Historia del oso - CORTOMETRAJE
Cuando Un Psicópata Nos Dice La Verdad.
DISEÑO INTENCIONADAMENTE INCÓMODO COMO MEDIO DE CONTROL SOCIAL
Cuando Un Psicópata Nos Dice La Verdad.
DISEÑO INTENCIONADAMENTE INCÓMODO COMO MEDIO DE CONTROL SOCIAL
«No hay un diseño que sea cómodo
para todos. Todas las sillas y todos los sofás pueden ser cómodos un día e
incómodos al otro. La cuestión es averiguar si hay o no diseños cómodos y para
quiénes», explica Selena Savic, una de las responsables junto a Gordan Savicic
de Unpleasant design,
proyecto que analiza cómo los gobiernos e instituciones desarrollan diseños
conscientemente incómodos como medio de control social, y cuyas investigaciones
se han recopilado en
un libro.
«Mientras vivíamos en Rotterdam,
empezamos a ser conscientes de ese diseño desagradable. Fue una época en la que
viajábamos mucho y comenzamos a ver más ejemplos de ello en otros lugares,
hasta darnos cuenta de que era un fenómeno global. Queríamos entender qué
finalidad tenía, quién lo hacía, qué es lo que piensa la gente de ello, si es o
no útil. Así que comenzamos a recopilar materiales, incluso organizamos un concurso de diseño
incómodo y, poco a poco, se fue convirtiendo en un libro.
En 1955, el diseñador Henry
Dreyfuss escribió Designing for People. Un texto de referencia en el que
repasaba su carera, explicaba su filosofía como profesional, sus principios
éticos y estéticos y desarrollaba su teoría de Joe y Josephine, dos modelos de
hombre y mujer que pretendían servir de guía para conseguir que el diseño de
cualquier producto fuera cómodo y ergonómico.
«El problema es que el diseño no
se desarrolla siguiendo una única dimensión o un único modelo. Por tanto, no
hay una guía eficaz que permita hacer un buen diseño cómodo para todo el
mundo», comenta Savic. Sin embargo, mientras no hay recetas que garanticen un
buen diseño que sea cómodo, sí parece factible hacer un buen diseño
intencionadamente incómodo.
Este es el caso de, por ejemplo,
el Camden
bench, un banco de uso público encargado por el Camden
London Borough Council con la premisa de que no se pudiera dormir sobre él, no
se pudiera hacer skate, dificultase el tráfico de drogas y los grafiteros no
pudieran hacer sus dibujos en su superficie.
«El diseño desagradable aparece
en muy diferentes niveles. Los ayuntamientos lo usan para prevenir
comportamientos humanos y animales que consideran indeseables. Pero también lo
hacen los ciudadanos para luchar contra comportamientos que les molestan, como
tener un grupo de adolescentes merodeando debajo de sus ventanas. Incluso las
empresas consideran este tipo de diseño una medida preventiva antes incluso de
que el comportamiento indeseado se llegue a producir».
A lo largo de la historia, casi
todos los gobiernos o instituciones han utilizado el diseño incómodo sin ningún
complejo, lo que ha generado una importante contradicción: el diseño que
debería ser para el beneficio de los ciudadanos, se emplea abiertamente en su
contra.
«Solo cuando el uso del diseño
incómodo es muy flagrante y llamativo, se habla de él. Por ejemplo, el empleo
de rocas en superficies lisas para impedir que la gente pueda dormir sobre
ellas pude disfrazarse de elemento ornamental y no causa escándalo. Cuando se
colocan, por ejemplo, puntales, entonces sí, aunque la finalidad de una y otra
intervención sea la misma».
Las formas en que puede aparecer
el diseño incómodo son muchas y muy variadas. Algunas más sutiles, otras más
burdas. Como explica Savic, «abarca mucho más que el tratamiento de superficies
u objetos. Es algo que se puede manifestar en las luces
de la ciudad, según tengan un
color u otro, o una mayor o menor intensidad, e incluso en el
uso de ultrasonidos
que solo pueden ser percibidos por una parte de la sociedad».
Muchas de esas estrategias están
tan incorporadas en la comunidad, que en ocasiones resultan muy complicadas de
detectar por los propios ciudadanos. En ese sentido, el trabajo de Unpleasant design es una
mezcla de servicio público y de acción política, que se canaliza a través de
una web y de talleres en los que se explica a los asistentes cómo funcionan
estas políticas de control.
«La mejor forma de cambiar esto
es conocer cómo funciona y cómo se implementa. Son conceptos muy básicos y que
siempre se repiten, porque una de las características del diseño incómodo es
que es fácil de desarrollar y está muy enfocado en aquellos a los que se quiere
controlar. Tan solo es necesario que haya un espacio común que sea accesible
para los ciudadanos. Posteriormente se busca un comportamiento indeseado que se
produzca en ese lugar, se identifica al grupo social que lo lleva a cabo y se
actúa sobre él. Hay gente que, por ejemplo, desarrolla este tipo de diseño
incómodo para controlar a las madres con carritos de bebé, porque consideran
que los bebés lloran y molestan a los demás, olvidando que probablemente a las
madres también les molesta y no es algo que ellas deseen que se produzca».
A la hora de analizar qué es el
diseño incómodo se ha hablado del papel de los gobiernos e instituciones, de
los ciudadanos, de los activistas, pero ¿qué papel juegan en todo esto aquellos
que crean ese diseño?
«Sinceramente no quiero decirles
a los diseñadores qué es lo que deben o no deben hacer o para quién deben o no
deben trabajar. Es evidente que siempre habrá alguien que aceptará desarrollar
un trabajo como el de diseñar bancos en los que no se pueda tumbar una persona.
Como decía al principio, los diseñadores no tienen la responsabilidad universal
de hacer «buen» diseño o productos que sean cómodos para todos. La clave de
todo esto no es tanto de los diseñadores sino de sus clientes. Si alguien
prefiere solucionar el problema de la gente que duerme en la calle invirtiendo
en pinchos de metal en lugar de albergues para indigentes, el responsable es
él. Es su decisión. Por alguna extraña razón, esa gente prefiere mover el
problema de sitio en lugar de enfrentarse con él y resolverlo».
Doblepensar, como herramienta de dominación, se puede definir de la siguiente manera:
Doblepensar significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad. El doblepensar está arraigado en el corazón mismo del Ingsoc, ya que el acto esencial del Partido es el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza de propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega… todo esto es indispensable. Incluso para usar la palabra doblepensar es preciso emplear el doblepensar. Porque para usar la palabra se admite que se están haciendo trampas con la realidad. Mediante un nuevo acto de doblepensar se borra este conocimiento; y así indefinidamente, manteniéndose la mentira siempre unos pasos delante de la verdad. En definitiva, gracias al doblepensar ha sido capaz el Partido —y seguirá siéndolo durante miles de años— de parar el curso de la Historia.
