El mundo no nos pertenece. Si tiene un dueño que es tan estúpido como para quererlo tal como es, que se lo quede. Dejémosle contar ruinas en lugar de edificios, cementerios en lugar de ciudades, lodo en vez de ríos y fango infecto en vez de mares.

Nunca dejes de luchar¡¡

'feminicidio o auto-construcción de la mujer

PARA QUE AUMENTE EL CONOCIMIENTO DEBE EXISTIR EL DESACUERDO. Y ESTE PROGRESO DEL CONOCIMIENTO SE PRODUCE A PARTIR DE LA ENUNCIACIÓN DE TEORÍAS AUDACES Y SU CONTRASTACIÓN Y DISCUSIÓN CRÍTICA. PARA EL AVANCE Y EL AUMENTO EN LA PROFUNDIDAD DEL CONOCIMIENTO SE PRODUCE A TRAVÉS DE PROPONER IDEAS AUDACES Y TRATAR DE PROBARLAS, DE CONVERSACIONES, DE DISCUSIONES, EN LAS QUE LOS INTERLOCUTORES, DESDE PUNTOS OPUESTOS, VAN DEFINIENDO CONSTRUYENDO UNA FORMA DE INTERPRETAR SU ENTORNO.

CAPITALISMO

CAPITALISMO
No es natural sentirse bien en un mundo enfermo, y lleno de injusticia

el problema

el problema

LAS VERDADES SON HECHOS.

LAS VERDADES SON HECHOS.

punk, oi, hard core

domingo, 7 de diciembre de 2014

LA TRAMPA: (jode a tu compañero, el robot solitario, te forzamos a ser libre)




CUANDO ORWELL SE QUEDA CORTO...
Mangas electrónicas para medir la eficiencia de los trabajadores de una fábrica


Dentro de las medidas que algunos países enuncian para salir de la crisis económica, y que luego las empresas ponen en práctica, es el aumento de la (EXPLOTACIÓN..) productividad de los trabajadores; es decir, aumentar el rendimiento del trabajo (y de la producción) dentro del mismo tiempo de trabajo. Esta medida, lógicamente, no está exenta de polémica por el trasfondo sociolaboral que tiene y, en muchos casos, pasa por un mayor control del trabajo desempeñado por los empleados de una empresa. El Instituto Fraunhofer de Alemania ha desarrollado unas mangas electrónicas capaces de captar el movimiento de los trabajadores de, por ejemplo, una línea de ensamblaje y, aunque originalmente se ha desarrollado para estudiar el movimiento de los trabajadores y mejorar su puesto de trabajo (ubicación de herramientas, piezas, línea de ensamblaje, etc), también podría utilizarse para medir el rendimiento de los trabajadores.
Este sistema tan particular está basado en los trajes que se utilizan en la industria cinematográfica o en la de los videojuegos para captar el movimiento humano, digitalizarlo y trasladarlo a una animación, es decir, que estas mangas electrónicas están dotadas por un sistema de sensores capaces de captar el movimiento de los brazos de un trabajador y grabar los movimientos que realiza al coger un componente o una herramienta.
¿Y para qué han desarrollado un sistema así? Según el Instituto Fraunhofer, gracias a este sistema se puede medir el tiempo que tarda un empleado en coger una pieza o una herramienta antes de proceder a su ensamblado y, procesando los movimientos realizados y el tiempo empleado, se podrían buscar vías alternativas de ubicación de los enseres necesarios (o adaptar la planta de producción) para mejorar la producción y hacerla más eficiente. Pero, claro está, este tipo de sistemas también tienen su parte negativa porque son una especie de “gran hermano” que controla al trabajador de una manera mucho más precisa que un capataz o un jefe de sección puesto que escudriña todos los movimientos realizados, los procesa en una computadora y, al final, se termina evaluando la eficiencia del trabajador.
Hasta la fecha, la optimización de las líneas de producción se hacía de manera bastante artesanal puesto que se evaluaban a las distintas células de producción de la línea usando un cronómetro y evaluando, así, el tiempo empleado en realizar su función. Lógicamente, que alguien esté observando al trabajador y evaluando el tiempo que emplea en su trabajo puede distorsionar la medida porque el trabajador se ponga nervioso. Para evitar este tipo de alteraciones, los investigadores del Instituto Fraunhofer creen que gracias a estos sensores, los procesos de optimización serán mucho más precisos.
¿Optimización de líneas de producción o control sobre los empleados? Una línea muy difusa la que plantea esta investigación del Instituto Fraunhofer, supongo que todo dependerá de las intenciones del directivo que decida implantar este tipo de sistemas.




¿Suponen los robots una amenaza a la economía mundial?


Los robots nos han ayudado durante muchísimo tiempo pero ahora podrían acabar con nuestros trabajos. ¿Es algo sobre lo que tengamos que actuar? ¿Deberíamos impedirlo o simplemente adaptarnos? El debate que se plantea es apasionante.






