Fábula del Culo y el Poder
LA ONG-IZACIÓN DE LA
RESISTENCIA
(por arundathi
roy)
Extracto de una conferencia que tuvo lugar en San
Francisco, California, el 16 de Agosto del 2004 (traducida del ingles), bajo la
intervención de Arundhati Roy.
Uno de los riesgos que amenazan a los movimientos
de masas, es la de la ONG – IZACIÓN de la resistencia. Sería fácil tergiversar
lo que estoy a punto de decir en acusación contra todas las Organizaciones No
Gubernamentales (ONG). Sería una falsedad. En las turbias aguas de impostoras
ONG’s algunas buscan establecer o sacar con sifón el dinero de subvenciónes o
por medio de fraudes fiscales, desde luego, hay ONG’s que hacen un trabajo
aceptable. Pero es importante considerar el fenómeno ONG, en un contexto político
más amplio.
En India, por ejemplo, el auge de ONG’s
subvencionadas comenzó a finales de los años 1980 y los años 1990. Esto
coincidió con la apertura de los mercados de la India al neoliberalismo. En ese
entonces, de acuerdo con las exigencias del ajuste estructural, el estado
Indio retiraba el financiamiento del desarrollo rural, la agricultura, la
energía, el transporte y la salud pública. Como el estado abandonó su papel
tradicional, las ONG comenzaron a trabajar en estas áreas. La diferencia, desde
luego, es que los fondos puestos a su disposición eran una fracción minúscula
del corte real en los gastos públicos del estado.
La mayoría de las ONG son financiadas y
patrocinadas por agencias de ayuda al
desarrollo, que son
a su vez financiadas por gobiernos Occidentales, el Banco mundial, las Naciones
Unidas y algunas corporaciones
multinacionales. Aunque
ellas no son agencias idénticas, ciertamente son parte del mismo conjunto
político que supervisa el proyecto neoliberal y cuya principal exigencia es la
obtención de recortes drásticos en el gasto publico.
¿Porqué estas agencias tendrían que financiar las
ONG? ¿Podría esto ser solamente un afán misionero pasado de moda? o ¿Culpa? Es
sin duda un poco más que eso. Las ONG dan la impresión de llenar el vacío
creado por un estado en retirada. Y es lo que hacen, pero de un modo
materialmente inconsecuente. Su verdadera contribución consiste en desactivar
la cólera política y repartir a gota de agua, bajo la forma de ayuda o
benevolencia, aquello por lo que normalmente la gente debería tener derecho. Ellas
alteran la conciencia [psiquis] pública. Convierten a la gente en víctimas
dependientes y desafilan los bordes de la resistencia política. Las ONG forman
una especie de parachoque entre el sarkar [gobierno] y el público. Entre
el Imperio y sus oprimidos. Se han convertido en los árbitros, los intérpretes,
los facilitadores.
A largo plazo, las ONG son responsables para con sus financiadores, no
para con la gente entre la que trabajan. Ellas son lo que los botánicos llamarían como una
especie indicadora. Tan es así que entre mayor es la devastación causada por el
neoliberalismo, mayor es el brote [y los beneficios] de ONG. Nada ilustra
esto más conmovedoramente que el fenómeno de los Estados Unidos disponiéndose a
invadir un país y preparando simultáneamente las ONG para entrar enseguida y
limpiar la devastación. Para asegurarse que su financiamiento no es
puesto en peligro y que los gobiernos de los países para los que trabajan les
permitirán seguir funcionando, las ONG tienen que presentar su trabajo con
un perfil superficial, más o menos desapegado del contexto político o histórico.
O por lo menos, de un contexto histórico o político inadecuado.
Los informes apolíticos de angustia (y por lo
tanto, en realidad, sumamente políticos) provenientes de países pobres y zonas
de guerra, tarde o temprano hacen que la gente (sombría) de esos países
(sombríos) parezcan víctimas patológicas. Otro Hindú desnutrido, otro Etíope
privado de comida, otro campamento de refugiados Afgano, otro Sudanés
mutilado… y todos con gran necesidad de la ayuda del hombre blanco. Sin
quererlo, las ONG, refuerzan los estereotipos
racistas y reafirman los logros, los consuelos y la compasión , es el
« quien ama bien, castiga bien » de la civilización Occidental. Ellas
son las misioneras seculares del mundo moderno.
CON EL TIEMPO – A ESCALA MÁS PEQUEÑA, PERO DE FORMA
MÁS INSIDIOSA – EL CAPITAL DISPONIBLE PARA LAS ONG JUEGA EL MISMO PAPEL EN LA
POLÍTICA ALTERNATIVA QUE EL CAPITAL ESPECULATIVO, QUE FLUYE DENTRO Y
FUERA DE LAS ECONOMÍAS DE PAÍSES POBRES. ESTE COMIENZA A DICTAR EL ORDEN
DEL DÍA. CONVIERTE LA CONFRONTACIÓN EN NEGOCIACIÓN. DESPOLITIZA LA RESISTENCIA
E INTERFIERE CON LOS MOVIMIENTOS LOCALES DE LOS PUEBLOS QUE SON
TRADICIONALMENTE INDEPENDIENTES. LAS ONG POSEEN LOS FONDOS CON LOS QUE PUEDEN
EMPLEAR A LOS HABITANTES DEL LUGAR QUE DE OTRA MANERA PODRÍAN SER ACTIVISTAS EN
MOVIMIENTOS DE RESISTENCIA, PERO QUE DE AHORA EN ADELANTE PUEDEN SENTIR QUE
HACEN EL BIEN DE MANERA INMEDIATA Y CREATIVA (AL MISMO TIEMPO QUE SE GANAN LA
VIDA EN ELLO).
La verdadera resistencia política no ofrece ninguno
de esos atajos.
La ONG-ización de la política amenaza con transformar la resistencia en
un trabajo educado, razonable, asalariado, y de nueve de la mañana a cinco de
la tarde. Con algunos bonus salariales suplementarios. La verdadera resistencia
tiene verdaderas consecuencias. Y ningún sueldo.
LA CARIDAD COMO NEGOCIO
(LA
ONG-IZACIÓN DE LA POBREZA)
GALERIA VIRTUAL
LA AUTOAYUDA ES
UNA ESTAFA. LA CONTRADICCIÓN ES VIDA.
«Cómo alcanzar los sueños de tu
infancia», «Cómo ganar amigos e influir en las personas», «Reinventarse»,
«Viaje al optimismo», «El arte de no amargarse en la vida». Estos y otros
similares son títulos de libros que pueblan los principales espacios de las más
concurridas librerías a nivel mundial, vendiéndose por miles y miles. Son
libros en los que, nada más y nada menos, se nos pretende enseñar a vivir.
Libros con los que tratar de guiarnos por la vida huyendo del sufrimiento
existencial y caminando directos hacia la anhelada felicidad. Libros en los
que decirnos como debe ser nuestro yo, cómo debe pensar, cómo debe actuar, qué
debe conocer, para poder ser feliz. Son los conocidos libros de autoayuda. Una
forma sutil de convertir el sinsentido en el que viven millones de personas en
estas sociedades ricas y opulentas nuestras, el consecuente sufrimiento
existencial que tal sinsentido genera, en un lucrativo negocio que, a una misma
vez, llena los bolsillos de autores y editores, así como permite que tal
sinsentido, tal sufrimiento, se pueda perpetuar, para así poder seguir
engordando el negocio. Lo normal en el capitalismo, vaya.
La autoayuda es mucho más que el mero
hecho de leer algunos libros de superación personal, nos dicen. Es un modo de
ser y estar en el mundo, de encarar la vida y de afrontar los problemas, la
enfermedad o los sinsabores de la vida, aseguran. Autoayuda significa hacerte responsable
de ti y de tu vida a todos los niveles (tanto físico como mental o emocional) y
dejar de esperar que otras personas curen tu cuerpo, resuelvan tu malestar
emocional o te hagan sentir bien, argumentan. Como si las causas de nuestros
males existenciales fueran ajenas a la realidad que nos rodea y la
solución a ellos no pasara por un acto colectivo, sino simplemente individual.
