Como El Desarrollo No Mejora El Nivel De Vida Y… Lo Empeora Por MUCHO
Pablo Hasél,,,, Malcolm X
The Brutal Truth About Today’s World By Steve Cutts
Los animales en cine y tv. El Cásting más Bestia.
FRAUDE DE LA HISTORIA DE LA
HUMANIDAD.
Con este vídeo descubrimos que el sistema económico mundial es el responsable de la mayor parte de la desigualdad que hay en nuestro mundo hoy en día. Aquellos que dominan el planeta no quieren que los ciudadanos de a pie sepamos lo que pasa, ya que es el sistema el que les mantiene en su privilegiada posición.
George Washington decía que ninguna generación tiene derecho a contraer deudas mayores de las que pueda pagar en el curso de su propia existencia. Y es que las futuras generaciones se están convirtiendo automáticamente en esclavos de nuestros deseos actuales, a través del endeudamiento que estamos generando y que, día a día, se ve incrementado.
Siguiendo la filosofía de Mike Maloney, siendo capaces de comprender lo que ocurre a nuestro alrededor, seremos capaces de actuar y tomar las deciciones adecuadas. Solo así cambiaremos el sistema.
Feos y Curiosos
Raoul Vaneigem - "La vida pasa"
la vida pasa la vida se escapa
el partido de los rojos el partido de los grises
nuestras revoluciones van traicionando
el trabajo mata el trabajo paga
el tiempo se compra en el supermercado
el tiempo pagado no se recupera nunca más
la juventud va muriendo de tiempo perdido
los ojos hechos para el gusto de amar
son el reflejo de un mundo de objetos
sin sueños y sin realidad
nada ha cambiado todo vuelve a empezar
Una bola de corderos. Ley rota
¿QUIERES SABER POR QUÉ LA GENTE SE
COMPORTA COMO UN REBAÑO? EL EXPERIMENTO SOLOMON ASCH
POR QUÉ DEBES ABANDONAR EL REBAÑO
Debes abandonar el rebaño.
Es urgente.
Y es lo mejor para todos.
No, no estamos hablando de echarte a la montaña y alejarte de la
civilización ni de convertirte en un personaje inadaptado y antisocial incapaz
de relacionarse con el resto de la sociedad.
Alejarte del rebaño es un arduo trabajo psicológico, que implica la
recuperación del propio poder y criterio por encima de la opinión del resto del
mundo.
Un acto de extrema responsabilidad y generosidad, rayando en el
heroísmo, pues no te reportará beneficios sociales, reconocimiento, ni
recompensas materiales.
No se trata pues de un acto de rebeldía adolescente, ni de una pataleta
inconformista sin consecuencias.
Es mucho más profundo: se trata de dar un salto evolutivo como individuo
que favorece el salto evolutivo de toda la especie humana.
Un ejercicio enriquecedor pero ingrato, muchas veces solitario y
doloroso, pero que todos debemos emprender sin más dilatación.
Y es que paradójicamente, abandonar el rebaño es la mejor manera de
salvar al propio rebaño de sí mismo.
No te quepa ninguna duda de ello.
TENEMOS UN PROBLEMA Y NADIE QUIERE VERLO
La humanidad, como colectivo, tiene un problema que no quiere afrontar.
Ese problema se puede ver reflejado, no sólo en nuestro entorno diario,
sino en diversos experimentos psicológicos altamente significativos.
Hablamos de uno de estos experimentos:
¿QUIERES SABER POR QUÉ
LA GENTE SE COMPORTA COMO UN REBAÑO? EL EXPERIMENTO SOLOMON ASCH
Solomon Asch
En la década de 1950, el psicólogo polaco Solomon Asch, realizó un
estudio sobre los individuos y la conformidad con las normas del grupo. Los
participantes en el experimento se inscribieron para participar en un
experimento de psicología en el que se les pedía que completaran un test de
visión.
Pero básicamente, se trataba de un engaño.
Lo que Asch pretendía poner a prueba era hasta qué punto un individuo
era capaz de resistir la presión de la mayoría para que aceptara como
verdadero, algo que era obviamente falso.
En resumidas cuentas, el experimento consistía en una serie de pruebas
visuales de fácil resolución, en las que se debía determinar la longitud de
unos segmentos.
La solución a los problemas siempre era obvia y la posibilidad de error
era prácticamente nula.
Sin embargo, las personas sometidas a este experimento estaban rodeadas
por otras personas, que ellos creían que eran participantes en el experimento
como ellos, pero que en realidad, actuaban compinchados a las órdenes del
psicólogo, conformando un grupo que actuaba al unísono.