Últimamente se está hablando en ciertos círculos sobre la repercusión que tendrá la robótica en la economía mundial y, por ende, en la humanidad.
. Los robots, o la tecnología, podrán sustituir el trabajo que ejercen los seres humanos de manera totalmente eficaz y eso creará situaciones que antes ya se vivieron con otras especies. El número más alto en la población de caballos se alcanzó en 1915
Los caballos, por ejemplo, eran el medio de transporte y la fuerza de trabajo primordial a principios del s. XX. Se usaban para todo, hasta que apareció el coche. A partir de entonces la población mundial de caballos disminuyó paulatinamente hasta encontrarnos con los cerca de 58 millones de ejemplares que hay hoy día. ¿Significa eso que los humanos vamos a desaparecer? Ni mucho menos.

Sin embargo puede que se produzca una situación difícil de afrontar: el desempleo. Y no hablamos de un paro producido por una quiebra o una sustitución, hablamos de que los humanos no seremos necesarios para que una empresa salga adelante. Pongamos por caso un restaurante de hamburguesas, todos imaginamos a quién me refiero. Por norma general se emplean de 15 a 20 personas, dependiendo del tamaño del local. Bien pues estos puestos de trabajo podrían desaparecer si el robot de Momentum Machines consigue salir adelante. Dicho robot consigue preparar hamburguesas, como las que haría un humano, en 10 segundos. Pero la diferencia que hay entre los sueldos de esas 20 personas y el costo de mantenimiento de la máquina de esta empresa norteamericana es insultantemente bajo. Y ante tal ahorro de costes, ¿qué hará un empresario?
Creo que culpar al despiadado empresario sería un error, todos haríamos lo mismo, todos adoptaríamos la opción más económica para nosotros. De hecho ya lo hacemos. Por ejemplo con Uber. La opción de siempre es la de buscar un taxi por la ciudad o ir en transporte público. La opción más económica, en términos de ahorro de tiempo y energía, es la de utilizar una app en nuestro teléfono móvil. Y eso es lo que trae la disrupción, romper con lo establecido.

Ya hay robots que escriben artículos de noticias

Desde robots hasta bots informáticos, que pueden llegar a sustituir al humano en cualquier trabajo que se nos ocurra. ¿Operario de montaje? Sí. ¿Limpiador? Sí. ¿Chico de los recados? Sí. Pero nos equivocamos si pensamos que tan sólo van a dejar de existir trabajos de perfil bajo. Los coches autónomos son el santo grial de las compañías aseguradoras que esperan ahorrar miles de millones gracias a los accidentes que estos autos pueden evitar. Asimismo los médicos podrán ser sustituidos por robots que sean capaces de realizar un mejor diagnóstico o llevar a cabo cirugías con un margen de error 0.
Llegados aquí se plantean muchas cuestiones y ninguna tiene una sóla respuesta, ni tan siquiera son de fácil formulación. Por ejemplo, si los humanos dejamos de trabajar, ¿debería existir una renta mínima para vivir? De ser así, ¿deberían las empresas sufragarlo a través de un impuesto? Tan solo pretendo abrir un debate sobre algo que más pronto que tarde nos afectará a todos pero que tal vez no seamos plenamente conscientes todavía.
 


LA TRAMPA

Documental adam curtis la TRAMPA. La libertad individual es el sueño de nuestra era y es lo que nuestros líderes prometen darnos
En ellos se muestra cómo la creación de un modelo simplificado de los seres humanos como criaturas egoístas, casi robóticas, condujo a la idea actual de libertad. Este modelo derivaba de ideas y técnicas desarrolladas por los estrategas nucleares durante la Guerra Fría para controlar el comportamiento del enemigo soviético (Delicado Equilibrio del Terror).
Matemáticos como John Nash (Una Mente Maravillosa) desarrollaron la paranoica Teoría de Juegos, cuyos modelos sólo funcionan si los seres humanos se comportan como criaturas egoístas y aisladas, es decir racionalmente, constantemente sospechando y vigilandose entre sí, siempre tratando de sacar beneficio. Curtis concluye que los únicos capaces de acomodarse a tales comportamiento individuales optimizadores racionales son los economistas y los psicópatas…

Este mismo modelo fue entonces desarrollado por biólogos genéticos, antropólogos, psiquiatras radicales y economistas del libre mercado, y ha llegado a dominar tanto el modo de pensar político desde los años setenta como el modo en que piensan las personas acerca de ellos mismos como seres humanos.

Sin embargo, esta idea simplista contiene las semillas de nuevas formas de control. Y lo que las personas han olvidado es que hay otras ideas de libertad. Estamos, según Curtis, en una trampa de nuestra creación que nos controla, priva de significado y causa caos y muerte en el extranjero.