Como si todo se pudiera reducir a un mero acto de interpretación subjetivo
de la vida, a un mero cambio en la forma que nuestro “yo” tiene de afrontar la
vida. Como si cada uno de nosotros tuviese la obligación de ser aquel
sujeto ideal que le han dicho que tiene que ser, pues así podrá alcanzar la
felicidad prometida. Cuanta basura.
Los seres humanos somos muchas
personas en una. Dependiendo de la edad, el contexto, la situación, la
compañía, la actividad que realicemos, y tantas otras cosas, asumimos
diferentes roles –sociales y personales-. Se supone que existe un “yo”, un algo
abstracto que nos individualiza, que unifica a todas esas personas en una misma
persona. Pero, ¿no es eso igual que creer que existe un Dios que nos ha creado
y que por ello mismo debemos hacer lo que ÉL nos mande hacer?
No somos un “yo”, somos seres
anclados en una pluralidad de “yoes”, a veces incluso contradictorios entre sí.
Esa es la esencia de la vida. Esa es nuestra lucha cotidiana contra nosotros
mismos. Luchamos por integrar todas esas facetas de nuestra personalidad en un
mismo marco de sentido, algo que refleje una unidad. Y es palpable que continuamente
fracasamos. ¿No debería eso hacernos reflexionar?
Igual no debemos aspirar a unificar
en un mismo marco de sentido a nuestros diferentes “yoes”, sino a saber
integrar tales “yoes” en diferentes marcos de sentido que sirvan para afrontar
las diferentes situaciones que vamos viviendo en la construcción de nuestro
destino. Podemos hacer una misma cosa en dos espacios diferentes de nuestras
vidas y asumir sin problemas que tienen diferente sentido en uno que en el
otro. No es necesario que todo tenga que medirse siempre con los mismos
criterios. Es, de hecho, algo que solemos hacer, de manera natural,
continuamente. Los sistemas de sentido hegemónicos tratan de romper con ello.
Quieren un “yo” que les sirva y se someta a ellos, no una pluralidad
de “yoes” que puedan crear su propio destino, sobre la base de otorgar
diferentes sentidos a sus diferentes acciones dependiendo del contexto, la
situación, la compañía, la finalidad de la acción, y tantas otras cosas del
estilo.
Por supuesto, deberíamos ser fieles a
nuestra naturaleza existencial primaria. Ser una pluralidad de “yoes” y no un
único “yo”, tener diferentes códigos de sentido para interpretar la existencia
de esa pluralidad de “yoes” y no un único código de sentido, absoluto, desde el
cual interpretar toda nuestra existencia como un único “yo”. Un sentido “a la
carta”, donde se refleje una elección individual entre diferentes alternativas
de sentido, donde no todo venga impuesto como absoluto, esa debería ser nuestra
elección de sentido en esta vida, si realmente aspiramos a ser libres. La
existencia precede a la esencia, que dirían los existencialistas.
Pero es tan peligroso para el orden
establecido que jamás nos dejarán tenerlo desde aquellos códigos de sentido que
se nos imponen como absolutos. O salimos de ellos… o adiós a nuestra libertad,
a nuestra autonomía y a nuestra capacidad creativa. El poder necesita sujetos
que se piensen a sí mismo como unificados y que, por ende, se dejen someter,
como sujetos, a los establecido por la moral, la estética y la ideología
simbólica dominante. Seres incapaces de asumir sus propias contradicciones,
que necesiten constantemente recurrir a algo que se encuentre “situado por
encima de sí mismos” para dotar de sentido a sus vidas, y esos “algos”, claro
está, no son “algos” que hayan nacido de la nada, sino consecuencia de un
proceso histórico condicionado y determinado por las relaciones de poder y la
lucha de clases.
Cuando
nos pensamos a nosotros mismos como unidades de sentido homogéneas, incapaces
de asumir nuestras contradicciones, tratar de explicarlas desde diferentes
puntos de vista y no desde una única mirada prestablecida, abrimos las puertas
de par en par a la sumisión. Los libros de autoayuda, tan de moda en la
actualidad, forman parte de esa sumisión.
Hemos renunciado a dar sentido a
la vida por nosotros mismos, y, sin embargo, no hemos conseguido desterrar el
sinsentido, es más, cada día son más las personas que, pese a haber asumido el
consumismo/capitalismo como forma de vida, pese a haber aceptado sus códigos de
sentido inherentes como camino de sentido para la vida, se sienten
insatisfechos, vacíos, y no logran dar a su vida un sentido global que les haga
sentirse bien con ellos mismos.
Eso pasa porque al tratar de integrar
sus diferentes roles personales en un mismo marco de sentido, el marco
consumista/capitalista como globalidad, se ven incapaces de sentirse reflejados
de forma satisfactoria en él. Diferente sería si aprendieran a dar sentido a
sus vidas desde una pluralidad de roles para su natural pluralidad de “yoes”,
se darían cuenta de que si bien hay cosas en las que no están a la altura que
creen que deben estar para sentirse satisfechos con ellos mismos –según lo que
dicho código de sentido les marca como mecanismo de valoración para la satisfacción
personal-, habrá otras en las que sí lo están, y el peso que se le quiera dar a
cada cual ya no dependería de ningún marco de sentido impuesto, sino del marco
propio construido desde uno mismo con la finalidad de sentirse bien y
satisfecho con uno mismo.
Pero hacemos justo lo contrario. Y
eso no se va a solucionar con ninguna “autayuda”, eso solo se soluciona siendo
capaces de conocernos a nosotros mismos al estilo del “autoconocimiento”
promulgado por Gramsci: conociendo la sociedad que nos rodea y su influencia
directa sobre nosotros, asumir nuestras contradicciones, y analizarlas, cada
una de ellas, desde sus propios marcos de sentido inherentes.
Que una persona de izquierdas, por
ejemplo, tenga actitudes patriarcales, o un activista por la liberación sexual
tenga actitudes clasistas, no se va a solucionar con la reafirmación de una
idea por encima de la otra, sino por el análisis, por separado, de las causas
que la han llevado a pensar y/o actuar de una manera para unas cosas y de otra
para otras.
Lo mismo ocurre cuando tenemos
problemas existenciales. No se solucionarán tratando de cambiar el conjunto, y
tratando de reafirmar una parte del conjunto sobre las demás, recurriendo a la
autoayuda, sino analizando ese conjunto desde diferentes perspectivas,
separando los diferentes “yoes” que forman partes de nuestras vidas, asumiendo
las contradicciones entre ellos, y, finalmente, actuando de manera parcializada
en la búsqueda de una resolución de aquellas contradicciones que nos generan
dolor y sufrimiento. No nos tenemos que salvar, nos tenemos que aceptar como
seres en proceso de construcción. Dar más importancia a aquello
que nos hace libres y menos a aquello que nos convierte en esclavos de nosotros
mismos. Es decir, cambiando las causas que generan ese sufrimiento.
Especialmente las sociales y culturales.
La autoayuda
es, efectivamente, una industria capitalista que explota el sufrimiento de las
personas, que se lucra de él y que lo perpetúa para poder seguir lucrándose.
En su mayor parte un sufrimiento
causado por las propias exigencias morales, sociales, estéticas y económicas,
impuestas por la hegemonía dominante como marcos de sentido absoluto.
Primero te dicen cómo tienes que
ser. Luego te inducen a que te compares mentalmente con esa imagen “ideal” que
has construido de ti mismo. Finalmente, como en muchas ocasiones esa
comparación no sale bien parada, y eso te genera sufrimiento existencial, te
mandan al mercado a por una solución mágica: el producto de moda que te hará
sumar valor a tu persona y así poder sentirte más cerca de ese modelo “ideal”…
o el último libro de autoayuda betseller, que ejerce exactamente la misma
función.