LOS SECRETOS DE LA MATRIX (LA VERDAD SOBRE EL DINERO)
Experimento con cámaras escondidas revela el poder de conformarse al grupo
imitaNDO una ridícula práctica sólo porque todos la hacían
frecuentemente la ficción es el disfraz de las verdades más profundas.
“La palabra Dios es para mí nada más que la expresión y producto de debilidades humanas, la Biblia una colección de honorables aunque primitivas leyendas que son bastante infantiles. Ninguna interpretación, por sutil que sea, puede cambiar esto para mí. Para mí la religión judía, como todas las demás, es una encarnación de las supersticiones más infantiles. Y el pueblo judío, al que de buen grado pertenezco y con cuya mentalidad tengo una profunda afinidad, no tiene para mí una calidad distinta a la de todos los demás pueblos. Hasta donde llega mi experiencia, no son mejores que otros grupos humanos, aunque están protegidos de los peores cánceres por una falta de poder. Fuera de eso no puedo ver en ellos nada de ‘elegidos'”.
[Lo escribió en una carta el físico Albert Einstein en el año 1954, un año antes de morir]
El fascismo tiene mil caras, una de ellas es el patriotismo!
CONTRA LAS FRONTERAS Y SUS DEFENSORES
El código legislativo de un
sistema que es inhumano en esencia debería hacernos pensar que, aquello que sea
ilegal no debe por necesidad ser algo negativo, malvado e inmoral; de hecho,
posiblemente tenga más papeletas de caer en el saco de lo correcto y natural
del ser humano antes que en ese esquema putrefacto de valores capitalistas y
burgueses del que son espejo sus leyes. Podemos, por poner un ejemplo, hablar de
determinadas acciones como aquello a lo que ellos llaman robo,
cuando sabemos que no hay mayor robo que la propiedad privada de todo cuanto
necesitamos para subsistir en cuatro o cinco manos. También podemos referirnos
a las condenas de desacato, desobediencia a la autoridad, etc. que no son más
que nobles actos contra nuestros explotadores. Y podríamos meternos en otros
berenjenales tales como eso que llaman violencia callejera,
los disturbios y desórdenes públicos, pero no queremos ir por ahí
ahora. Queremos hablar de esas personas a las que el Estado condena por su
simple existir: aquellos que han tenido la mala suerte de ser inmigrantes
ilegales. Probablemente no haya en el mundo violencia más silenciosa, sibilina
y extendida como nociva, dañina y dolorosa que ésta, que te consideren ilegal.
Que el Estado te coloque plenamente fuera de su ley no es moco de pavo, pues
solo te espera la ruina, la cárcel y/o el destierro.
Normalmente, el Estado considera a algo ilegal
cuando va contra sus intereses. Intenta, por
otro lado, que nos sintamos identificados con los intereses del Estado,
teniendo como consecuencia que la gente que responde a las llamadas de la colaboración
ciudadana condene todo aquello que sabe que es ilegal y que piensa –como
buen ciudadano y español que es– que debe defenderse de ello. De ahí el
vomitivo discurso del delegado de gobierno de Melilla, Abdelmalik El
Barkani, que ha denominado de “invasión en toda regla” los últimos sucesos.
Ganas de vomitar es lo que nos entra cuando tenemos que escuchar semejantes
sandeces, que no podemos pasar por alto lo más mínimo por lo atroz de su
significado profundo. Su intención de crear entre la sociedad una paranoica
sensación de alarma o amenaza de ser invadidos nos trae a nuestro recuerdo
monstruos del siglo XX que deberían de estar más que enterrados. A generar
este esperpéntico e insolidario sentimiento colaboran, como no, los medios de
comunicación de masas: portavoces oficiales del Estado y el capital. El
lenguaje de estos miserables nunca es inocente, y el uso indiscriminado de
determinados sustantivos, verbos, etc. responden a una ideología común
del sistema, que como un fantasma va poseyéndonos lentamente desde diferentes
medios como el colegio e institutos, hasta la prensa. Y es que ni Joseph
Goebbels, quien fuera ministro de prensa e información del régimen alemán nazi,
lo hubiera hecho mejor. Aún así, aunque en este mundo ya poco hay que nos
sorprenda, no deja de causarnos escalofríos el lenguaje utilizado por algunos
medios de comunicación al hablar de estos hechos. Así, en periódicos como
el ABC, La Razón o El Mundo vemos como con
indiferencia en su discurso utilizan términos tales como hordas
y asalto para referirse a los últimos acontecimientos en Melilla.
Según la
RAE:
horda.
(Del
fr. horde, y este del mongol orda; cf. turco ordu,
campamento militar).
1. f. Comunidad de salvajes
nómadas.
2. f. Grupo de gente que
obra sin disciplina y con violencia.
ó
asaltar.
1. tr. Acometer impetuosamente una
plaza o fortaleza para entrar en ella escalando las defensas.
2. tr. Acometer repentinamente y
por sorpresa. La asaltaron los periodistas. Asaltaron dos veces
el banco.
3. tr. Acometer, sobrevenir,
ocurrir de pronto algo, como una enfermedad, la muerte, un pensamiento, etc.
Si a
cualquiera de nosotros nos dijeran que nos van a asaltar la casa
nos prepararíamos para defendernos, más aún si estamos hablando de una horda.
Por lo tanto, hay que frenar este tipo de discursos antes de que empiecen
con las clásicas falacias de aquí no cabemos todos, o nos
quitan el trabajo. En el mundo hay trabajo y sitio para todos y los
únicos que aquí sobran son los gobernantes y todos sus apéndices, así como los
patronos y capitalistas: esa es la única invasión que sufre la especie humana
en todo el globo terráqueo, y son a ellos a quienes hay que expulsar de
nuestras vidas. Por mucho que el gobierno pase la bola a las mafias el asunto de estas
migraciones, quienes no deberían de conciliar el sueño por las noches son los
gobiernos occidentales, cuyos sistemas económicos condenan a la más profunda
miseria a gran parte de la población mundial, obligándoles a abandonar a sus
familias, sus gentes y sus casas para buscar alguna oportunidad en ese otro
mundo donde progresivamente, a su vez, vivimos más miseria y más desdicha. Ya que han mencionado a las
mafias, tenemos que hacer una serie de consideraciones: Las
mafias funcionan igual que los Estados: ejerciendo algún tipo de violencia
y/o chantaje, utiliza a las personas y las diferentes condiciones sociales para
obtener algún tipo de beneficio. Son, sin duda, una especie de Estado
paralelo, que en mil ocasiones se entremezclan con esa mafia legal
que es el Estado. Nadie se extraña ya de ver a
políticos inmersos en tramas mafiosas de corrupción, trata de blancas,
narcotráfico, etcétera; por lo que no podemos verlo de otra manera que como las
dos caras de una misma moneda: un lucro bidireccional donde hay beneficio con
la explotación de las zonas desfavorecidas por un lado, y beneficio a costa de
la entrada de sus gentes en los países ricos por otro. No se lo ponen fácil ni
mucho menos. Pero la cosa sigue, la doble moral y la obsesión por parecer
inocente no tienen límites. La preocupación de este individuo
(seguimos hablando de ese tal El Barkani) por que los inmigrantes “han
cambiado de actitud y saltan armados con palos y piedras” (según sus propias
palabras) no nos provoca más que carcajadas. Quienes han sumido en el
infierno al continente africano para que sus habitantes sean fácilmente
explotado por los Estados capitalistas, se merecen algo más que palos y
piedras, pues debemos recordar cómo impiden que estas gentes escapen de su
miseria.