En cualquier caso, el documental  merece la pena ser visto. Es un recorrido a lo largo de los 2 ultimos siglos, repasando las ideologías que han intentado perseguir el concepto de Libertad, entendida como lucha contra la tiranía de las clases dirigentes.

El documental consta de tres episodios que puede ver a continuación:


Parte 1: jode a tu compañero




PARTE 2: El Robot Solitario





PARTE 3: te forzamos a ser libre



La desintegración del ser humano: la profesionalización



El nacimiento del gran capitalismo industrial en el siglo XVIII y su posterior consolidación en el siglo XIX supuso para el mundo occidental toda una serie de cambios de verdadera profundidad. Los cambios estructurales económicos inevitablemente fueron de la mano de nuevas formas de vida que sirvieron para moldear un nuevo hombre: el hijo de la modernidad.
La nueva sociedad naciente, como es bien sabido, tenía una nueva estructura de clases. Por un lado, la burguesía se convierte en la nueva clase dominante; por otro lado, surge el proletariado como resultado de la proletarización de las clases más bajas de las sociedades que se adentran en la revolución industrial.

Proletarización y división del trabajo
La proletarización nos define un proceso que sirvió para moldear un individuo nuevo caracterizado por su relación con su producción, su obra, con la mercancía que elabora. Ese proceso proletarizador conllevaba una relación fragmentaria y repetitiva que se acentuó de forma extraordinaria con el modelo de producción en cadena o fordista. Fragmentaria porque el productor apenas se relaciona en el proceso de producción con una parte de la mercancía cada vez; repetitiva porque la actividad, simplificada todo lo posible, se reproduce de manera rutinaria de forma constante. Un ejemplo: un zapatero del siglo XVI sería capaz de crear por sí mismo una bota; en el siglo XX, la bota sería introducida en la cadena de montaje para lograr una mayor eficacia y rapidez gracias a la división y especialización del trabajo.
La relación fragmentaria del proletario con su producto es un fenómeno propio de las sociedades capitalistas contemporáneas que fruto de la tecnificación y de una determinada forma de entender el progreso se adentran en un mundo de creciente complejidad.

De la fragmentación del conocimiento
La enorme complejidad del mundo moderno implica la existencia de una realidad inabarcable en su totalidad para el ser humano por lo que bajo la lógica burguesa de la eficacia el hombre se ha lanzado al acceso también fragmentario del mundo en todos los ámbitos de la realidad. Eso significa que de forma más que generalizada en el siglo XVII, por ejemplo, un pensador pretendía acercarse al saber en su forma más amplia posible; en el siglo XX, el pensador va a buscar un acceso al conocimiento desde un campo restringido y especializado. Esta tendencia acentuada por la cada vez mayor complejización del mundo contemporáneo supone una creciente tendencia a la especialización inevitablemente fragmentadora. Si este ejemplo nos adentra en el mundo del conocimiento, lo mismo se podría decir en todos los ámbitos de la realidad. El individuo moderno vive inmerso en un mundo que le empuja a la especialización y, por tanto, al abandono de múltiples esferas de su realidad social y personal.

La profesionalización
La complejidad del terreno profesional y la hipertecnificación hace que se acreciente la tendencia al desconocimiento de los campos cada vez más próximos del conocimiento, lo cual se puede aplicar desde un tornero fresador hasta un cirujano cardiovascular. Obviamente esta tendencia a la especialización en el ámbito profesional no es como dijimos una tendencia aislada sino que forma parte de un proceso generalizado que abarca todos los ámbitos del mundo capitalista contemporáneo. Dicho proceso, bajo la lógica burguesa del progreso y la eficacia, ha sido exaltado de forma permanente hasta la enajenante profesionalización que inunda nuestro mundo turbocapitalista. ¿Por qué enajenante? Porque éste imposibilita el acceso del hombre a principios fundamentales para su desarrollo como ser pleno, es decir, completo y autónomo. Un ejemplo claro es el trabajador social, es decir, la profesionalización de la solidaridad que antaño estaba en manos de las personas, frente a las instituciones y ONG´s que tratan de enajenar del individuo el principio del apoyo mutuo. Bajo esta misma lógica se esconde la terrible figura del político, un profesional del gobierno de los demás (porque las personas no pueden gobernarse a sí mismas nada más que en unos muy pocos ámbitos de la existencia) o la del juez, profesional de la justicia, cuya esencia sólo está en unos pocos especialistas. No obstante, el ejemplo paradigmático del mundo moderno lo encarna la figura del psicólogo, profesional de todo aquello que se supone que forma parte esencial del interior humano, desde el amor por sí mismo hasta las relaciones de pareja, por poner solo unos ejemplos.
Aunque de forma demasiado simplificada queremos denunciar que la profesionalización de la vida es una tendencia cada vez más acentuada en las sociedades hipertecnológicas del capitalismo cuya consecuencia es la tendencia a construir un hombre incapaz de construirse a sí mismo (y reconocerse) como ser integral. Desde esta lógica desintegradora el hombre se encuentra roto en fragmentos que hacen de él un ser en permanente desgajamiento. La solución no es volver a tiempos remotos, ni por supuesto está en ninguna forma de capitalismo pasado o futuro sino que está en las formas sociales al servicio del ser humano en todos los ámbitos como el comunismo libertario.














