo cual podrás disfrutar más del amor.
Aprende a compartir protagonismos: antes los personajes femeninos de las historias de amor ejercían un papel pasivo, ahora van en su propio caballo, matan a sus propios dragones, toman decisiones, resuelven enigmas, se emparejan y se separan, eligen a sus compañeros, se equivocan, rectifican, y reivindican su derecho a moverse con libertad, y a ser protagonistas de sus propios relatos.
Las mujeres son tus compañeras, y los hombres son tus compañeros, y se trabaja siempre mejor en equipo que en solitario. Di no a la soledad, que te hace más dependiente y más vulnerable, y júntate a la gente para dar y recibir amor, para vivir aventuras, para celebrar la vida.
El amor no supone rendirse, no es un virus que te posee y te roba la voluntad, no es el fin de tu juventud, no te convierte en prisionero de nadie, no te convierte en propietario, ni en dominador o dominado. El amor no te roba la autonomía, no es el fin de tu libertad, no te convierte en un “calzonazos”, no te rebaja la virilidad. Así pues, eres libre para relacionarte desinteresadamente con las mujeres o los hombres a los que amas, y para dejarte seducir por la magia del compañerismo romántico que nos sitúa a todos en el mismo plano horizontal. Practicar el amor sin las antiguas estructuras de dominación y sumisión, te liberará de la necesidad de ser superior o de luchar por el poder, con lo cual podrás disfrutar más del amor.
Aprende a compartir protagonismos: antes los personajes femeninos de las historias de amor ejercían un papel pasivo, ahora van en su propio caballo, matan a sus propios dragones, toman decisiones, resuelven enigmas, se emparejan y se separan, eligen a sus compañeros, se equivocan, rectifican, y reivindican su derecho a moverse con libertad, y a ser protagonistas de sus propios relatos.
Las mujeres son tus compañeras, y los hombres son tus compañeros, y se trabaja siempre mejor en equipo que en solitario. Di no a la soledad, que te hace más dependiente y más vulnerable, y júntate a la gente para dar y recibir amor, para vivir aventuras, para celebrar la vida.
El amor no culmina con un final feliz, se construye
día a día. No existe la fuente de amor inagotable, no dura para siempre, y no
es gratis: para ser amado hay que amar, para recibir hay que dar, para que te
traten bien tienes que tratar bien. El amor puedes disfrutarlo en cualquier
momento de tu vida si tienes las herramientas y los conocimientos necesarios
para construir una relación bonita. No es una meta a la que llegar, es un
proceso que se vive en el presente inmediato y se nutre con nuestra
creatividad, nuestra generosidad, nuestra capacidad de empatía y de disfrute.
Libérate de las cargas del príncipe azul. Por mucho que lo intentes, nunca podrás estar a la altura de los mitos de la masculinidad hegemónica, ni cumplir con todas las expectativas que se despiertan en torno a la figura del héroe con superpoderes mágicos. Ningún hombre es tan guapo, bondadoso, rico, valiente, potente sexualmente, sensible, honrado, luchador, generoso, sabio, culto, divertido, ni tan perfecto como los vemos en las películas (excepto Brad Pitt, y seguro que algún defecto tiene el hombre). Con la edad irás engordando, perdiendo fuerzas y reflejos, tendrás achaques, puede que te quedes calvo, que se arruine tu negocio, que dejes de tener éxito en la vida, que te abandone la buena suerte. Sabiendo que nunca podrás ser tan maravilloso como un príncipe azul, estás liberado de la carga que supone estar siempre demostrando que eres muy hombre, o que eres el mejor: así puedes dedicar tu tiempo y energía a otras cosas más provechosas, como por ejemplo practicar la autocrítica amorosa para conocerte mejor, o trabajarte los miedos que te impiden disfrutar del amor.
Los miedos no desaparecen mágicamente, hay que trabajarlos constantemente: en los cuentos los miedos se superan con pócimas, con talismanes, con conjuros o hechizos, con tótems o con magia. Muchos de ellos los has heredado de tu cultura patriarcal: el miedo a no dar la talla en la cama, el miedo a enamorarse ciega e irracionalmente, el miedo a quedarse solo, el miedo a salir de los armarios, el miedo a la infidelidad o la deslealtad de la persona amada, el miedo al “qué dirán”, el miedo al rechazo o a no ser correspondido, el miedo al compromiso, el miedo a que te dominen o te manipulen, el miedo a que se cuestione tu virilidad o tu heterosexualidad, el miedo a perder tu autonomía y tu libertad, el miedo a que te hagan daño, el miedo a fracasar, el miedo que nos da saber que no somos imprescindibles para nadie… hay que liberarse de los miedos, entonces, para poder relacionarse con la gente con libertad, con generosidad, con ternura.
Libérate de las cargas del príncipe azul. Por mucho que lo intentes, nunca podrás estar a la altura de los mitos de la masculinidad hegemónica, ni cumplir con todas las expectativas que se despiertan en torno a la figura del héroe con superpoderes mágicos. Ningún hombre es tan guapo, bondadoso, rico, valiente, potente sexualmente, sensible, honrado, luchador, generoso, sabio, culto, divertido, ni tan perfecto como los vemos en las películas (excepto Brad Pitt, y seguro que algún defecto tiene el hombre). Con la edad irás engordando, perdiendo fuerzas y reflejos, tendrás achaques, puede que te quedes calvo, que se arruine tu negocio, que dejes de tener éxito en la vida, que te abandone la buena suerte. Sabiendo que nunca podrás ser tan maravilloso como un príncipe azul, estás liberado de la carga que supone estar siempre demostrando que eres muy hombre, o que eres el mejor: así puedes dedicar tu tiempo y energía a otras cosas más provechosas, como por ejemplo practicar la autocrítica amorosa para conocerte mejor, o trabajarte los miedos que te impiden disfrutar del amor.