Pero no, no. NO
HAY QUE CAMBIARSE A UNO MISMO. HAY QUE CAMBIAR EL SISTEMA, HAY QUE CAMBIAR LOS
VALORES ÉTICOS, ESTÉTICOS, POLÍTICOS Y ECONÓMICOS DOMINANTES. No eres tú quién falla, es ese modelo ideal, que te
han impuesto como absoluto, y en el cual no cabe una pluralidad de yoes, sino
un único “yo” que debe tender a reproducir ese modelo ideal impuesto, EL QUE ES
UNA FARSA, INALCANZABLE POR NORMA PARA LA INMENSA MAYORÍA. No eres tú quien falla, ese ese sistema ideológico
que sustenta el patriarcado, el clasismo, el racismo, la explotación económica
y tantas otras cosas por el estilo, con toda su consecuente simbología y sus
repartos de roles sociales sado-masoquistas asociados. Conoce a la sociedad
para conocerte a ti mismo. Cambia la sociedad para que los demás
puedan cambiar contigo.
POEMA, PERO SIN FORMA DE POEMA
Prohibirán ir al bosque,
prohibirán ver el bosque, será un paso más de quienes ni lo conocen! No ha
ocurrido todavía, pero lo harán. Por ahora el dinero compra tierras y más
tierras, atomizando la naturaleza, esa que es de tod@s, esa que deberíamos
proteger. La compran y la procesan; cogen bosque y producen ciudad. El verde se
cambia por el negro de las alcantarillas, por el negro del asfalto, por el
negro de ojos sin ilusión, por el negro de la MUERTE. También hay gris cemento,
blanco en las camisas de fuerza y rojo por los millones de cadáveres víctimas
de la violencia para mantener ORDEN. En mi cabeza se repite MIERDA! vaya mierda
de poema, pero que le voy ha hacer, no vivo en el bosque.
Hay donde somos nosotr@s: podemos pensar, elegir, cambiar, arriesgar, explorar, jugar, gritar, soñar,… hablo, de hacer el amor entre las flores, de dormir mirando las estrellas, de no temer,… No creo en el desarrollo, no creo en el capitalismo, no creo en la moral, la vida del ser humano no puede desperdiciarse en eso, no puede conformarse con: pensar, en su vida de mierda, no puede elegir solo el camino menos doloroso, no puede cambiar para ignorar la realidad y sus propios sentimientos,… no se trata de eso, se trata de buscar la palabra que guía al anarkista, esa que hacer del soñar algo posible, del arriesgar algo lógico, del pensar algo único… es una sensación real; como pisar la nieve descalzo, espero que sepas de que te hablo, espero que conozcas ese sentimiento increíble.
Hay donde somos nosotr@s: podemos pensar, elegir, cambiar, arriesgar, explorar, jugar, gritar, soñar,… hablo, de hacer el amor entre las flores, de dormir mirando las estrellas, de no temer,… No creo en el desarrollo, no creo en el capitalismo, no creo en la moral, la vida del ser humano no puede desperdiciarse en eso, no puede conformarse con: pensar, en su vida de mierda, no puede elegir solo el camino menos doloroso, no puede cambiar para ignorar la realidad y sus propios sentimientos,… no se trata de eso, se trata de buscar la palabra que guía al anarkista, esa que hacer del soñar algo posible, del arriesgar algo lógico, del pensar algo único… es una sensación real; como pisar la nieve descalzo, espero que sepas de que te hablo, espero que conozcas ese sentimiento increíble.
DESOBEDIENCIA
Miguel Martínez López
Obedeciendo se extienden los imperios
se construyen ejércitos,
aviones supersónicos,
se levantan catedrales.
Demos gracias a la bendita obediencia
por que ella es la verdad y la cuadrícula del mundo
porque ella nos ha abierto este camino de progreso
en la selva cerrada de los siglos.
Por eso la enseñamos en el cole
Porque la recta es la distancia
más corta y aburrida entre dos puntos.
Por eso nos prohíben seguir con la mirada
la espiral en vuelo de las moscas
y nos hacen amarrar en un establo del cerebro
los caballos azules de los sueños.
Y nos aconsejan :
es mejor un solo pájaro en la mano
que una desbandada en la cabeza,
renuncia a tu trébol de diecisiete hojas
asesina al dinosaurio que duerme
al otro lado de tu frente.
Y sin embargo de la maldita desobediencia
no nos dicen ni mú,
porque no se necesitan soldados desertores
ni conductores de autobús con inquietudes.
No hacen falta jardineros que rieguen con ternura
todas nuestras interrogaciones
y por eso matamos a los perros
que siguen suspirando como lobos
y suicidamos a los oficinistas
enamorados de la fotocopiadora.
Nos olvidamos, sin embargo, de que esta historia,
la nuestra,comenzó desobedeciendo:
aquel intrépido homo loquefuera
que regresó de las llamas del primer árbol ardiente
con un trocito de trueno entre las manos
con una rama de fuego doméstica y minúscula
es el padre de todos los que estáis leyendo esto
Somos el animal desobediente
el hijo protestón de mamá Naturaleza.
La desobediencia
no construye autopistas es
cierto,
pero nos ha hecho surcar el universo
con el pequeño cohete de nuestro dedo índice
Sacarle la lengua al pasado
y su negra procesión de no-se-puedes.
Pintarle un ridículo bigote
a todas las verdades absolutas.
La maldita desobediencia
nos hizo cambiar el jardín del paraíso
por esta pensión llena de goteras y palabras
por esta pequeña habitación con vistas a la nada
Y quizá no vaya a salvarnos del incendio
pero mientras el miedo se empeñe en que callemos
habrá que seguir arriesgando la garganta
aunque solo sea
para que el obediente silencio
no llegue a tener nunca
la última palabra.
A LOS RESIGNADOS
Por Joseph Albert "Libertad"
Odio a los resignados, tanto como a los inmundos, como a los poltrones.
¡Odio la resignación! Odio la inmundicia, odio la inacción.
Odio al enfermo abatido por alguna fiebre maligna; odio al enfermo imaginario que con un poco de voluntad podría ponerse en pie.
Compadezco al hombre encadenado, rodeado de guardianes, aplastado por el peso del hierro y del número.
Odio a los soldados, postrados por el peso de un galón o tres estrellas; a los trabajadores, postrados por el peso del capital.
Estimo al hombre que dice lo que siente allí donde se encuentra; odio al votante en perpetua conquista de una mayoría.
Estimo al sabio aplastado bajo el peso de la investigación científica, odio al individuo que se postra bajo el peso de una fuerza desconocida, de una X cualquiera, de un Dios.
Odio a todos aquellos que cediendo a otros, por miedo, por resignación, una parte de su fuerza de hombres, no sólo se aplastan a sí mismos, sino también a mí, a todo lo que yo amo, bajo el peso de su infame concurso o de su estúpida inercia.
Odio, sí, los odio porque lo siento, siento que no me postro ante el galón del oficial, ante la banda del alcalde, ante el oro del capitalista, ante todas sus morales y religiones; desde hace tiempo sé que todo esto no son más que fruslerías que se rompen como el cristal... Yo estoy postrado bajo el peso de la resignación de otros. Odio la resignación.
Amo la vida.
Quiero vivir, no mezquinamente como los que no satisfacen más que una parte de sus músculos, de sus nervios, sino yendo más allá, satisfaciendo tanto los músculos faciales como los de las piernas, los riñones tanto como el cerebro.
No quiero entregar una parte del ahora a cambio de una parte ficticia del mañana, no quiero ceder nada del presente a cambio del viento del porvenir.
No quiero postrar nada de mí bajo las palabras “patria, Dios, honor”. Conozco muy bien el vacío de estas palabras: fantasmas religiosos y laicos.
Me burlo de las pensiones, de los paraísos; esperanzas utilizadas por el capital y la religión para mantener la resignación.
Me río de todos los que acumulan para la vejez y se privan en la juventud; de aquellos que, para comer a los sesenta, ayunan a los veinte.
Quiero comer mientras tenga los dientes fuertes para desgarrar y triturar carnes suculentas y saludables frutas, mientras mis jugos gástricos digieran sin ningún problema; quiero saciar mi sed con líquidos refrescantes y tónicos.