Ni dios, ni amo (Totaldeterminacion)



EZLN - 1 de enero 1994




Escuela popular, escuela liberadora, incluso escuela libre, son eufemismos tales como denominar a las cárceles centros de reinserción y a los ejércitos humanitarios









Una mirada crítica a las pedagogías progresistas del capitalismo tecno-industrial. De cómo los pedagogos son capaces de ser sólo “revolucionarios” con altos salarios y creen cambiarlo todo mientras, en realidad, contribuyen a que todo siga igual.



Supuesto pedagogo de profesión, me he negado siempre a escribir de pedagogía. Quizá por no reconocer la miserabilidad de mi profesión y querer esconder, dejando así enterrado, el lado profesional –triste palabra, somos profesionales, técnicos, y, en suma, gestores del capitalismo– de mi vida. Han profesionalizado nuestras existencias, las han especializado, las han tecnificado hasta el límite. La división del trabajo, el fordismo salvaje, impuesto desde pequeñitos, nos hace ser perfectos autómatas programados. Elección magistral hecha en base a lo menos malo por no trabajar montando escenarios, cocinando cadáveres de animales asesinados para el consumo, o limpiando unos grandes almacenes (he aquí mi panóptico profesional).... En fin, no me expandiré aquí en una pléyade de excusas que poco os pueden interesar. No entiendo como alguien puede sentirse bien en su trabajo. No puedo comprender como alguien, prostituyéndose a los intereses produccionistas del Estado-capital, puede ser feliz. Me horroriza ver las sonrisas de quien, bajo el yugo del trabajo asalariado que compra horas de vida para producir plusvalía en beneficio de clase privilegiada que nos gobierna, permanece contento de tener lo que le imponen. Un ladrón, un criminal, un loco –denominados así por esta sociedad enferma– ¿son acaso peores que nosotros que permanecemos sumisos al mercado y sus imposiciones? No hay mayor ceguera que la que se excusa en la comodidad de sus actos. Jacob, miembro del grupo francés anarquista los Trabajadores de la noche defendió el robo escupiendo palabras en forma de bala para los bienpensantes de la República francesa:



«Llamáis a un hombre "ladrón y bandido", le aplicáis el rigor de la ley sin preguntaros si él puede ser otra cosa. ¿Se ha visto alguna vez a un rentista hacerse ratero? Confieso no conocer a ninguno. Pero yo que no soy ni rentista ni propietario, que no soy más que un hombre que sólo tiene sus brazos y su cerebro para asegurar su conservación, he tenido que comportarme de otro modo. La sociedad no me concedía más que tres clases de existencia: el trabajo, la mendicidad o el robo. El trabajo, lejos de repugnarme, me agrada, el hombre no puede estar sin trabajar, sus músculos, su cerebro poseen una cantidad de energía para gastar. Lo que me ha repugnado es tener que sudar sangre y agua por la limosna de un salario, crear riquezas de las cuales seré frustrado. En una palabra, me ha repugnado darme a la prostitución del trabajo. La mendicidad es el envilecimiento, la negación de cualquier dignidad. Cualquier hombre tiene derecho al banquete de la vida. El derecho de vivir no se mendiga, se toma.



El robo es la restitución, la recuperación de la posesión. En vez de encerrarme en una fábrica, como en un presidio; en vez de mendigar aquello a lo que tenía derecho, preferí sublevarme y combatir cara a cara a mis enemigos haciendo la guerra a los ricos, atacando sus bienes... Ciertamente, veo que hubierais preferido que me sometiera a vuestras leyes; que, obrero dócil, hubiese creado riquezas a cambio de un salario irrisorio y, una vez el cuerpo ya usado y el cerebro embrutecido, hubiese ido a reventar en un rincón de la calle. Entonces no me llamaríais "bandido cínico", sino "obrero honesto". Con halago me hubierais incluso impuesto la medalla del trabajo. Los curas prometen el paraíso a sus embaucados; vosotros sois menos abstractos, les ofrecéis papel mojado» (1)



Toda una declaración de principios. Algunos tememos dar ese paso, sólo la cobardía y el miedo a la cárcel, puede ser un planteamiento razonable para que un revolucionario no actúe de tal manera. Dista mucho el planteamiento de Jacob, atacando frontalmente los cimientos del capitalismo, que el de quien pretende progresar en su trabajo, felizmente convencido, autoengañado, hacia una supuesta revolución social. Sólo el saqueo y el ataque directo a la ley pueden destrozar el orden establecido. El resto, son quimeras parlamentarias ‑camufladas con las más variopintas caretas y tambores– al alcance de todos. Pero, he aquí, una rareza profesional no extinta: los maestros y pedagogos. Qué no sólo están orgullosos de servir al Estado, sino que pueden llegar a creer firmemente en propiciar un cambio social manipulando las maleables mentes de los niños, cuando, lo más que hacen, es inculcar dosis de democracia parlamentaria en estado puro.