Para
empezar una sanguinaria alambrada separa los dos mundos. Si no te dejas la piel
en el intento, dentro te esperan unos tipos uniformados armados hasta los
dientes que son el ejército y la policía. Si tienes la suerte de que no te
apaleen, llegarás solo con las magulladuras de la alambrada (de nada más y nada
menos que de seis metros) a lo que llaman CIE (Centro de Internamiento de
Extranjeros) que no es otra cosa que una cárcel, en la que te verás hacinado en
una jaula, pues estas cárceles están especialmente superpobladas. Tras quién
sabe cuanto tiempo permanecerás allí secuestrado, y si es que sigues vivo,
nuevamente te enviarán de vuelta allí de donde viniste – si es que el país
vecino, Marruecos, no te abandona a tu suerte en pleno desierto–, y de vuelta a
volver a empezar. Quizá este tipo de dinámicas sean el estimulante para premiar
con el Nobel de la Paz a la Unión Europea, a quienes El Barkani no ha dudado en
pedir ayuda pues “si entran en Melilla, están entrando en Europa”, y es
que claro, los ricos tienen que protegerse de los pobres.
Y es que al final tenemos que hablar de lucha de
clases. Queda patente como los ricos se protegen entre sí; nosotros, los pobres
y explotados de cualquier lugar solo nos queda unirnos y organizarnos para
hacerles frente, para acabar con esta plaga que es el capitalismo y el
autoritarismo. No hay fronteras que nos separen, los nacionalismos son una
peste irracional que solo ha venido a provocar guerras y rencillas entre
semejantes. Cada vez que el Estado ve peligrar sus intereses incrementan la
represión: dentro de sus fronteras mayor recrudecimiento del código penal y
mayor impunidad y protección a sus policías, mercenarios del sistema. Fuera de
sus fronteras más de lo mismo. Sabemos que esas son sus soluciones, del Estado
solo puede emanar soluciones para proteger sus privilegios.
No creas
las mentiras de políticos y medios de comunicación. La única invasión, plaga y
asalto a nuestras vidas es el de la autoridad y todas sus mutaciones: Estado,
capital, patriotismo y racismo.
Contra
toda autoridad.Por la libre circulación de las personas.Abajo el Estado y el
capital.Por la Anarquía
Patria y humanidad. Por ÉLISÉE RECLUS
La cuestión —si el patriotismo es incompatible con
el amor a la humanidad— no puede tratarse sin una definición preliminar.
¿Qué es el «patriotismo» tomado en el sentido
verdaderamente popular, subentendido en toda fraseología? Es el amor exclusivo
a la patria, sentimiento que se complica con un odio correspondiente contra las
patrias extranjeras. ¿Y qué es la patria? Un territorio grande o pequeño,
netamente delimitado por fronteras de origen diverso, obstáculos naturales,
barreras artificiales o simples líneas trazadas según la voluntad de alguno,
antes sobre el papel, después trasladadas al terreno.
Partiendo de estas definiciones que ciertamente
responden a la idea general de los pueblos interesados, tal cual es por lo
demás sancionada triplemente por la diplomacia, por el régimen militar y por el
sistema fiscal, se debe reconocer que la patria y su derivado, el patriotismo,
son una deplorable supervivencia, el producto de un egoísmo agresivo que no
puede conducir más que a la ruina de las mejores obras humanas y al exterminio
de los hombres.
Pero el pueblo es sencillo, y bajo esa palabra
«patria» se le han dado a entender mil cosas dulces y bellas que no implican en
manera alguna la división de la tierra en parcelas enemigas.
El suave perfume de la tierra natal, las figuras
sonrientes de los viejos que nos aman, los recuerdos queridos de estudio y de
investigaciones con compañeros atrevidos, las obras emprendidas en común en la
juventud y sobre todo la fábula que resonó primero en nuestro oído, y en la que
hemos escuchado las palabras que han decidido nuestra vida, todo esto es
herencia natural de todo hombre en cualquier parte del mundo en que esté
situada su cuna, todo esto es anterior a la idea de una patria limitada, y es
puro sofisma querer coligar estos sentimientos con la existencia de un polígono
efímero cortado sobre la redondez de nuestra planeta.
Hay al contrario completa oposición entre estas
primeras impresiones que nos ligan a la tierra y a la sociedad humana y todas
las líneas de división que impiden la libre formación de los grupos humanos y
que intentan limitar lo que por la naturaleza de las cosas es indisciplinable,
la simpatía de los hombres entre sí, su espíritu de mutua benevolencia y de
solidaridad.
Históricamente, la patria fue siempre mala y
funesta. Fue siempre un dominio, reivindicado como propiedad exclusiva por un
amo absoluto, o bien por una banda de amos organizados en jerarquía, o, como en
nuestros días, por un sindicato de clases privilegiadas y dirigentes. Siempre,
por mucho que nos remontemos en el pasado, hallamos que los ciudadanos
pacíficos han debido, en nombre de una patria de fronteras siempre diversas,
trabajar, pagar y combatir, siempre oprimidos por los parásitos, reyes,
señores, guerreros, magistrados, diplomáticos y millonarios. Y fueron esos
parásitos en lucha con otras bandas de haraganes los que han marcado las
barreras de separación entre pueblos vecinos, hermanos a causa de los intereses
comunes. Para defender o ensanchar esos límites absurdos se han sucedido las
guerras a las guerras: era preciso que los mojones limítrofes fuesen plantados
entre cadáveres, como en un tiempo las puertas de las ciudades.
En nuestros días, las fronteras son más funestas que
nunca, aun cuando son más a menudo atravesadas, porque son conservadas más
metódica, más científicamente que en el pasado con fortificaciones, puestos de
aduana, guardias móviles. Si el comercio consigue penetrar bajo el impulso de
necesidades vitales, ocurre sólo después de largas explicaciones entre los
Estados y la construcción de grandes obras militares. La zona de separación es
tabulada en toda su longitud; y con maquinaciones incesantes, con la ayuda de
verdaderos crímenes, se suscitan odios tremendos a ambos lados de la frontera
ficticia, trazada a lo largo de algún arroyo entre los bosques y los prados.
Y casi diré que hay de escandaloso este hecho, que
en el siglo de las locomotoras y de los motociclos de toda especie no hay más
que una línea ferroviaria entre Francia y España, y ni siquiera una carretera
viable a través de los Pirineos. A pesar de la geografía, no se quiere que las
dos naciones sean vecinas, no se quiere que, cesando de ser patrias diversas,
se conviertan en un solo país de una misma familia unida.