Los miedos no desaparecen mágicamente, hay que trabajarlos constantemente: en los cuentos los miedos se superan con pócimas, con talismanes, con conjuros o hechizos, con tótems o con magia. Muchos de ellos los has heredado de tu cultura patriarcal: el miedo a no dar la talla en la cama, el miedo a enamorarse ciega e irracionalmente, el miedo a quedarse solo, el miedo a salir de los armarios, el miedo a la infidelidad o la deslealtad de la persona amada, el miedo al “qué dirán”, el miedo al rechazo o a no ser correspondido, el miedo al compromiso, el miedo a que te dominen o te manipulen, el miedo a que se cuestione tu virilidad o tu heterosexualidad, el miedo a perder tu autonomía y tu libertad, el miedo a que te hagan daño, el miedo a fracasar, el miedo que nos da saber que no somos imprescindibles para nadie… hay que liberarse de los miedos, entonces, para poder relacionarse con la gente con libertad, con generosidad, con ternura.
Para ellas:
No te esfuerces en cumplir el mito de la princesa rosa: nunca serás tan buena, guapa, joven, sana, dulce, paciente, obediente, conformista y pasiva como esta heroína tradicional, por mucho empeño que le pongas. Además, los palacios son lugares enormes, solitarios, fríos, aburridos, y resulta muy difícil escapar de ellos cuando estás dentro. Dedica tus energías a construir tu propio personaje, y a ser la mujer que te dé la gana de ser.
No te esfuerces en buscar al príncipe azul, no existe el hombre ni la mujer perfecta. Somos más felices cuando querremos a la gente tal y como es, sin mitificarla, sin endiosarla, sin rebajarla.
El amor no es la solución a todos tus problemas. Si te pasa como a las princesas de los cuentos, que están hartas de la explotación laboral a la que están sometidas, o sencillamente te aburres y tienes ganas de transformar su vida, no esperes a la llegada del Salvador que te rescate de tu situación. Ponte manos a la obra para generar cambios que mejoren tu vida sin depositar esa responsabilidad en nadie más que en ti.
Esperar es inútil: en estos tiempos en los que las horas y los meses pasan volando, ya no podemos pararnos a esperar a nadie. Esperar es un acto pasivo que deja en manos de los demás nuestra propia felicidad. No sabemos si nos queda una semana o diez años de vida, así que mejor disfrutar del presente, que es el único tesoro que tenemos.
El amor no es sacrificio, renuncia, ni rendición: no tienes por qué olvidarte de ti misma ni de tus necesidades sólo porque tengas pareja. No tienes por qué entregarte en cuerpo y alma si la otra persona no se entrega. No tienes por qué aguantar todo lo que te echen encima “por amor”. Amar no es sufrir: es disfrutar.
Hay muchas fuentes de afecto, de placer y felicidad en nuestras vidas, por eso el amor romántico no puede ser tu único objetivo: estas rodeada de gente estupenda que te quiere, y hay mucha más gente estupenda a la que conocer. El romanticismo en pareja es una experiencia hermosa, pero también hay mucho que aprender, que vivir, que experimentar con los demás. El amor es importante en la medida en que no se limite a una sola persona, y en la medida en que nos permita crecer y evolucionar, y repartir amor a la gente que nos rodea.
Trabaja tu autonomía económica y tu independencia personal para poder construir relaciones desde la libertad, y no desde la necesidad o el interés. Déjate seducir por la magia del compañerismo romántico, y quiérete mucho, para poder dar amor a los demás. Practica la autocrítica amorosa para conocerte mejor y trabajarte lo que pueda hacerte mejorar. El amor es un arte, y cuantas más herramientas tengas para relacionarte con los demás, más podrás disfrutarlo.
Libérate de tus miedos, sal de tus armarios, y no
te sientas culpable si te enamoras, o si te desenamoras. Las mujeres no nacemos
con un don para amar eterna e incondicionalmente, y tenemos derecho a juntarnos
o separarnos de nuestras parejas cuando lo deseemos. Y siempre estamos mejor
acompañadas por otras, que solas.
Di no a la soledad: las protagonistas de las historias siempre están solas: no descuides tus redes sociales y afectivas, porque son tu mayor tesoro. Solas somos vulnerables y dependientes, rodeadas de gente a la que queremos somos más libres y tenemos más posibilidades de vivir el amor sin reducir todo a una sola persona. Expande y diversifica tu amor.
Di no a la soledad: las protagonistas de las historias siempre están solas: no descuides tus redes sociales y afectivas, porque son tu mayor tesoro. Solas somos vulnerables y dependientes, rodeadas de gente a la que queremos somos más libres y tenemos más posibilidades de vivir el amor sin reducir todo a una sola persona. Expande y diversifica tu amor.
Disfruta de tu papel
protagonista en la historia de tu vida: tú eres la narradora, la guionista, la
directora, y la actriz principal. Tú elijes a la gente con la que quieres
compartir, tú tomas las decisiones, y tú confías en ti misma a la hora de
construir tu historia. Tú eres la que inventas, la que te equivocas, la que
rectificas. Trata con mimo a tu propio personaje y a los que te acompañan, os merecéis
el mejor trato del mundo.
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