La tecnificación no escapa al mundo educativo. Sus lacayos, los maestros y maestras, repiten sin parar el lenguaje creado artificialmente por las elites universitarias al servicio del poder. Así son muchos los maestros, mediadores socioculturales, psicólogos, equipos multiprofesionales, logopedas, pedagogos terapéuticos, monitores de ocio y tiempo libre, cuidadores, profesores, técnicos de enseñanza, incluso técnicos de acción directa (así se denomina a unos profesionales que trabajan en la cárcel de menores de Zambrana) quienes ponen en marcha con orgullo metodologías participativas, recursos polivalentes, materiales para primaria y secundaría; que crean herramientas constructivas, integradoras e inclusivas, que evalúan y autoevalúan, que no castigan sino que “implantan consecuencias”. Que destinan a los niños desobedientes a los equipos de orientación y recuperación, que profundizan en la miserabilidad de sus vidas e imponen veladamente dinámicas de grupo, juegos de rol y elocuentes debates que hacen apología –quizá sin pretenderlo- del intercambio de mercancías, de consumismo salvaje, de la sociedad espectacular.


Los trabajadores de la educación dan por incuestionable un axioma: los niños no poseen las capacidades mentales adecuadas y hay que reconducírselas. Parten de que si la conducta de los niños está por determinar, son ellos quienes lo harán magistralmente, atribuyéndose la verdad, la razón, la “creatividad” y por tanto aniquilándosela siempre al niño, que pequeño por edad, no puede valerse por si mismo. Esta autoatribución en sus funciones, este exceso de hedonismo, de poder completar a los otros siempre haciendo el bien, incluso propiciando el cambio social, siempre concebido como una verdad universal e incuestionable, es un mal endémico escolar ¿Quién determina esos parámetros? ¿Quién establece esos criterios? ¿Quién se cree más cabal que un niño?

Vemos a los niños avanzar con los años y se van contaminando por la influencia detestable de los adultos. ¿Somos las personas adultas más cuerdas que ellos? Sólo cabe echar un vistazo al caos mercantil que rige nuestras vidas para deducir que no. Pero ni si quiera se duda. Se establece un rol erróneo nefasto: el que sabe y el que no sabe. El que, de manera increíble, se atribuye el monopolio de la verdad y la va a trasmitir a los pequeños. Una superioridad camuflada en los criterios pedagógicos progresistas realmente reaccionaria. Se establecen relaciones de dominación y, por tanto, de obediencia. Entre adultos estaría mal visto. Pero hablamos de niños, y por sólo ese hecho, carecen de principios. Por su bien contaminamos sus vidas. Hay un rol escolar maestro-alumno plagado de historia impositiva que es en si mismo inevitable. Un alumno y un maestro en un aula juegan una disposición autoritaria en la que no caben parámetros de equidad por mucho que se pretendan. La relación de poder será siempre desigual por mucho que esta se camufle. De ahí es normal que los alumnos están siempre a la defensiva con el maestro, desconfíen siempre de él y hasta lo vean como un enemigo. Escuela popular, escuela liberadora, incluso escuela libre, son eufemismos tales como denominar a las cárceles centros de reinserción y a los ejércitos humanitarios. Los pedagogos progresistas no pueden oír de hablar de la destrucción de la escuela. No pueden soportar escuchar que la escuela – al igual que la fabrica y la cárcel- es algo muy reciente en la historia de la humanidad. No pueden entender que hay sociedades que hoy en día se rigen sin escuelas (aunque se las traten de imponer, por ejemplo, a los indígenas) y se trasmiten cultura, sensaciones y sentimientos de manera mucho menos impositiva que cualquier forma de escuela a través de diferentes formas artísticas. No quieren saber que la escuela nace de sus homónimos progresistas ilustrados que pretenden otorgar al estado el monopolio de la educación, alejados de la peculiaridad familiar y barrial, y sometidos a la homogeneización que el Estado realiza a través del ámbito escolar. Escuela y cárcel, dos instituciones que, como universales, no distan tanto en el tiempo. La una prepara productores para el capital, la otra encierra a quien no produce como le enseñaron y desobedece la imposición del mercado; la ley. No hay nada peor que un pequeño alumno que falta a clase, al igual que es intolerable para la patronal cuando un trabajador falta al trabajo. Norma burguesa infranqueable para los buenos ciudadanos, para los buenos pedagogos progresistas. Acto penado por la ley.