El vasto mundo nos pertenece y nosotros pertenecemos
al mundo. Abajo todas las fronteras, símbolos de dominación y de odio. Tenemos
prisa por poder abrazar al fin a todos los hombres y llamarnos sus hermanos
Normalmente, el Estado considera a algo ilegal cuando va contra sus intereses. Intenta, por otro lado, que nos sintamos identificados con los intereses del Estado, teniendo como consecuencia que la gente que responde a las llamadas de la colaboración ciudadana condene todo aquello que sabe que es ilegal y que piensa –como buen ciudadano y español que es– que debe defenderse de ello. De ahí el vomitivo discurso del delegado de gobierno de Melilla, Abdelmalik El Barkani, que ha denominado de “invasión en toda regla” los últimos sucesos. Ganas de vomitar es lo que nos entra cuando tenemos que escuchar semejantes sandeces, que no podemos pasar por alto lo más mínimo por lo atroz de su significado profundo. Su intención de crear entre la sociedad una paranoica sensación de alarma o amenaza de ser invadidos nos trae a nuestro recuerdo monstruos del siglo XX que deberían de estar más que enterrados. A generar este esperpéntico e insolidario sentimiento colaboran, como no, los medios de comunicación de masas: portavoces oficiales del Estado y el capital. El lenguaje de estos miserables nunca es inocente, y el uso indiscriminado de determinados sustantivos, verbos, etc. responden a una ideología común del sistema, que como un fantasma va poseyéndonos lentamente desde diferentes medios como el colegio e institutos, hasta la prensa. Y es que ni Joseph Goebbels, quien fuera ministro de prensa e información del régimen alemán nazi, lo hubiera hecho mejor. Aún así, aunque en este mundo ya poco hay que nos sorprenda, no deja de causarnos escalofríos el lenguaje utilizado por algunos medios de comunicación al hablar de estos hechos. Así, en periódicos como el ABC, La Razón o El Mundo vemos como con indiferencia en su discurso utilizan términos tales como hordas y asalto para referirse a los últimos acontecimientos en Melilla.
Según la RAE:
horda.
(Del fr. horde, y este del mongol orda; cf. turco ordu, campamento militar).
1. f. Comunidad de salvajes nómadas.
2. f. Grupo de gente que obra sin disciplina y con violencia.
ó
asaltar.
1. tr. Acometer impetuosamente una plaza o fortaleza para entrar en ella escalando las defensas.
2. tr. Acometer repentinamente y por sorpresa. La asaltaron los periodistas. Asaltaron dos veces el banco.
3. tr. Acometer, sobrevenir, ocurrir de pronto algo, como una enfermedad, la muerte, un pensamiento, etc.
Si a cualquiera de nosotros nos dijeran que nos van a asaltar la casa nos prepararíamos para defendernos, más aún si estamos hablando de una horda. Por lo tanto, hay que frenar este tipo de discursos antes de que empiecen con las clásicas falacias de aquí no cabemos todos, o nos quitan el trabajo. En el mundo hay trabajo y sitio para todos y los únicos que aquí sobran son los gobernantes y todos sus apéndices, así como los patronos y capitalistas: esa es la única invasión que sufre la especie humana en todo el globo terráqueo, y son a ellos a quienes hay que expulsar de nuestras vidas. Por mucho que el gobierno pase la bola a las mafias el asunto de estas migraciones, quienes no deberían de conciliar el sueño por las noches son los gobiernos occidentales, cuyos sistemas económicos condenan a la más profunda miseria a gran parte de la población mundial, obligándoles a abandonar a sus familias, sus gentes y sus casas para buscar alguna oportunidad en ese otro mundo donde progresivamente, a su vez, vivimos más miseria y más desdicha. Ya que han mencionado a las mafias, tenemos que hacer una serie de consideraciones: Las mafias funcionan igual que los Estados: ejerciendo algún tipo de violencia y/o chantaje, utiliza a las personas y las diferentes condiciones sociales para obtener algún tipo de beneficio. Son, sin duda, una especie de Estado paralelo, que en mil ocasiones se entremezclan con esa mafia legal que es el Estado. Nadie se extraña ya de ver a políticos inmersos en tramas mafiosas de corrupción, trata de blancas, narcotráfico, etcétera; por lo que no podemos verlo de otra manera que como las dos caras de una misma moneda: un lucro bidireccional donde hay beneficio con la explotación de las zonas desfavorecidas por un lado, y beneficio a costa de la entrada de sus gentes en los países ricos por otro. No se lo ponen fácil ni mucho menos. Pero la cosa sigue, la doble moral y la obsesión por parecer inocente no tienen límites. La preocupación de este individuo (seguimos hablando de ese tal El Barkani) por que los inmigrantes “han cambiado de actitud y saltan armados con palos y piedras” (según sus propias palabras) no nos provoca más que carcajadas. Quienes han sumido en el infierno al continente africano para que sus habitantes sean fácilmente explotado por los Estados capitalistas, se merecen algo más que palos y piedras, pues debemos recordar cómo impiden que estas gentes escapen de su miseria.
Para empezar una sanguinaria alambrada separa los dos mundos. Si no te dejas la piel en el intento, dentro te esperan unos tipos uniformados armados hasta los dientes que son el ejército y la policía. Si tienes la suerte de que no te apaleen, llegarás solo con las magulladuras de la alambrada (de nada más y nada menos que de seis metros) a lo que llaman CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) que no es otra cosa que una cárcel, en la que te verás hacinado en una jaula, pues estas cárceles están especialmente superpobladas. Tras quién sabe cuanto tiempo permanecerás allí secuestrado, y si es que sigues vivo, nuevamente te enviarán de vuelta allí de donde viniste – si es que el país vecino, Marruecos, no te abandona a tu suerte en pleno desierto–, y de vuelta a volver a empezar. Quizá este tipo de dinámicas sean el estimulante para premiar con el Nobel de la Paz a la Unión Europea, a quienes El Barkani no ha dudado en pedir ayuda pues “si entran en Melilla, están entrando en Europa”, y es que claro, los ricos tienen que protegerse de los pobres.
Y es que al final tenemos que hablar de lucha de clases. Queda patente como los ricos se protegen entre sí; nosotros, los pobres y explotados de cualquier lugar solo nos queda unirnos y organizarnos para hacerles frente, para acabar con esta plaga que es el capitalismo y el autoritarismo. No hay fronteras que nos separen, los nacionalismos son una peste irracional que solo ha venido a provocar guerras y rencillas entre semejantes. Cada vez que el Estado ve peligrar sus intereses incrementan la represión: dentro de sus fronteras mayor recrudecimiento del código penal y mayor impunidad y protección a sus policías, mercenarios del sistema. Fuera de sus fronteras más de lo mismo. Sabemos que esas son sus soluciones, del Estado solo puede emanar soluciones para proteger sus privilegios.
No creas las mentiras de políticos y medios de comunicación. La única invasión, plaga y asalto a nuestras vidas es el de la autoridad y todas sus mutaciones: Estado, capital, patriotismo y racismo.