Quiero amar a las mujeres, o a la mujer que más convenga a nuestros comunes deseos, y no quiero resignarme a la familia, a la ley, al Código; nadie tiene derecho sobre nuestros cuerpos. Tu quieres, yo quiero.
Burlémonos de la familia, de la ley, antiguas formas de resignación.
Pero eso no es todo: puesto que tengo ojos y oídos quiero, además de comer, beber y hacer el amor, disfrutar de otras maneras. Quiero ver hermosas esculturas, hermosas pinturas, admirar a Rodin o a Monet. Quiero escuchar las mejores óperas de Beethoven o de Wagner. Quiero conocer los clásicos de la comedia, repasar el bagaje literario y artístico que ha ligado a los hombres del pasado con los del presente; o mejor, repasar la obra por siempre inacabada de la humanidad.
Quiero gozo para mí, para la compañera que elija, para mis hijos, para mis amigos. _ Quiero una casa para descansar agradablemente los ojos una vez terminado el trabajo.Porque quiero el gozo del trabajo también, ese gozo sano, ese gozo fuerte.
Quiero que mi brazos usen la sierra, el martillo, la pala, la guadaña. Que los músculos se desarrollen, que la caja torácica ensanche con movimientos fuertes, útiles y razonados.
Quiero ser útil, quiero que seamos útiles. Quiero ser útil a mi vecino y quiero que mi vecino me sea útil a mí. Deseo que hagamos más porque mi necesidad de gozar es insaciable. Y es porque quiero gozar que no me resigno.
Sí, sí, quiero producir, pero quiero gozar; quiero amasar la harina, pero comer el mejor pan; hacer la vendimia, pero beber el mejor vino; construir una casa, pero vivir en el mejor alojamiento; construir muebles, pero poseer también lo útil, ver lo bello; quiero hacer teatros, pero tan grandes que puedan alojar a todos mis compañeros.
Quiero participar en la producción, pero también en el consumo.
Hay hombres que sueñan con producir para dejar a otros, oh ironía, la mejor parte de sus esfuerzos; yo quiero, unido libremente con otros, producir pero también consumir.
Resignados, mirad, escupo a vuestros ídolos, escupo a Dios, escupo a la Patria, escupo a Cristo, escupo a todas las banderas, escupo al capital y al Toisón de Oro, escupo a las Religiones: fruslerías, yo me mofo, me río de todas ellas...
No son nada sin vosotros, abandonadlas y se desharán como migajas.
Vosotros sois por tanto una fuerza, oh resignados, una de esas fuerzas ignoradas, pero que no por eso deja de ser fuerza, y no puedo escupir sobre vosotros, sólo puedo odiaros ... o amaros.
Por encima de todos mis deseos está el de ver sacudiros vuestra resignación en un terrible despertar de vida.
No hay ningún paraíso futuro, no hay porvenir, no hay sino presente
¡Vivamos! ¡Vivamos!
La resignación es la muerte.
La rebelión es la vida.
¡Odio la resignación! Odio la inmundicia, odio la inacción.
Odio al enfermo abatido por alguna fiebre maligna; odio al enfermo imaginario que con un poco de voluntad podría ponerse en pie.
Compadezco al hombre encadenado, rodeado de guardianes, aplastado por el peso del hierro y del número.
Odio a los soldados, postrados por el peso de un galón o tres estrellas; a los trabajadores, postrados por el peso del capital.
Estimo al hombre que dice lo que siente allí donde se encuentra; odio al votante en perpetua conquista de una mayoría.
Estimo al sabio aplastado bajo el peso de la investigación científica, odio al individuo que se postra bajo el peso de una fuerza desconocida, de una X cualquiera, de un Dios.
Odio a todos aquellos que cediendo a otros, por miedo, por resignación, una parte de su fuerza de hombres, no sólo se aplastan a sí mismos, sino también a mí, a todo lo que yo amo, bajo el peso de su infame concurso o de su estúpida inercia.
Odio, sí, los odio porque lo siento, siento que no me postro ante el galón del oficial, ante la banda del alcalde, ante el oro del capitalista, ante todas sus morales y religiones; desde hace tiempo sé que todo esto no son más que fruslerías que se rompen como el cristal... Yo estoy postrado bajo el peso de la resignación de otros. Odio la resignación.
Amo la vida.
Quiero vivir, no mezquinamente como los que no satisfacen más que una parte de sus músculos, de sus nervios, sino yendo más allá, satisfaciendo tanto los músculos faciales como los de las piernas, los riñones tanto como el cerebro.
No quiero entregar una parte del ahora a cambio de una parte ficticia del mañana, no quiero ceder nada del presente a cambio del viento del porvenir.
No quiero postrar nada de mí bajo las palabras “patria, Dios, honor”. Conozco muy bien el vacío de estas palabras: fantasmas religiosos y laicos.
Me burlo de las pensiones, de los paraísos; esperanzas utilizadas por el capital y la religión para mantener la resignación.
Me río de todos los que acumulan para la vejez y se privan en la juventud; de aquellos que, para comer a los sesenta, ayunan a los veinte.
Quiero comer mientras tenga los dientes fuertes para desgarrar y triturar carnes suculentas y saludables frutas, mientras mis jugos gástricos digieran sin ningún problema; quiero saciar mi sed con líquidos refrescantes y tónicos.
Quiero amar a las mujeres, o a la mujer que más convenga a nuestros comunes deseos, y no quiero resignarme a la familia, a la ley, al Código; nadie tiene derecho sobre nuestros cuerpos. Tu quieres, yo quiero.
Burlémonos de la familia, de la ley, antiguas formas de resignación.
Pero eso no es todo: puesto que tengo ojos y oídos quiero, además de comer, beber y hacer el amor, disfrutar de otras maneras. Quiero ver hermosas esculturas, hermosas pinturas, admirar a Rodin o a Monet. Quiero escuchar las mejores óperas de Beethoven o de Wagner. Quiero conocer los clásicos de la comedia, repasar el bagaje literario y artístico que ha ligado a los hombres del pasado con los del presente; o mejor, repasar la obra por siempre inacabada de la humanidad.
Quiero gozo para mí, para la compañera que elija, para mis hijos, para mis amigos. _ Quiero una casa para descansar agradablemente los ojos una vez terminado el trabajo.Porque quiero el gozo del trabajo también, ese gozo sano, ese gozo fuerte.
Quiero que mi brazos usen la sierra, el martillo, la pala, la guadaña. Que los músculos se desarrollen, que la caja torácica ensanche con movimientos fuertes, útiles y razonados.
Quiero ser útil, quiero que seamos útiles. Quiero ser útil a mi vecino y quiero que mi vecino me sea útil a mí. Deseo que hagamos más porque mi necesidad de gozar es insaciable. Y es porque quiero gozar que no me resigno.
Sí, sí, quiero producir, pero quiero gozar; quiero amasar la harina, pero comer el mejor pan; hacer la vendimia, pero beber el mejor vino; construir una casa, pero vivir en el mejor alojamiento; construir muebles, pero poseer también lo útil, ver lo bello; quiero hacer teatros, pero tan grandes que puedan alojar a todos mis compañeros.
Quiero participar en la producción, pero también en el consumo.
Hay hombres que sueñan con producir para dejar a otros, oh ironía, la mejor parte de sus esfuerzos; yo quiero, unido libremente con otros, producir pero también consumir.
Resignados, mirad, escupo a vuestros ídolos, escupo a Dios, escupo a la Patria, escupo a Cristo, escupo a todas las banderas, escupo al capital y al Toisón de Oro, escupo a las Religiones: fruslerías, yo me mofo, me río de todas ellas...
No son nada sin vosotros, abandonadlas y se desharán como migajas.
Vosotros sois por tanto una fuerza, oh resignados, una de esas fuerzas ignoradas, pero que no por eso deja de ser fuerza, y no puedo escupir sobre vosotros, sólo puedo odiaros ... o amaros.