No quieren oír hablar de las teorías de la desescolarización porque.... ¿De que vivirían los maestros sin escuelas? ¿Dónde encontrarían ellos, progresistas y respetuosos humanistas, su espacio de dominación y superioridad? ¿Cuantos profesores pueden sentirse revolucionarios cobrando 40€ la hora en medio de la pasividad de sus vidas?

¡Cuantos monitores de ocio y tiempo libre, educadores sociales, técnicos del ocio, pueden ayudar a los demás sólo con altos salarios mientras son incapaces de involucrarse en la guerra social por el fin de las clases! ¡Qué sería de sus revoluciones sin el dinero que les proporciona el estado y el capital! ¡Que sería de sus cambios sociales sino fuera por la mercancantilización de su trabajo! ¡Que sería de sus dinámicas de grupo si no estuvieran pagadas como un salario “alto standing”!. No serían nada. Todo lo pueden dentro del trabajo asalariado, nada valen fuera de él. Contribuyendo al engorde de la maquinaria capitalista dicen poder combatirla. "Todo esta en la educación, es la base para cambiar las cosas", repiten mientras se suceden las generaciones y el orden establecido es cada vez más férreo. Contribuyen mejor que nadie a pagar la paz social. Pedro García Olivo explica la docilidad social emanada de los funcionarios del estado a la perfección:

«Ningún colectivo como el de los funcionarios para ejemplificar esta suerte de docilidad sin convencimiento, docilidad exánime, animal, diría que meramente "alimenticia": escudándose en su sentido del deber, en la obediencia debida o en la ética profesional, estos hombres, a lo largo de la historia reciente, han mentido, secuestrado, torturado, asesinado,... Se ha hablado, a este respecto, de una "funcionarización de la violencia", de una "funcionarización de la ignominia"... Significativamente, estos "profesionales" que no retroceden ante la abyección, capaces de todo crimen, rara vez aparecen como fanáticos de una determinada ideología oficial, creyentes irretractables en la filantropía de su oficio o adoradores encendidos del Estado... Son, sólo, hombres que obedecen...

Yo he podido comprobarlo en el dominio de la educación: se siguen las normas porque sí; se acepta la Institución sin pensarla (sin leer, valga el ejemplo, las críticas que ha merecido casi desde su nacimiento); se abraza el profesor al "sentido común docente" sin desconfiar de sus apriorismos, de sus callados presupuestos ideológicos; y, en general, se actúa del mismo modo que el resto de los "compañeros", evitando desmarques y desencuentros. Esta docilidad de los funcionarios se asemeja llamativamente a la de nuestros perros: el Estado los mantiene "bien" (comida, bebida, tiempo de suelta,...) y ellos, en pago, obedecen. Igual que nuestro perro, condiciona su fidelidad al trato que recibe y probablemente no nos considera el mejor amo del mundo, el funcionario no necesita creer que su Institución, el Estado y el Sistema participan de una incolumidad destellante: mientras se le dé buena vida, obedecerá ladino... Y encontramos, por doquier, funcionarios escépticos, antiautoritarios, críticos del Estado, anticapitalistas, anarquistas,..., obedeciendo todos los días a su Enemigo sólo porque éste les proporciona rancho y techo, limpia su rincón, los saca a pasear... Me parece que la docilidad de nuestros días, en general, y ya no sólo la "docilidad funcionaria", acusa esta índole perruna... » (2)

Educación y escuela se funden en el mismo concepto para los planteamientos pedagógicos de hoy en día. Nada más falso. La “importancia y necesidad” de la escuela es un mal endémico del capitalismo y del Estado que los pedagogos ya han asumido como suyo. Sólo las teorías de la desescolarización han acertado a arañar las imposturas de los progresistas pedagógicos. Teorías enterradas incluso por los propios libertarios. La escuela, por su propia concepción y estructura, nunca podrá propiciar una revolución social. Por mucho que se maquille el envoltorio, la escuela es una imposición del progresismo burgués.

Al inicio hicimos notar el surgimiento de la educación institucionalizada; de ahí a nuestra actual situación encontramos no solo a la escuela sino a la mayoría de los organismos de la sociedad con el virus de la institucionalización. Toda actividad humana está amenazada por una ley que rige el deber ser de cada uno de nosotros; nacimos para desempeñar una función que nos han de asignar a través del proceso de la escolarización. La planificación (la definición) se ha vuelto la esquizofrenia de la sociedad. La justificación más grande que ha usado la escuela para adoctrinar al niño desde temprana edad aparece con el pensamiento burgués (Locke). El niño es considerado un ser irresponsable, incapaz de la conciencia y por ende de la madurez que posteriormente le dará su libertad. El sometimiento (desplazando el aprendizaje extraescolar donde se da el conocimiento de mayor contenido) se presenta como necesario y forzoso. Los niños se convierten en ineptos desde el principio, dependientes de las instituciones. La transferencia de responsabilidad desde sí mismo hacia una institución garantizará el estancamiento social.