Contra toda autoridad.Por la libre circulación de las personas.Abajo el Estado y el capital.Por la Anarquía
Patria y humanidad. Por ÉLISÉE RECLUS
La cuestión —si el patriotismo es incompatible con
el amor a la humanidad— no puede tratarse sin una definición preliminar.
¿Qué es el «patriotismo» tomado en el sentido
verdaderamente popular, subentendido en toda fraseología? Es el amor exclusivo
a la patria, sentimiento que se complica con un odio correspondiente contra las
patrias extranjeras. ¿Y qué es la patria? Un territorio grande o pequeño,
netamente delimitado por fronteras de origen diverso, obstáculos naturales,
barreras artificiales o simples líneas trazadas según la voluntad de alguno,
antes sobre el papel, después trasladadas al terreno.
Partiendo de estas definiciones que ciertamente
responden a la idea general de los pueblos interesados, tal cual es por lo
demás sancionada triplemente por la diplomacia, por el régimen militar y por el
sistema fiscal, se debe reconocer que la patria y su derivado, el patriotismo,
son una deplorable supervivencia, el producto de un egoísmo agresivo que no
puede conducir más que a la ruina de las mejores obras humanas y al exterminio
de los hombres.
Pero el pueblo es sencillo, y bajo esa palabra
«patria» se le han dado a entender mil cosas dulces y bellas que no implican en
manera alguna la división de la tierra en parcelas enemigas.
El suave perfume de la tierra natal, las figuras
sonrientes de los viejos que nos aman, los recuerdos queridos de estudio y de
investigaciones con compañeros atrevidos, las obras emprendidas en común en la
juventud y sobre todo la fábula que resonó primero en nuestro oído, y en la que
hemos escuchado las palabras que han decidido nuestra vida, todo esto es
herencia natural de todo hombre en cualquier parte del mundo en que esté
situada su cuna, todo esto es anterior a la idea de una patria limitada, y es
puro sofisma querer coligar estos sentimientos con la existencia de un polígono
efímero cortado sobre la redondez de nuestra planeta.
Hay al contrario completa oposición entre estas
primeras impresiones que nos ligan a la tierra y a la sociedad humana y todas
las líneas de división que impiden la libre formación de los grupos humanos y
que intentan limitar lo que por la naturaleza de las cosas es indisciplinable,
la simpatía de los hombres entre sí, su espíritu de mutua benevolencia y de
solidaridad.
Históricamente, la patria fue siempre mala y
funesta. Fue siempre un dominio, reivindicado como propiedad exclusiva por un
amo absoluto, o bien por una banda de amos organizados en jerarquía, o, como en
nuestros días, por un sindicato de clases privilegiadas y dirigentes. Siempre,
por mucho que nos remontemos en el pasado, hallamos que los ciudadanos
pacíficos han debido, en nombre de una patria de fronteras siempre diversas,
trabajar, pagar y combatir, siempre oprimidos por los parásitos, reyes,
señores, guerreros, magistrados, diplomáticos y millonarios. Y fueron esos
parásitos en lucha con otras bandas de haraganes los que han marcado las
barreras de separación entre pueblos vecinos, hermanos a causa de los intereses
comunes. Para defender o ensanchar esos límites absurdos se han sucedido las
guerras a las guerras: era preciso que los mojones limítrofes fuesen plantados
entre cadáveres, como en un tiempo las puertas de las ciudades.
En nuestros días, las fronteras son más funestas que
nunca, aun cuando son más a menudo atravesadas, porque son conservadas más
metódica, más científicamente que en el pasado con fortificaciones, puestos de
aduana, guardias móviles. Si el comercio consigue penetrar bajo el impulso de
necesidades vitales, ocurre sólo después de largas explicaciones entre los
Estados y la construcción de grandes obras militares. La zona de separación es
tabulada en toda su longitud; y con maquinaciones incesantes, con la ayuda de
verdaderos crímenes, se suscitan odios tremendos a ambos lados de la frontera
ficticia, trazada a lo largo de algún arroyo entre los bosques y los prados.
Y casi diré que hay de escandaloso este hecho, que
en el siglo de las locomotoras y de los motociclos de toda especie no hay más
que una línea ferroviaria entre Francia y España, y ni siquiera una carretera
viable a través de los Pirineos. A pesar de la geografía, no se quiere que las
dos naciones sean vecinas, no se quiere que, cesando de ser patrias diversas,
se conviertan en un solo país de una misma familia unida.
El vasto mundo nos pertenece y nosotros pertenecemos
al mundo. Abajo todas las fronteras, símbolos de dominación y de odio. Tenemos
prisa por poder abrazar al fin a todos los hombres y llamarnos sus hermanos
contra las tonta idea de las SUPER MAMAS¡¡¡ es un emotivo corto que nos recuerda que una madre sola no puede con todo.
Mother from StephanieC on Vimeo.
HOMOCONSUMUS CORTOMETRAJE
MENTES ACRATAS: (SIENTE LO QUE SIENTO)
Lirika Podrida - Violencia (Prod. Cost Productions)
La teoría del rebaño desconcertado
EL REBAÑO HUMANO ATURDIDO
La raza
humana es un rebaño.
.
.
Henos
aquí nosotros, aspectos únicos y eternos de conciencia con una infinidad de
potencial, pero nosotros mismos nos hemos permitido convertirnos en una
irreflexiva y no inquisitiva masa informe de conformidad y uniformidad. Un
rebaño.
.
.
Una vez
que cedemos a la mentalidad de rebaño podemos ser controlados y dirigidos por
una pequeña minoría. Y lo somos.
.
.
Estaba de
pie al sol un día rodeado por un enorme rebaño de ovejas. El granjero llegó en
su camión, salió, y estaba de pie inmóvil, apoyándose sobre su palo. Inmediatamente
algunas de las ovejas empezaron a caminar hacia él y en unos minutos era como
el Éxodo. Cientos de ovejas estaban siguiendo esas pocas al frente.
.A cualquier rezagado que no se ajustó a esta
mentalidad “bee, bee” le fue dada una dosis de miedo del perro ovejero y luego
también se apresuró en la línea.
.En un tiempo ridículamente corto esta combinación
del “bee, bee”, y el miedo habían acorralado la inmensa manada entera. Todo lo
que hacía falta era un hombre que hacía muy poco y un perro ovejero distribuyendo
el miedo.
Cuando
observé esto, pensaba: “Estoy mirando la raza humana aquí. Así es cómo somos
controlados“. Hemos dejado de pensar por nosotros y hemos entregado
nuestras mentes.
Por lo
tanto seguimos al que está delante del modo más extraordinariamente robótico.
.
.
Y somos
consumidos por el miedo en cada fibra de nuestro ser.

.
En cuanto
nuestras respuestas de miedo son activadas, nos apresuramos a ajustarnos
incluso si somos suficientemente conscientes para darnos cuenta de que lo que
están pidiéndonos que pensemos, hagamos, y digamos, es una cosa sin sentido.