Por encima de todos mis deseos está el de ver sacudiros vuestra resignación en un terrible despertar de vida.
No hay ningún paraíso futuro, no hay porvenir, no hay sino presente
¡Vivamos! ¡Vivamos!
La resignación es la muerte.
La rebelión es la vida.
LA INFORMACION
Los tiempos que corren podrían ser definidos como la
era de la información, el estar informados se considera algo muy importante,
casi una necesidad básica.
Los medios de comunicación social, especialmente la
televisión, son poderosos formadores de opinión, transmisores de ideas, valores
y contravalores. Esta capacidad sumada a su extraordinario alcance y a la gran
velocidad con que realizan su labor los transforma en herramientas capaces de
conducir a pueblos enteros. Quien es dueño de un medio de comunicación tiene el
poder de forjar la conciencia de muchas personas.
Los medios de comunicación social cuya función debería ser la de informar
y transmitir la verdad pueden convertirse en manipuladores de la opinión
pública cuando quienes los conducen comunican deliberadamente tergiversando los
hechos en favor de los intereses del sistema establecido. LOS DUEÑOS DE LOS MEDIOS
SE ASEGURAN DE DIFUNDIR AQUELLO QUE NO DAÑE SU POSICIÓN O SUS INTERESES
ENTABLANDO ALIANZAS QUE LOS FORTALEZCAN ECONÓMICAMENTE ANTE EL MUNDO
COMPETITIVO QUE SE ABRE CON LA GLOBALIZACIÓN. Este proceso asegura que la distribución de la riqueza permanecerá en los
mismos canales yendo aproximadamente a la misma gente,
reduciendo la posibilidad del nacimiento de otros medios que puedan competir.
Es por eso que cuando hablamos de monopolios de medios de comunicación masivos
hablamos del monopolio de las herramientas que crean, manipulan y difunden la
información a la mayor parte del mundo afectando los conocimientos, la reflexión
y las decisiones de los individuos sometidos a estos medios.
Es sin duda un caso muy diferente a cualquier otro
tipo de monopolio que trate de productos tangibles, es mucho más grave y mucho menos
controlado. Ver televisión no requiere un
esfuerzo mental especial, a diferencia de la lectura por ejemplo, no
implica esfuerzo
por aprender ni una habilidad que adquirir, no exige inteligencia. Las
personas se sientan frente al televisor, no como lectores se ponen frente a un
libro lo que requeriría un esfuerzo sino como espectadores, con una actitud totalmente
pasiva. LAS IMÁGENES SE OFRECEN SIN QUE EL TELESPECTADOR HAGA NINGÚN ESFUERZO, NO
REQUIEREN CAPACIDAD REFLEXIVA O ANALÍTICA ALGUNA. Frente al
televisor estamos por debajo del estado de alerta normal en una persona.
Por otro lado, tener la vista fija produce un estado
cercano al trance, como de ensoñación. Esto ha sido demostrado haciendo
mediciones de la actividad eléctrica cerebral. La acción de los estímulos
recibidos desde la pantalla y las sensaciones por ellos generadas en las
áreas más profundas del cerebro pueden producir estados de euforia o de temor,
de alegría o de tristeza, placenteros o depresivos, sin que las personas que
los viven sepan por qué se producen. La imagen televisiva entra en la mente
de manera subliminal, es decir, sin ser percibida conscientemente. La televisión influye poderosamente sobre los
espectadores configurando su personalidad, predispone, condiciona y genera
actitudes, conductas, formas de pensar, costumbres y modas por eso es que
ejerce su influencia especialmente sobre la cultura infantil y la juvenil.
LA PERSONALIDAD DE UN NIÑO O DE UN ADOLESCENTE NO SE CONFORMA DE LA MISMA
MANERA VIENDO O NO TELEVISIÓN.
Los medios de comunicación masivos han representado
un papel importantísimo a lo largo de la historia mundial, son los vigilantes
de la auténtica democracia siendo un cuarto poder, la voz del pueblo y los
promotores del bien común sin embargo hoy en día no es así pues están siendo utilizados para perpetuar el sistema.
Estas convergencias se confirman cuando se hace un seguimiento de los grandes
grupos de información transnacionales. Si es en siglo XIX cuando ciertas
familias elitistas europeas se hacen de varios periódicos con la idea de
monopolizar lo que ya se llamaba el "cuarto poder político" será en
la década de 1920 y después con la segunda guerra mundial la auténtica
revolución de los grupos empresariales mediáticos y agencias de la información.
Muchos de los grupos y familias que controlan actualmente el mass media global
son los mismos que se lucraron escandalosamente a través de la propaganda
política en la segunda guerra mundial en uno y otro bando. De la misma manera
que en materia de eugenesia, tecnología, psicología o educación, la segunda
guerra mundial fue una especie de gloriosa fiesta, en materia de medios de
información, la horrible contienda bélica fue una auténtica revolución. Todas
las familias que traficaban con propaganda bien aliada o bien soviética
conforman hoy en día la directiva de los escasísimos grupos mediáticos que
controlan mentalmente a la actual población mundial.
Con la aparición de la ONU, la llamada comunidad
internacional y de la centralización de poder político y económico esos mismos
grupos adquirieron un poder que resulta difícil evaluar objetivamente. Sí que
se puede enunciar una correspondencia casi matemática; cuanto más poder técnico
y tecnológico tienen esos grupos de información más centralizados fusionados y
unidos están. En otras palabras; la plataforma de la información global
tiende a ser un monopolio disimulado en unos pocos conglomerados mediáticos que
fingen competencia a través de fusiones, separaciones y uniones empresariales.
Esta hipócrita libertad de mercado se disimula aún
peor cuando se ve a diferentes directivos del Mass Media compartiendo mesa en
reuniones de Bilderberg o del Club de Roma. Así es, la diversidad mediática y la compleja
oferta de información es una gran mentira que envuelve el programa de control
mental global. Efectivamente, quienes sirven de herramienta para esa
programación al servicio del establishment son unas escasas corporaciones
mediáticas.
En esta era de la información ya presentada se ve
sin dificultad la escasa o nula importancia que tiene el conocimiento, la información
reemplaza a efectos prácticos el tradicional papel del conocimiento tanto en su
enunciación teórica como su expresión simbólica. CONDENADO
A LA IGNORANCIA EN TÉRMINOS METAFÍSICOS EL HOMBRE MODERNO ASPIRA TAN SÓLO A
ESTAR INFORMADO Y NI TAN SIQUIERA ESTA ASPIRACIÓN RESULTARÁ BENEFICIOSA PARA ÉL
MISMO. LA INFORMACIÓN
EJERCERÁ DE ILUSIÓN, DE PESADILLA MEDIÁTICA, DE PERCEPCIÓN DE SEGUNDA MANO
SOBRE LO QUE EL MODERNO IDENTIFICA CON TORPEZA COMO "EL MUNDO".
El papel tradicional que la mitología tenía para explicar el mundo bajo interpretación
del criterio humano ahora se invierte en una satánica red de proyección de
figuras míticas,o sea el Mass Media, que impone una versión no interpretable de un mundo
paupérrimo carente de realidad. La inversión luciferina se eleva hasta
el máximo extremo concebible. Si en el mundo humano la verdad es, en el Novus
Ordo Seclorum la verdad ya no sólo no es sino que sucede y es valorada
cuantitativamente mientras ésta es recogida por los medios de información.
Las piezas del engranaje de esta maquinaria son los
periodistas, profesión liberal moderna por excelencia, actividad cuyo único
requisito fundamental para ser ejercida es la ausencia absoluta de capacidad
crítica sobre la estructura que da sentido a dicho trabajo. Un
moderno periodista será un tipo con alguna que otra habilidad como escritor más
o menos locuaz más o menos inconsciente de su papel de condicionado observador
a sueldo pero siempre será alguien con la certeza arrogante de que lo que está
reportando es cierto, inconsciente de que es su misma actividad la que da
existencia a los hechos. Los periodistas van contando al hombre la historia
pseudo mitológica que explica lo que sucede en el mundo.