«Si no existiese una institución de aprendizaje obligatorio y para una edad determinada, la "niñez" dejaría de fabricarse. En el presente, la democracia cayó sobre los desposeídos, y con la ley de que todos deben tener acceso a los cuarteles escolares de gobierno, se les ha aplicado el sello de ignorantes igual que a la niñez privilegiada, ahora todos están iguales» Ivan Ilich. La sociedad desescolarizada.



Notas

1: Extracto sacado de la declaración de Alexander Marius Jacob en marzo de 1905 donde tiene lugar en la audiencia de Amiens (Francia) el proceso contra los Trabajadores de la noche. Detenidos desde 1903, detención que ponía fin a una actividad de tres años con más de 150 robos en domicilios, hoteles, castillos e iglesias.

2: Extracto del libro El enigma de la docilidad. Sobre la implicación de la Escuela en el exterminio global de la disensión y de la diferencia. Autor: Pedro García Olivo. Edita: Virus.



 
The East  (PELICULA)
Es una organización anarcoecologista clandestina que atenta contra grandes empresas, responsables de diferentes crímenes contra la humanidad y el medio ambiente. Las acciones del grupo consisten en castigar a los ejecutivos de las empresas causándoles un daño proporcional equivalente al que ellos han causado. 

 VER ONLINE


Juan Carlos Monedero - El gobierno de las palabras
Nunca tan pocos engañaron a tantos. En nombre de la democracia y la soberanía el Estado moderno cede a la dictadura de los mercados. El pensamiento moderno, exhausto, cede las soluciones racionales a supercherías y sectarismos, remedos de espiritualismo de consumo rápido y libros de autoayuda. Época de transición y confusión. ¿Y si la reinvención de la política fuera un antídoto?
Frente a soluciones individuales, ésta es una propuesta de “autoayuda colectiva”.

En las revoluciones en el mundo árabe, la diferencia entre un contratista o un mercenario la marcaba el bando en el que se peleaba. En la Roma clásica, a los esclavos se les llamaba instrumenti vocali; en la Alemania nazi, no se gaseaban personas sino unmenschen. En las barriadas pobres de América Latina, los niños de la calle ya han sido condenados a muerte cuando se les dice desechables.

El lenguaje que creemos hablar, en realidad nos habla. Si el tiempo es oro ¿cómo encontrar cuándo escucharnos? Biendecir es dialogar; maldecir, monologar. Sólo el diálogo construye la felicidad. En su soliloquio, Hamlet enloquecía. Don Quijote, cuerdo, hablaba con Sancho Panza. Tiempo de despensar las palabras que la política convirtió en callejones sin salida.





RAF Facción del Ejército Rojo
(Uli Edel, 2008) LA CUESTION ES, CUAL ES LA SOLUCION? PUES SI TE DESVIAS DE ESTA LE HACES EL JUEGO AL SISTEMA. UNIDOS VS EL ENEMIGO COMUN.....

"La banda Baader-Meinhof" (o "Fracción del ejército Rojo") fue un movimiento armado antisistema fundado en los años 60. Entre sus mortales atentados destacan los cometidos contra Hans-Martin Schleyer, el jefe de la patronal, y contra Siegfried Buback, el fiscal general del estado. Detenidos por la policía en 1972, el 18 de octubre de 1977 los cuatro miembros fundadores de la banda aparecieron muertos en una celda de alta seguridad en la prisión de Sttuttgart. La versión oficial fue el suicidio.


LINK PARA VER EN LINEA
DAr CLICK EN CONTINUE TO VIDEO Y PODRAS VER LA PELICULA.

Sacred Economics with Charles Eisenstein - A Short Film  


HOME DOCUMENTAL SOBRE EL DESARROLLO  
DESTRUCCION  Y MUERTE. AVANZA POR NUESTRA CODICIA, DESEOS Y DESPILFARROS, TODO ES NUESTRO...