.
Estas
armas, los “bee, bee”, y el miedo, permiten que una asombrosamente pequeña
minoría de personas moldee y dirija el mundo a su propia imagen pervertida, un
proceso que está llevando, a menos que nosotros nos despertemos y crezcamos,
hacia un gobierno, ejército, banco central y dinero, mundiales, y hacia una
población con microchips: para abreviar, el control global total de cada
hombre, mujer y niño.
Mientras
al principio puede parecer ser increíblemente difícil para un relativo puñado
de personas controlar las vidas de casi seis mil millones, es de hecho
comparativamente fácil, en cuanto usted tiene control de la educación y los
medios de comunicación – las fuentes de la “Información” y los mensajes tipo
mantra que bombardean la mente consciente y subconsciente desde la cuna hasta
la tumba.
.
Estos
mensajes no son diseñados para informar, sino para dirigir y condicionar,
dividir y gobernar.
.
.
Los
manipuladores políticos, económicos, religiosos y científicos se colocan entre
la verdad y la mente consciente humana. Son los intermediarios e intermediarias
que tratan de mantener fuera del ruedo público el conocimiento que abriría
nuestras mentes a nuestro real e infinito potencial.
.
.
Somos
alimentados con una dieta mental de tontería y porquería diseñada para
disminuir nuestro sentido de identidad propia y cerrar definitivamente nuestra
conciencia hasta que se vuelva una pálida sombra de lo que puede ser. Uno se
vuelve una oveja y la oveja se vuelve un rebaño.
.
.
.
Como
alguien dijo una vez, hay tres tipos de personas en el mundo entero: una
pequeña minoría que hace que las cosas ocurran; un número ligeramente más
grande que observa las cosas ocurrir; y todo el resto que anda por ahí
diciendo: ¿qué está ocurriendo, qué está ocurriendo?.
.
.
La verdad
es negada a las personas porque las hará libres. En cambio, aquellos en la cima
de los imperios religiosos, científicos, políticos y económicos (el mismo
estado de mente en ropas diferentes) dictan su versión de la “Verdad”, una
versión que quiere decir que las personas deben creer en lo que sea que ellos
quieren que crean.
Y, para
ser justo, la humanidad no tiene un gran historial en exigir la verdad o buscarla.
Hemos desarrollado mentes perezosas.
.
.
.
Es
apropiado decir que la palabra ignorancia es una extensión de la palabra
ignorar (hacer caso omiso). Ignoramos tanto que así nos volvemos hormigas
ignorantes* (“hombrigaz”).
* N. del
T: ignore-ant, en inglés ignorante-hormigae, un juego de palabras.
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Una vez
que usted ha condicionado una generación para pensar de la manera que usted
requiere, se hace aun más fácil condicionar la próxima generación.
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Usted
tiene ahora los padres programados trabajando inadvertidamente en su beneficio
condicionando sus hijos para que acepten su propia visión condicionada de la
vida.
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Tales
padres no hacen esto porque son personas malas. Lo hacen porque realmente
piensan que su visión es mejor para sus hijos.
.
.
Pero el
efecto es el mismo: una generación programada ayuda a programar a la próxima
porque no respeta el derecho de nadie de ser sí mismo.
.
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CADA
GENERACIÓN TIENE EL DERECHO DE VER LA VIDA EN UNA MANERA QUE TIENE SENTIDO PARA
ELLOS, NO PARA SUS PADRES, SUS PROFESORES, O EL TIPO QUE LEE LAS NOTICIAS. Pero
desgraciadamente, las personas aceptan sin pensar demasiado lo que les es
transmitido. No hacen la pregunta más liberadora que se puede hacer:
.
¿POR QUÉ?
¿Por qué lo hacemos de esta manera?
¿Por qué creemos en esto o aquello?
¿Quién dice?
.
.
La
pregunta “¿Por qué?” es el motor detrás de la evolución. Cuando hablé en los
Estados Unidos, una amiga estadounidense me dijo una historia que
brillantemente resalta lo que quiero decir. Dijo que cuando estaba preparando
la cena un día recortó las esquinas del jamón antes de ponerlo en la cacerola.
.
.
“¿Por qué hiciste eso?” preguntó su marido.
“No sé, mi madre solía hacerlo siempre.”
“¿Por qué recortaba las esquinas del jamón tu madre?.”
“No sé, sólo lo hacía – ¿qué importa?.”
“Telefonea a tu madre y pregúntale por qué recortaba
las esquinas del jamón.”
Ella telefoneó a su madre.
¿”Mamá, recuerdas cuando yo era niña y tu solías recortar
las esquinas del jamón?.
¿Por qué lo hacías?.”
“¡Porque mi cacerola no era nunca suficientemente grande!.”
.
.
Si su
marido no hubiera hecho la pregunta “¿Por qué?”, ella habría continuado
recortando las esquinas del jamón y sus hijos muy posiblemente lo habrían hecho
también. Así es cómo una generación permite que su sentido de identidad propia
esté condicionado por las generaciones más viejas, padres, profesores y
personas de los medios de comunicación. No preguntan por qué. Esta mentalidad
de esponja y el deseo de imponer los pensamientos y creencias de uno a los
otros han creado un vehículo asombrosamente eficaz para la Élite para controlar
la dirección del mundo.
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Esto es
lo que he llamado la “Zona Libre de Problemas”. Cada dogma, sistema de
creencias, cultura, y sociedad tienen una Zona Libre de Problemas. Trabaja de
este modo: usted fija los límites de pensamiento, opinión y comportamiento
aceptables y cualquiera que sale fuera de esos límites muy estrechos ES
INMEDIATAMENTE YA SEA RIDICULIZADO COMO “LOCO” O BIEN CONDENADO COMO “MALO”.
¡EN MI CASO AMBOS!.
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.
Algunas
personas se quedan dentro de la Zona Libre de Problemas porque están
persuadidas de que esta visión desesperadamente estrecha es efectivamente cómo
la vida debería ser vivida. Pero hay números muy significativos de otras
personas que se dan cuenta de cuán ridículos son los límites de la Zona, pero
el MIEDO DE ENFRENTAR EL RIDÍCULO O LA CONDENA Y EL RECHAZO SOCIAL aseguran que
mantengan sus bocas cerradas y sus cabezas abajo.
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Como
dicen en Japón, el clavo que sobresale del resto es el primero en ser golpeado.
Aquí otra vez tenemos la Zona Libre de Problemas vigilada por esas armas
gemelas, el “beeee, beeee”, aquellos que aceptan la limitación del pensamiento
y la opinión condicionados como su realidad y el miedo, aquellos que piensan de
manera diferente, pero están temerosos de expresarlo).
.
.
Esto
quiere decir que grandes franjas de la humanidad están viviendo una mentira y
negando lo que realmente creen y lo que realmente quieren hacer con sus vidas.
Se ponen la máscara. Párese en una calle llena de gente y observe todas esas
personas pasar caminando. Usted no está mirando al real, infinito ser de ellos.