La manipulación mental siempre se apoya en una
clasificación tipológica de la estructura emocional humana a través de la cual
el sujeto manipulado encuentra una identidad, en el caso de la información esta
ilusión tendrá como principio invertido una unidad cuantitativa y mensurable.
En la era de la información la mercancía informativa y su comercio se registra
a través de una unidad de medida,la información se configura con datos,unidades
cuantitativas de información con los que trafica el Mass Media. Cuando el
hombre moderno enciende la televisión o abre un periódico lo que está haciendo
es abrir el canal de transmisión de datos del establishment directo hacia su
cerebro que será el responsable de tratar o, en un lenguaje informático;
procesar esos datos, la pregunta espontánea será si esos datos son ciertos o
falsos sin embargo resulta curioso comprobar que incluso esta cuestión
resultaría irrelevante para la exitosa maquinaria informativa global. Esa
sucesión de datos más o menos ciertos no expresan de ninguna forma una verdad
sino más bien todo lo contrario una pobre versión oficial de los hechos malintencionadamente
trampeada; todo responde a una esquizofrénica ley matemática exacta;
"datos ciertos más otros datos ciertos más otros datos ciertos es igual a
una verdad informativa".
Cuantos más datos haya en la suma más verdadera
será la verdad.
Aunque la capacidad de procesar datos no pueda tratar semejante cantidad de
datos, cuantos
más datos más irrefutable será una verdad y si dicha capacidad colapsa entonces
la verdad adquiere la categoría absoluta. ES
ASÍ DE ENFERMIZO SIN EMBARGO EL PODER DESTRUCTIVO DE LA INFORMACIÓN NO SÓLO
PERMITE MANTENER UNA FALSEDAD COMO VERDAD A TRAVÉS DE DATOS CIERTOS SINO QUE EN
ÚLTIMA INSTANCIA PERMITE DESTRUIR LOS PRINCIPIOS COGNITIVOS DE VERDADERO Y
FALSO A TRAVÉS DE UNA SECUENCIA INDEFINIDA DE DATOS. La capacidad de procesar información encuentra su
límite con cierto número de datos y entonces la estructura mental del ser
humano colapsa de tal forma que nunca más podrá saber que hay de cierto en
todos esos datos, los datos seguirán en su memoria, ellos configurarán
inútil información sobre una realidad que desconoce, él dirá estar informado
con respecto a algún tema y sin embargo su capacidad cognitiva ha estallado en
mil pedazos y el control mental en manos del
informador se habrá hecho ilimitado.
UN HOMBRE INFORMADO ES UN ESCLAVO CON LA MENTE BAJO
TOTAL CONTROL DE UN PODER INTANGIBLE QUE NO PUEDE IDENTIFICAR LA MENTIRA
IMPUESTA POR SUS AMOS. Así
funciona el proceso informativo que sufre todo hombre moderno, lo que se busca
es que la mente se entregue a la fuerza manipuladora, que el criterio se rinda
arrojando la toalla. Un hombre moderno se expone cada día a una cantidad
de información mediática que es incapaz de asimilar en términos
psico-fisiológicos; telediarios, periódicos, internet, televisión, publicidad. El
hombre moderno es incapaz de integrar esos datos en su conciencia porque es
insoportable, la mente se rinde a esta sobre
estimulación, la capacidad cognitiva colapsa y el runrún informativo
se manifiesta triunfante como diabólico sustituto invertido del conocimiento.
El hombre moderno no sólo no conoce sino que, lo que
es peor, cree conocer a través de la información y dicha información no es sino
una programación en el sentido estricto del término. Se avanza con paso firme a
esa destrucción de la intelectualida. El hombre moderno continuará siendo
informado,cada vez tendrá más acceso a la información, sabrá muchos datos de un
mundo vacío donde la realidad antológica del
hombre moderno se afianza en la más abismal ignorancia a través de la
arrogante ilusión que le proporciona la información.
ESTA ESTUPIDEZ CON TENDENCIA A LA INFRAHUMANIDAD SE
DISIMULA A LA PERFECCIÓN GRACIAS A LA ILUSIÓN DE INTELIGENCIA MENSURABLE A
TRAVÉS DE LAS NUEVAS APLICACIONES CIENTÍFICAS,ES DECIR,EL HOMBRE MODERNO PUEDE
TENER UN COEFICIENTE DE 210, PUEDE CLONAR OVEJAS, VOLAR A VELOCIDAD SÓNICA O
TRASPLANTAR CORAZONES Y SIN EMBARGO CADA DÍA ES MÁS ESTÚPIDO. Es difícil cuando desde el
polo sustancial y cuantitativo todo parece seguir un progreso admirable, es difícil de asumir esto cuando se está
profundamente adoctrinado en una evolución de la inteligencia a la ignorancia,
es difícil asumir esto cuando se confunde el ocaso de la cualidad humana con el
glorioso punto álgido de una civilización. Esto resulta comprensible cuando se
interpreta el proceso de deshumanización
en el que estamos involucrados, la fuerza
infrahumana está interesada en hacer del hombre lo que efectivamente está
haciendo, de esta forma el moderno se siente orgulloso de su residual
inteligencia capaz de desarrollar tecnología o aplicaciones informáticas. El
Novus Ordo Seclorum sonríe y se frota las manos ante este orgullo, está
saliendo con la suya, él está ganando la partida y está cerca de culminar su
proyecto.
EL CENTRO COMERCIAL Y EL ROBO FAMÉLICO
El robo famélico es una figura jurídica presente en los códigos penales
de algunos estados de México. Este hecho institucionaliza una situación de
desigualdad que no se encuentra solo en México sino, prácticamente, en
cualquier país de nuestro planeta. Esta concepción ha servido como eximente
para ciudadanos mexicanos, que viéndose obligados a robar para poder comer, han
tenido la fortuna de no deber responder penalmente por esos hechos que son
considerados punibles.
La justificación jurídica de este principio es que el legislador entendió que la libertad (su pérdida si correspondiere) es un bien jurídico más importante que el protegido por el delito de robo o hurto. Evidentemente, se trata de un precepto sensato, pues si alguien debe responder porque existan hechos de este tipo es el Estado que, en su afán de salvaguardar la estructura económico – política sobre la cual descansan sus principios, olvida el reparto de la riqueza, lo que solo puede acarrear pobreza.
En España, la pobreza es ya un problema de gravedad. Y cuando se protege al que tiene y se golpea al necesitado, actos como los que han protagonizado Gordillo y sus compañeros en centros comerciales, en las provincias de Sevilla y Cádiz, no son más que una consecuencia, hasta cierto punto esperada, que difícilmente puede suscitar rechazo entre los más necesitados del momento.
Examinemos la naturaleza de estos actos de insubordinación:
- La motivación: Ésta es radicalmente opuesta al afán de lucro de los centros comerciales “víctimas” de la expropiación. Como es bien conocido, los alimentos (todos ellos de primera necesidad) van a ser donados a un banco de alimentos. Esto es muy importante, porque cada vez se ven a más personas buscando algo de comida en los contenedores, y éstas no tienen los medios necesarios para llevar a cabo una acción de este tipo, sin embargo gracias a ella van a poder acudir a esos bancos de alimentos y tener algo que llevarse a la boca.
- Los objetivos elegidos: No se trata de ninguna tienda de barrio, son centros comerciales enormes, y la cantidad de alimentos sustraídos no van a suponer merma alguna en su volumen de negocio, sin olvidar además que tendrán sus seguros contratados. Por todo ello, es un insulto a la inteligencia hablar o intentar promover la idea de pérdidas en este sentido. En cambio, el valor que esos alimentos pueden tener para aquellas personas que los reciban, aunque no les cuesten nada, será, con toda probabilidad incalculable. Es de necios confundir valor con precio, tal y como nos recordaba Antonio Machado.