La función de las personas de este grupo era ofrecer respuestas
equivocadas regularmente, para ver si el participante, al ser preguntado sobre
la solución al problema, decidía concordar con la opinión mayoritaria a pesar
de que ésta fuera obviamente errónea.
El resultado fue que, al menos una de cada 3 veces, los participantes concordaban
con la opinión de la mayoría, aún sabiendo que daban una respuesta equivocada.
Esto puede parecer algo anecdótico e irrelevante, pero no lo es de ninguna
manera.
LO QUE REFLEJA ESTE EXPERIMENTO ES QUE HAY GRAN CANTIDAD DE INDIVIDUOS
ADULTOS CAPACES DE ACEPTAR ALGO OBVIAMENTE ERRÓNEO, SIMPLEMENTE PORQUE LO DICE
LA MAYORÍA, RENUNCIANDO A SU PROPIA OPINIÓN SIN TAN SOLO HABER RECIBIDO NINGÚN
TIPO DE PRESIÓN NI COACCIÓN POR PARTE DEL GRUPO.
Es decir, los humanos tendemos a supeditar nuestra capacidad personal de
raciocinio, la más desarrollada de entre todas las especies animales sobre este
planeta, a la opinión errónea de una mayoría, sin ninguna razón, ni beneficio
aparente.
Entonces, ¿para qué necesitamos disponer de un cerebro tan grande,
complejo y desarrollado si no lo vamos a utilizar adecuadamente a la hora de
tomar decisiones?
¿Por qué razón la naturaleza ha empleado tanta energía a nivel evolutivo
si a la hora de la verdad no vamos a hacer caso de los dictados de nuestros
eficientes instrumentos biológicos?
Es un fenómeno que casi se podría calificar de anti natural.
Un ejemplo extremadamente grave de lo que nos está sucediendo como
especie.
Y si alguien cree que esta es una afirmación exagerada, hay otro
experimento que lo corrobora y que aún resulta más inquietante que el de Asch.
UN INCREÍBLE ESTUDIO
PSICOLÓGICO SOBRE SIMIOS Y HUMANOS QUE HABLA MUY MAL DE NUESTRA ESPECIE
En el estudio, los investigadores descubrieron que los niños de tan sólo
2 años de edad tendían a aceptar e imitar las decisiones de los compañeros que
les rodeaban por encima de los propios juicios o el propio instinto, aún
sabiendo que las decisiones de los demás eran erróneas. Algo parecido a lo
expuesto en el experimento de Solomon Asch.
Lo sangrante de este estudio es que se realizaba una comparación entre
la actitud de los seres humanos y la de un grupo de chimpancés y orangutanes.
Y el estudio demostró que, los chimpancés y orangutanes, cuando sabían
que tomaban la decisión correcta y que el resto del grupo tomaba una decisión
errónea, mantenían su propio criterio individual por encima de la decisión
mayoritaria.
Y esto nos arroja de cabeza a hacernos una pregunta desgarradora: ¿Cómo
puede ser que un chimpancé o un orangután, tenga más personalidad que un ser
humano?
Los expertos y en concreto el director del experimento, Daniel Haun, concluyeron
que: “La
conformidad es una característica muy básica de la sociabilidad humana que se
muestra desde edades muy tempranas”
Algo que según el científico: “Sirve para conservar los grupos, ayuda a que los grupos se coordinen y
estabiliza la diversidad cultural, una de las características distintivas de la
especie humana” (miedo a quedarse sólo).
De acuerdo, quizás tenga razón y la conformidad con el grupo sea un
instrumento social; pero sin embargo, los chimpancés o los orangutanes también
son capaces de configurar grupos sociales estructurados, organizados y
coordinados. Y como ellos, otros mamíferos y especies animales.
Mucha gente argumentará que los niveles de organización social de estos
animales no es tan compleja o elaborada como la de los humanos; pero probablemente
se deba a que su intelecto no se lo permite o a que sus circunstancias no lo
exigen.
Por lo tanto, en lo referente a nuestra negación del criterio individual
estamos ante un fenómeno, a nivel de especie, que se puede calificar de
inquietante si nos comparamos con nuestros parientes más cercanos.
No deja de ser extraño que seres dotados de un intelecto superior
tiendan a renunciar a su uso en favor de una mayoría, aun cuando ello
contribuya a tomar decisiones erróneas que perjudican, tanto al individuo que
renuncia al propio criterio correcto, como al grupo que sigue un criterio
erróneo.