Usted está mirando la máscara que proyectan al mundo. La máscara que creen que
es lo suficientemente aceptable para el resto de los prisioneros para evitar
ser ridiculizado o condenado y rechazado por pensar y actuar diferentemente a
las demandas de la Zona Libre de Problemas.
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Son las
tensiones fantásticas dentro de la psiquis causadas por esta negación lo que
yace en el corazón de la mayoría de las enfermedades mentales, emocionales, y
por lo tanto físicas (dis-ease: des-alivio, falta de armonía) que se
manifiestan como enfermedad, depresión, suicidio, una falta de satisfacción, y
“¿Cuál es la clave?”.
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Esta
“Guerra” diaria en la psiquis produce conflicto entre esa parte de nosotros que
reconoce nuestra infinidad y singularidad, y el nivel consciente que busca
negar tales sentimientos porque teme las consecuencias de expresar singularidad
en un mundo de uniformidad programada.
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Estos dos
niveles de la psiquis son los que yo llamo “Soy yo, soy libre” y “Oh, mi Dios”.
“Soy yo,
soy libre”, desea expresar y celebrar su singularidad. “Oh, mi Dios”, está
aterrorizado de lo que eso representará en la vida cotidiana.
.
.
.
Oh, mi Dios, ¿qué pensará mi familia si digo lo que creo?
¿Y los compañeros en el trabajo?
¿Y los tipos abajo en el bar?
Pensarán que me he vuelto loco. ¡Oh mi Dios!
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Si usted
quiere ser libre, deje de vivir una mentira. Deje de negarse a usted mismo.
Usted es un aspecto único de todo lo que existe, el total de todas sus
experiencias únicas desde que usted se hizo consciente por primera vez hace una
infinidad. Esa es una razón de estar alegre. No hay ningún aspecto de
conciencia en toda la creación que sea como usted. Usted es especial, como
todos somos igualmente especiales.
Pero en
lugar de estar alegre y orgulloso de esa especialidad, hemos permitido que
nuestra singularidad se convierta en algo a temer.
¡Oh, mi
Dios!. Como tenemos miedo de ser nosotros mismos, estamos incómodos cuando
alguien alrededor de nosotros decide evacuar la Zona Libre de Problemas y
expresar su singularidad. Su arremetida para la libertad mental y emocional
hace una declaración sobre nosotros y nuestra propia prisión mental y emocional.
A las personas no les gusta eso y reaccionan en consecuencia.
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“Está
loco” o “Es mala” es el acto reflejo, el grito de alarma normal del rebaño
cuando es confrontado con alguien determinado a ser él mismo y no un clon
programado. ¿Y usted sabe qué están diciendo realmente las personas cuando
gritan “Loco” o “Malo”?. En realidad están diciendo “Diferente”. Tal es la
escala del condicionamiento absorbido por la mente colectiva humana que las
personas no pueden arreglárselas con alguien que se atreve a ser diferente. “Si
estoy en la prisión, compañero, tú también tienes que estar. Es lo justo.”
.
.
También
sucumbimos al mito sobre el “hombre y la mujer corriente en la calle” o la
“gente común y corriente”, la idea de que las masas son sólo “ordinarias” y
solamente los pocos que son “extra-ordinarios” consiguen algo en la vida. Somos
“corrientes” así que debemos saber cuál es nuestro lugar, sostiene este sistema
de creencia.
.
.
En
verdad, no hay un hombre, mujer, niño u hoja de hierba “corriente” en toda la
creación, pero las personas están convencidas de creer en el mito y por tanto
juegan al papel de ser “corrientes”. Es un acto que están condicionadas para
representar, como un actor sobre un escenario. Corrientes no es lo que somos,
es simplemente lo que decidimos creer que somos. Pero es muy poderoso en
disminuir nuestro sentido de valor; otra motivación para entregar nuestras
mentes a aquellos quienes creemos que son nuestros “superiores”.
.
- Los
“extra-ordinarios” -
.
Es parte
del condicionamiento que incluye la tontería de que todos nacimos pecadores,
sea lo que sea que eso signifique. Piense en las consecuencias para su vida y
el planeta que resultan de este miedo de ser USTED. Si entregamos nuestras
mentes a otros y permitimos que ellos nos digan qué pensar y hacer, y si
cedemos nuestra singularidad al miedo de ser diferente, damos el control de
este mundo a una Élite diminuta que usa su poder y manipulación para dictar los
límites de la Zona Libre de Problemas.
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.
Quienquiera
que decide el punto en el que una opinión o estilo de vida están dentro o fuera
la Zona (el punto en el que usted enfrenta el ridículo o la condena), también
determina los límites dentro de los que miles de millones de personas llevan
sus vidas porque están aterrorizados de ser diferentes del rebaño. Una y otra
vez las personas dicen que respaldan lo que estoy diciendo y haciendo, pero no
se atreven a decirlo por miedo a las consecuencias. Bien, es tiempo de armarse
de valor, porque las consecuencias de mantenerse callado van a ser lejos peores
que hablar claro y estar orgulloso de lo que usted piensa y lo que usted es.
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- Expresar…
-
.
- …o
callar -
.
¿Qué nos ha pasado, por Dios santo?
.
Hemos
asumido una esquizofrenia de masas en la que nos hemos hecho tanto prisioneros
de la Zona Libre de Problemas como su fuerza policial. Porque no respetamos
nuestro propio derecho de ser únicos, nos ajustamos a los límites de la Zona y
nos convertimos en unos esclavos. Porque no respetamos el derecho de todos los
demás de ser únicos, nos convertimos en la fuerza policial o en el granjero
fastidiando y arreando a los otros esclavos a la aquiescencia.
.
- Vigila
y denuncia a tu prójimo -
.
El
ridículo y la condena solamente pueden llegar a los niveles exigidos para
espantar a las personas hacia la sumisión si las masas, los otros esclavos,
cumplen su parte distribuyéndolos. No estamos asustados por lo que los
Presidentes, Primeros Ministros y banqueros mundiales piensan sobre nosotros
-es la reacción de nuestros amigos, familia, y compañeros de trabajo lo que nos
preocupa y nos espanta hacia la conformidad. ¡La reacción de los otros
esclavos!.
.
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La fuerza
policial mental, emocional y espiritual que controla las masas es en sí formada
por… las masas. Es como tener una celda llena de prisioneros y siempre que uno
de los presos encuentra un medio de escape, todos los otros prisioneros corren
para bloquear la salida. Prejuicio es la palabra esencial aquí. Las personas
son condicionadas a ser prejuiciosas contra los otros miembros y grupos dentro
de cada cultura y sociedad, y estas formas diferentes del prejuicio son usadas
para dividir y controlar el rebaño.
.
.