- Los productos en cuestión: Una acción de este tipo si buscara apropiarse de ropa o productos electrónicos perdería todo su cariz de necesidad, además de que sería imposible que encajara en aquella figura del robo famélico. Es bufonesco criticar la expropiación alimentaria arguyendo que se vayan a Zara también. Ésta es una empresa criticable en muchos aspectos, pero sus productos no contribuirían a saciar el hambre de las personas.
Parece ser que el miembro del Opus Dei y también Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que admira a Dios por ser el <<gran legislador del universo>>F ha pedido la detención de las personas que han participado en esta acción. Ya que, según él, no debe permitirse que se viole la ley, porque si no sería la ley de la selva (desconozco si se refiere a las Doce Tablas o las leyes del Estado). El problema es que las leyes del Estado no son neutras y se encaminan a proteger un sistema económico determinado y a una élite que, mediante el trabajo de otros, lo lidera.
En cualquier caso, Fernández Díaz, primero pide la detención y luego apremia al ministro de justicia, para que éste “inste” a la fiscalía por si los hechos fueran constitutivos de delito. Eso sí, primero ¡deténgalos! Porque si las normas que hay no son suficientemente contundentes con este ataque a la propiedad privada (pilar sagrado del sistema) harán otras nuevas. Ahora bien, no tendrán en cuenta el principio del robo famélico, porque eso supondría ayudar a los que roban para poder dar de comer a otros, y en este sistema no es ese el ejemplo que debe cundir. Las leyes se encaminan más hacia aquella pregunta que se plantea en la película de Robin Hood: <<Si es ilegal que un hombre busque sobrevivir ¿cómo puede ser un hombre por derecho propio?>>
La justificación jurídica de este principio es que el legislador entendió que la libertad (su pérdida si correspondiere) es un bien jurídico más importante que el protegido por el delito de robo o hurto. Evidentemente, se trata de un precepto sensato, pues si alguien debe responder porque existan hechos de este tipo es el Estado que, en su afán de salvaguardar la estructura económico – política sobre la cual descansan sus principios, olvida el reparto de la riqueza, lo que solo puede acarrear pobreza.
En España, la pobreza es ya un problema de gravedad. Y cuando se protege al que tiene y se golpea al necesitado, actos como los que han protagonizado Gordillo y sus compañeros en centros comerciales, en las provincias de Sevilla y Cádiz, no son más que una consecuencia, hasta cierto punto esperada, que difícilmente puede suscitar rechazo entre los más necesitados del momento.
Examinemos la naturaleza de estos actos de insubordinación:
- La motivación: Ésta es radicalmente opuesta al afán de lucro de los centros comerciales “víctimas” de la expropiación. Como es bien conocido, los alimentos (todos ellos de primera necesidad) van a ser donados a un banco de alimentos. Esto es muy importante, porque cada vez se ven a más personas buscando algo de comida en los contenedores, y éstas no tienen los medios necesarios para llevar a cabo una acción de este tipo, sin embargo gracias a ella van a poder acudir a esos bancos de alimentos y tener algo que llevarse a la boca.
- Los objetivos elegidos: No se trata de ninguna tienda de barrio, son centros comerciales enormes, y la cantidad de alimentos sustraídos no van a suponer merma alguna en su volumen de negocio, sin olvidar además que tendrán sus seguros contratados. Por todo ello, es un insulto a la inteligencia hablar o intentar promover la idea de pérdidas en este sentido. En cambio, el valor que esos alimentos pueden tener para aquellas personas que los reciban, aunque no les cuesten nada, será, con toda probabilidad incalculable. Es de necios confundir valor con precio, tal y como nos recordaba Antonio Machado.
- Los productos en cuestión: Una acción de este tipo si buscara apropiarse de ropa o productos electrónicos perdería todo su cariz de necesidad, además de que sería imposible que encajara en aquella figura del robo famélico. Es bufonesco criticar la expropiación alimentaria arguyendo que se vayan a Zara también. Ésta es una empresa criticable en muchos aspectos, pero sus productos no contribuirían a saciar el hambre de las personas.
Parece ser que el miembro del Opus Dei y también Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que admira a Dios por ser el <<gran legislador del universo>>F ha pedido la detención de las personas que han participado en esta acción. Ya que, según él, no debe permitirse que se viole la ley, porque si no sería la ley de la selva (desconozco si se refiere a las Doce Tablas o las leyes del Estado). El problema es que las leyes del Estado no son neutras y se encaminan a proteger un sistema económico determinado y a una élite que, mediante el trabajo de otros, lo lidera.
En cualquier caso, Fernández Díaz, primero pide la detención y luego apremia al ministro de justicia, para que éste “inste” a la fiscalía por si los hechos fueran constitutivos de delito. Eso sí, primero ¡deténgalos! Porque si las normas que hay no son suficientemente contundentes con este ataque a la propiedad privada (pilar sagrado del sistema) harán otras nuevas. Ahora bien, no tendrán en cuenta el principio del robo famélico, porque eso supondría ayudar a los que roban para poder dar de comer a otros, y en este sistema no es ese el ejemplo que debe cundir. Las leyes se encaminan más hacia aquella pregunta que se plantea en la película de Robin Hood: <<Si es ilegal que un hombre busque sobrevivir ¿cómo puede ser un hombre por derecho propio?>>
¿CÓMO PIENSA LA CLASE DOMINANTE?
Por Raúl Zibechi | La Jornada
La crisis sigue develando todo aquello que permanecía oculto en los
periodos de normalidad. Esto incluye los proyectos estratégicos de la clase
dominante, su forma de ver el mundo, la apuesta principal que hacen para seguir
siendo clase dominante. Este es, a grandes rasgos, su objetivo central, al que
subordinan todo lo demás, incluyendo los modos capitalistas de reproducción de
la economía.
Puede pensarse que la crisis es apenas un
paréntesis luego del cual todo seguiría, más o menos, como funcionaba antes. No es así. La crisis no es sólo un
revelador, sino el modo en que los de arriba están remodelando el mundo. Porque
la
crisis es, en gran medida, provocada por ellos para mover de lugar o hacer
desaparecer lo que limita sus poderes. Básicamente, los sectores populares,
indígenas, negros y mestizos en nuestro continente.
Por otro lado, una crisis de esta envergadura (se trata de un conjunto de crisis que incluyen crisis/caos climático, ambiental, sanitario y, lo que atraviesa todo, crisis de la civilización occidental) significa mutaciones más o menos profundas de las sociedades, de las relaciones de fuerzas y de los polos de poder en el mundo, en cada una de las regiones y países. Me parece necesario abordar tres aspectos, que no agotan todas las novedades que aporta la crisis pero son, a mi modo de ver, los que más pueden influir en las estrategias de los movimientos antisistémicos.
En primer lugar, lo que llamamos economía ha sufrido cambios de fondo. Un cuadro elaborado por la economista Pavlina Tcherneva, con base en los estudios sobre la desigualdad de Thomas Piketty, revela cómo está funcionando el sistema desde la década de 1970, agravado por la crisis de 2008 (www.vox.com/xpress/2014/9/25/6843509/income-distribution-recoveries-pavlina-tcherneva).
El cuadro abarca 60 años de la economía estadunidense, desde 1949 hasta la actualidad. Describe qué parte del crecimiento de los ingresos es apropiada por el 10 por ciento más rico, y cuánto le corresponde al 90 por ciento restante. En la década de 1950, por ejemplo, el 10 por ciento rico se apropiaba de entre el 20 y el 25 por ciento de los nuevos ingresos anuales. Así funciona una economía capitalistanormal, que consiste en una apropiación mayor por los empresarios del fruto del trabajo humano, que Marx denominó plusvalor. Es la acumulación de capital por reproducción ampliada.
A partir de 1970 se produce un cambio importante que es bien visible en la década de 1980: el 10 por ciento rico empieza a apropiarse del 80 por ciento de la riqueza y el 90 por ciento se queda apenas con 20 por ciento de lo que se genera cada año. Este periodo corresponde a la hegemonía del capital financiero, lo que David Harvey ha llamado acumulación por desposesióno despojo.