EN ESTOS CASOS, LA CONFORMIDAD SOLO CONDUCE AL ERROR DE TODA LA
COMUNIDAD AL COMPLETO, ALGO QUE, POR MÁS VUELTAS QUE LE DAMOS, NO TIENE NINGUNA
LÓGICA PUES ES UN DESPERDICIO DE RECURSOS INTELECTUALES Y UN MECANISMO
INEFICIENTE Y ANTI EVOLUTIVO.
Y eso nos hace pensar que quizás es el reflejo de un problema y no de
una característica como especie.
Como venimos denunciando en otros artículos, el Sistema, esa compleja
estructura psíquica creada por nosotros mismos pero que nos está dominando a
todos, tiende a uniformarnos y a eliminar toda representación de individualidad
y personalidad propia diferenciada.
Y estos experimentos podrían ser un reflejo de ello; algo que nos
indicaría que el nivel de afectación de este problema es mucho más grave de lo
que mucha gente quiere creer, porque nos estaría afectando ya a nivel biológico
y evolutivo.
De ser así, podríamos concluir que ese “ente” llamado Sistema nos
impide ser lo que podríamos llegar a ser como seres humanos.
Un problema que requeriría de una solución
inmediata.
UNA FUENTE CONSTANTE DE PROBLEMAS
ESTA
TENDENCIA CIEGA A LA CONFORMIDAD CON EL GRUPO, ACTUANDO POR ENCIMA DE LA PROPIA
CAPACIDAD DE RACIOCINIO INDIVIDUAL, ES LA FUENTE PRINCIPAL DE LA QUE EMANAN LAS
DESGRACIAS DE LA HUMANIDAD.
Mediante este mecanismo perverso se puede explicar el por qué de la
pervivencia de todas esas creencias religiosas, supersticiones, mitos absurdos,
fanatismos, tradiciones salvajes e ideologías sin sentido que tanto daño nos
han hecho a lo largo de la historia.
Solo
es necesario que en un punto del tiempo alguien plante la semilla de un mito,
por disparatado que sea y si esa idea es capaz de arraigar en un número
suficiente de personas, mediante las mecánicas de conformidad con el grupo, esa
creencia será capaz de perdurar en la mente de los individuos durante siglos,
transmitiéndose generación tras generación, como si fuera un ser con vida
propia que trata de perpetuarse.
La mayoría de conceptos que configuran nuestro
paquete de creencias está fundamentado en mentiras que han terminado por ser
consideradas verdades intocables por simple presión grupal.
No es necesario especificar ejemplos concretos, porque estamos rodeados
de ellos.
Todo el mundo es capaz de hallar por sí mismo un cúmulo de tonterías en
las que creemos todos, simplemente porque la sociedad, el grupo, la mayoría, la
masa, nos dice que debemos hacerlo, aunque nuestra propia razón nos dicte todo
lo contrario.
Es algo que debería avergonzarnos como especie e incluso como seres
vivos, porque no tiene ninguna base lógica y es incluso ridículo.
Y no, no tiene nada que ver con nuestra evolución cultural como especie,
ni es el pilar fundamental en el que se sustenta la civilización humana.
Esto no tiene nada de natural.
Que los Rapanui, lo habitantes de la Isla de Pascua acabaran
extinguiéndose por haber talado todos los árboles de la isla dominados por
creencias absurdas no es un ejemplo de “evolución cultural”, es
un ejemplo claro y diáfano de estupidez grupal, de esclavitud ciega a nuestras
propias creaciones abstractas.
Es
un caso de subyugación extrema al Sistema, que en ese
caso concreto llevó a la destrucción de esa comunidad y del propio ecosistema
de la isla.
El caso de la cultura Rapanui es el reflejo de un problema psíquico a nivel global y un ejemplo en pequeño de
lo que puede sucedernos a todos en conjunto si no le ponemos solución
urgentemente.
Si
realmente queremos cambiar las cosas, como individuos debemos combatir esta
tendencia a la conformidad grupal.
Es
uno de los primeros pasos para terminar con el Sistema que nos esclaviza como
especie y es algo que solo puede hacerse a nivel individual, sin crear
doctrinas, creencias estructuradas, grupos o etiquetas que puedan conformar un
nuevo cuerpo abstracto susceptible de convertirse en nueva corriente grupal o
mayoritaria.
Entonces no estaríamos combatiendo al monstruo:
solo cambiaríamos parte de su nomenclatura. COMO LO HACEN LAS REFORMAS
POLITICAS.
Esto puede parecer algo anecdótico e irrelevante, pero no lo es de ninguna manera.
Y no, no tiene nada que ver con nuestra evolución cultural como especie,
ni es el pilar fundamental en el que se sustenta la civilización humana.
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