El
prejuicio podría ser racial, religioso o político, o basado en el entorno, las
ganancias, el trabajo o el estilo de vida. De cualquier modo usted tiene
aspectos diferentes de la sociedad mutuamente condicionados a ridiculizar,
oponerse y condenar instintivamente sus opiniones y sus experiencias de vida. Y
el prejuicio raramente es de una sola manera. Aquellos que se ven como las
víctimas del prejuicio son a menudo prejuiciosos ellos mismos contra otras
personas, estilos de vida y grupos. Esto permite que la manipulación de la
conciencia de la masa prospere y con todo si dejáramos de tratar de imponernos
mutuamente nuestra versión de lo correcto e incorrecto, bueno y malo, moral e
inmoral, quitaríamos los medios para tal manipulación mundial.
.
.
¡Tenemos
que liberarnos de todo prejuicio – ahora!
.
Además de
lo malo que es imponer nuestra visión a los demás, es más difícil educar o
disciplinar a las personas cuando llegan a la madurez. Entonces, las personas
(o grupos de personas, incluso la Humanidad entera), como las monedas, son
indivisibles y tienen dos lados inseparables: virtudes y defectos, aspectos que
nos gustan o nos desagradan, y sólo podemos hacer dos cosas: aceptarlas a pesar
de sus defectos, ejerciendo la tolerancia para una mayor comunión de las
personas entre sí y con Dios, o rechazarlas a pesar de sus virtudes, sirviendo
a los intereses de los que quieren dividir y separar a las personas.
.
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Hemos
entregado nuestras propias identidades únicas a tal extensión que nos juzgamos
a nosotros mismos y a otros por los “trabajos” que hacemos y los dogmas a los
que nos aferramos. ¡La forma como nosotros y ellos servimos al sistema que nos
controla se ha vuelto nuestro sentido de identidad, el símbolo de quiénes
somos!. ¿Qué es usted?. Oh, soy un Cristiano, un Musulmán, un Socialista, un
Republicano, un pagano. Tenemos que ser algo en lugar de ser alguien – nosotros
mismos.
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- Empaquetamos
y entregamos nuestra identidad -
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También
preguntamos a las personas a quienes conocemos qué “hacen” para vivir porque
pensamos que esto nos dará una idea sobre “quiénes” son. “Oh, usted es corredor
de bolsa y usted es minero, y usted es un barredor de calles. Correcto, lo
tengo: éxito, rudo y sucio, y completo fracaso. Está bien, los conozco a todos
ustedes ahora. ¿Alguien quiere beber algo?.”
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- Etiquetamos
-
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Juzgamos
a las personas y a nosotros mismos, no por lo que somos, sino por lo que
poseemos o por lo que “hacemos”. Este juicio se corresponde con la opinión de
la realidad del sistema porque hemos cedido el derecho de expresar nuestra
propia singularidad. Alguien que hace millones abusando del planeta y de
grandes franjas de la humanidad todos los días por las decisiones que toma en
las bolsas de valores mundiales (casinos) es considerado exitoso, alguien que
“lo ha logrado”.
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Mientras
otros que no hacen daño a nadie, y de hecho pueden luchar por ayudar a las
personas y dar amor al mundo, son considerados un fracaso si sucede que
trabajan en un trabajo mal pagado o están “desempleados”. Siempre se burlaban
de un amigo mío en la escuela porque su padre vaciaba botes de basura para
vivir. Pero aquellos que se reían veneraban a jugadores de fútbol famosos. Este
es un ejemplo de nuestra tergiversada idea del “Éxito”. ¿A quién extrañaríamos
más si no trabajara por un mes, al jugador de fútbol o al basurero?. Al último,
por supuesto, porque las calles y nuestras casas estarían llenas de basura y,
eventualmente, enfermedad.
.
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Esta
actitud de juzgarnos unos a otros por nuestros “trabajos” es ignorar y negar
quiénes somos realmente. No somos “Corredores de bolsa”, “Mineros”, o
“Barrenderos de calles”. Estos son simplemente los papeles que tenemos en el
escenario de la vida. Un corredor de bolsa hoy puede ser un indigente mañana.
Nuestro “Papel” no somos “Nosotros”, al igual que el personaje que un actor
interpreta no es la imagen verdadera del actor. Nuestros trabajos y “Papeles”
son un vehículo temporal para la experiencia, eso es todo. Somos una conciencia
que evoluciona en un viaje eterno hacia mayor amor, conocimiento y entendimiento,
pero hemos olvidado esto y hemos sido animados a olvidarlo.
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- Olvido
-
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Somos
como actores que piensan que la película es real y hemos asumido las
personalidades descritas en el guión de otra persona. Pensamos que “Nosotros”
somos esos roles. No es así. Pero tenemos al actor que hace del corredor de
bolsa menospreciando al actor que está haciendo de barrendero de calles cuando,
en otra vida, otra película, esos papeles pueden estar invertidos. Es sólo un
juego, PERO NOSOTROS PENSAMOS QUE ES REAL. ESE ES EL PORQUÉ DE QUE HAYA
DEGENERADO EN TAL DESORDEN. ESTAMOS TOMANDO EL JUEGO DEMASIADO SERIAMENTE. Es
sólo una película y se supone que es divertido. Una diversión enorme que hemos
permitido que nos confunda tan eficazmente es el
concepto de democracia.
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.
Hemos
aceptado en masa que la democracia es otra palabra para la libertad. Como el
infierno lo es. La
democracia no es libertad, es una dictadura camuflada como
libertad. La misma fuerza controla cada uno de los partidos y movimientos
políticos más importantes, directamente o indirectamente. Creó la mayoría de
ellos. Cuando usted vota en una elección, usted está escogiendo entre aspectos
diferentes de la misma fuerza.
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El dinero
y los medios de comunicación determinan quién llega a ser Presidente de los
Estados Unidos de Norteamérica y el dinero y los medios de comunicación son
poseídos y controlados por las mismas personas. Escribamos lo siguiente en
letras de 6 metros de alto:
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DEMOCRACIA NO ES LIBERTAD¡¡
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30
personas que dicen a 49 qué hacer no es libertad. De hecho, la mayoría de los
gobiernos son elegidos por una minoría de la población y ellos todavía lo
llaman una elección “democrática”. La libertad es el derecho de todas las
personas a expresar quiénes son, qué piensan, y cómo desean vivir sus vidas:
libre de imposición o molestia de parte de nadie. Es poder celebrar nuestra
singularidad individual sin reglas, regulaciones, ridículo y condena de
aquellos que tratan de imponer su visión de la vida sobre el resto de nosotros.
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- Prisión
mental -
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Hasta que
respetemos nuestro (y el de todos), derecho a ser diferente, a hacer nuestras
propias elecciones, y crear nuestras propias realidades conscientes libres de
la imposición y la presión para ajustarnos, nos quedaremos en una prisión de
nuestra propia creación. Continuaremos siendo tanto el policía como el
prisionero. Y un puñado de personas con un profundamente desagradable
programa continuará dirigiendo el mundo. La elección, como siempre, es nuestra.
Podemos aceptar la prisión o podemos marcharnos a la libertad. Y la libertad
está a sólo un pensamiento de distancia.
.