Pero algo extraordinario se produce desde 2001. Los ricos se quedan con todos los nuevos ingresos y, desde 2008, arrebañan además una parte de lo que tenía el 90 por ciento, como ahorros o bienes. ¿Cómo denominamos a este modo de acumulación? Es un sistema que ya no es capaz de reproducir las relaciones capitalistas porque consiste en el robo. El capitalismo extrae plusvalor y acumula riqueza (aún por desposesión), pero expandiendo las relaciones capitalistas, por eso se asienta en el trabajo asalariado y no en el trabajo esclavo (debo estas reflexiones a Gustavo Esteva, quien las formuló en los días de la escuelita zapatista y en posteriores intercambios). (¡Ups!, el capitalismo, sea poco o mucho, es sinónimo de robo. ¿Que si no, es la plusvalía?..Koan)
Por otro lado, una crisis de esta envergadura (se trata de un conjunto de crisis que incluyen crisis/caos climático, ambiental, sanitario y, lo que atraviesa todo, crisis de la civilización occidental) significa mutaciones más o menos profundas de las sociedades, de las relaciones de fuerzas y de los polos de poder en el mundo, en cada una de las regiones y países. Me parece necesario abordar tres aspectos, que no agotan todas las novedades que aporta la crisis pero son, a mi modo de ver, los que más pueden influir en las estrategias de los movimientos antisistémicos.
En primer lugar, lo que llamamos economía ha sufrido cambios de fondo. Un cuadro elaborado por la economista Pavlina Tcherneva, con base en los estudios sobre la desigualdad de Thomas Piketty, revela cómo está funcionando el sistema desde la década de 1970, agravado por la crisis de 2008 (www.vox.com/xpress/2014/9/25/6843509/income-distribution-recoveries-pavlina-tcherneva).
El cuadro abarca 60 años de la economía estadunidense, desde 1949 hasta la actualidad. Describe qué parte del crecimiento de los ingresos es apropiada por el 10 por ciento más rico, y cuánto le corresponde al 90 por ciento restante. En la década de 1950, por ejemplo, el 10 por ciento rico se apropiaba de entre el 20 y el 25 por ciento de los nuevos ingresos anuales. Así funciona una economía capitalistanormal, que consiste en una apropiación mayor por los empresarios del fruto del trabajo humano, que Marx denominó plusvalor. Es la acumulación de capital por reproducción ampliada.
A partir de 1970 se produce un cambio importante que es bien visible en la década de 1980: el 10 por ciento rico empieza a apropiarse del 80 por ciento de la riqueza y el 90 por ciento se queda apenas con 20 por ciento de lo que se genera cada año. Este periodo corresponde a la hegemonía del capital financiero, lo que David Harvey ha llamado acumulación por desposesióno despojo.
Pero algo extraordinario se produce desde 2001. Los ricos se quedan con todos los nuevos ingresos y, desde 2008, arrebañan además una parte de lo que tenía el 90 por ciento, como ahorros o bienes. ¿Cómo denominamos a este modo de acumulación? Es un sistema que ya no es capaz de reproducir las relaciones capitalistas porque consiste en el robo. El capitalismo extrae plusvalor y acumula riqueza (aún por desposesión), pero expandiendo las relaciones capitalistas, por eso se asienta en el trabajo asalariado y no en el trabajo esclavo (debo estas reflexiones a Gustavo Esteva, quien las formuló en los días de la escuelita zapatista y en posteriores intercambios). (¡Ups!, el capitalismo, sea poco o mucho, es sinónimo de robo. ¿Que si no, es la plusvalía?..Koan)
Es probable que estemos ingresando en un sistema peor aún que el
capitalismo, una suerte de economía de robo, más parecida a la forma como
funcionan las mafias del narcotráfico que a los modos empresariales que
conocimos en la mayor parte del siglo XX. Es probable, también, que esto no haya sido
planificado por la clase dominante, sino sea el fruto de la búsqueda
desmesurada de lucros en el periodo financiero y de acumulación por
desposesión, que ha engendrado una generación de buitres/lobos incapaces de
producir otra cosa que no sea destrucción y muerte a su alrededor.
En segundo lugar, que el sistema funcione de este modo implica que los de arriba han decidido salvarse a costa de la entera humanidad. En algún momento hicieron una ruptura afectiva con los demás seres humanos y están dispuestos a producir una hecatombe demográfica, como sugiere el cuadro mencionado. Lo quieren todo.
Por lo mismo, el modo en que está funcionando el sistema es más apropiado denominarlo cuarta guerra mundial(como el subcomandante insurgenteMarcos) que acumulación por desposesión, porque el objetivo es la humanidad entera. Parece que la clase dominante decidió que con el actual grado de desarrollo tecnológico puede prescindir del trabajo asalariado que genera riquezas, y ya no depende de consumidores pobres para sus productos. Más allá de que esto sea un delirio inducido por la soberbia, parece evidente que los de arriba no pretenden ordenar el mundo según sus viejos intereses, sino generar regiones enteras (y a veces continentes) donde reine el caos absoluto (como tiende a suceder en Medio Oriente) y otras de seguridad absoluta (como partes de Estados Unidos y Europa, y los barrios ricos de cada país).
En suma, han renunciado a la idea de una sociedad, idea que es sustituida por la imagen del campo de concentración.
En tercer lugar, esto tiene enormes repercusiones para la política de los de abajo. La democracia es apenas un arma arrojadiza contra los enemigos geopolíticos (empezando por Rusia y China), que no se aplica a los regímenes amigos (Arabia Saudita), pero ya no es aquel sistema al que alguna vez otorgaron alguna credibilidad. Lo mismo debe decirse del Estado-nación, apenas un obstáculo a superar como lo demuestran los ataques en Siria violando la soberanía nacional.
No nos cabe otro camino que organizar nuestro mundo, en nuestros espacios/territorios, con nuestra salud, nuestra educación y nuestra autonomía alimentaria. Con nuestros poderes para tomar decisiones y hacerlas cumplir. O sea, con nuestras propias instituciones de autodefensa. Sin depender de las instituciones estatales.
En segundo lugar, que el sistema funcione de este modo implica que los de arriba han decidido salvarse a costa de la entera humanidad. En algún momento hicieron una ruptura afectiva con los demás seres humanos y están dispuestos a producir una hecatombe demográfica, como sugiere el cuadro mencionado. Lo quieren todo.
Por lo mismo, el modo en que está funcionando el sistema es más apropiado denominarlo cuarta guerra mundial(como el subcomandante insurgenteMarcos) que acumulación por desposesión, porque el objetivo es la humanidad entera. Parece que la clase dominante decidió que con el actual grado de desarrollo tecnológico puede prescindir del trabajo asalariado que genera riquezas, y ya no depende de consumidores pobres para sus productos. Más allá de que esto sea un delirio inducido por la soberbia, parece evidente que los de arriba no pretenden ordenar el mundo según sus viejos intereses, sino generar regiones enteras (y a veces continentes) donde reine el caos absoluto (como tiende a suceder en Medio Oriente) y otras de seguridad absoluta (como partes de Estados Unidos y Europa, y los barrios ricos de cada país).
En suma, han renunciado a la idea de una sociedad, idea que es sustituida por la imagen del campo de concentración.
En tercer lugar, esto tiene enormes repercusiones para la política de los de abajo. La democracia es apenas un arma arrojadiza contra los enemigos geopolíticos (empezando por Rusia y China), que no se aplica a los regímenes amigos (Arabia Saudita), pero ya no es aquel sistema al que alguna vez otorgaron alguna credibilidad. Lo mismo debe decirse del Estado-nación, apenas un obstáculo a superar como lo demuestran los ataques en Siria violando la soberanía nacional.
No nos cabe otro camino que organizar nuestro mundo, en nuestros espacios/territorios, con nuestra salud, nuestra educación y nuestra autonomía alimentaria. Con nuestros poderes para tomar decisiones y hacerlas cumplir. O sea, con nuestras propias instituciones de autodefensa. Sin depender de las instituciones estatales.
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