Jiddu Krishnamurti - El Libre Pensar 
 ESPERAR SER DICHOSOS UNA VEZ QUE HALLAS OBTENIDO LO QUE PIDES. TE ENGAÑAS; TENDRAS LAS MISMAS INQUIETUDES (TAL VEZ MAS QUE ANTES),IGUALES CUIDADOS, IDENTICOS DISGUSTOS ,SEMEJANES TEMORES, PARECIDOS DESEOS.
LE FELICIDAD NO CONSISTE EN ADQUIRIR Y GOZAR DE LO ADQUIRIRDO, SINO EN NO DESEAR, PORQUE CONSISTE EN SER LIBRE

 

Eréndira Ikikunari (La Indomable) subtitulada
La historia trata acerca de la leyenda de Eréndira, una joven P’urhépecha que en el siglo XVI, durante el periodo de la colonización española, se resistió a la dominación de su territorio por parte de los conquistadores, y terminó con las estructuras sociales que prohibían a la mujer la participación activa en las guerras, además de convertirse en un ejemplo de resistencia por la conservación de su cultura




 Duel (Duelo) - Pavel Koutsky 1997 contra los caminos obligados que llevan hacia el fracaso



Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza.
En 1 minuto, se explica el origen del culto pagano "no divino" a la Virgen de Guadalupe, impuesto por los conquistadores españoles para la manipulación política...
 



El Democidio de la Élite 














NAVIDAD: LA GRAN ORGÍA DE LA ESTUPIDEZ
 


Todos lo sabemos: las fiestas navideñas son la gran orgía del Sistema.
Durante esta época del año, todo cuanto nos rodea es una impúdica exhibición del poder subyugante del Sistema sobre nuestra mentes.
Sin recato alguno, la maquinaria del Sistema nos dice qué debemos pensar, cómo debemos actuar, qué nos debe gustar y cómo debemos expresarnos.
Nos convertimos en esclavos de compromisos y reglas no escritas y nos vemos obligados a gastar dinero con el fin de aparentar ante los demás y ante nosotros mismos.
No hace falta ahondar demasiado en el tema, pues es de todos sabido y cualquier persona con un mínimo de conciencia ya se habrá dado cuenta de ello.
Pero la Navidad nos ofrece también una oportunidad única: la posibilidad de ver de forma mucho más clara cuáles son los engranajes de esta maquinaria infernal que llamamos Sistema y que el resto del año vive agazapada en nuestra psique, manipulándonos como a títeres.






Para comprenderlo mejor, solo tenemos que hacernos unas simples preguntas:

¿Por qué razón actuamos de esta manera en esta época del año?

¿Qué justificación lógica hay para ello?

Al hacernos preguntas como estas es posible que aparezca la típica persona bien informada y nos hable sobre los orígenes paganos de la Navidad y su relación con el solsticio de invierno. Incluso es posible que ataque las actitudes actuales relacionadas con el consumismo desenfrenado, tildándolas de perversas y que reclame la necesidad de volver a los auténticos orígenes de la celebración y a su más que posible espíritu original.

Pero no nos engañemos: una persona que se presente con estos argumentos solo estará reclamando las bondades de una anterior versión del Sistema; algo así como vendernos las maravillas de Windows XP en comparación con los terribles defectos de Windows Vista.

Nosotros vamos más allá: nos preguntamos directamente para qué necesitamos tener instalado un “sistema operativo” en nuestra mente y cuáles son sus efectos sobre nuestra existencia.

Volvamos pues, a repetirnos las preguntas:

1-¿Por qué razón actuamos de esta manera en esta época del año?

2-¿Qué justificación lógica hay para ello?

La respuesta a la primera pregunta es obvia.

Actuamos así, nos comportamos como nos comportamos y hacemos lo que hacemos, porque nos han dicho desde pequeños que “es lo que toca hacer en estas fechas del año”

Y punto.

Los pretextos que pongamos para repetir los mismos rituales en las mismas fechas, son irrelevantes, porque ya nadie recuerda ni a nadie le importa cuál es su supuesta justificación argumental.

En la mente de las personas, solo existe un mecanismo instalado que dicta: “estamos en tal fecha y toca hacer tal cosa, como hicimos el año anterior”

Y así es como año tras año, lo vamos repitiendo como robots programados.

Dependiendo de su posición en el calendario, el programa nos hará cantar villancicos, correr borrachos ante un toro por un callejón o achicharrarnos apretujados tumbados en la arena de una playa.
  



Llevamos instalado el mismo tipo de programación que le aplicaríamos a una máquina.
Por otro lado, si salimos a la calle y le trasladamos a la gente la segunda pregunta “¿qué justificación lógica hay para ello?”, quizás nos respondan que la justificación para tantas festividades es “celebrar el nacimiento de Jesús” o “pasar unos días con la familia”; pero en el fondo todas las respuestas ocultan una misma justificación implícita: “en estas fechas debemos actuar de esta manera porque es lo que hacen todos los demás y no queremos quedar aislados del resto del grupo”
Así pues, y resumiendo: durante la navidad, actuamos como actuamos porque “toca” hacerlo y porque lo hace el resto de gente.
Fantástico: una fabulosa muestra de la evolución humana y de su intelecto superior; argumentos de peso dotados de un “profundo sentido existencial”, que reflejan muy claramente el tipo de esclavitud mental a la que estamos todos sometidos.
Llegados aquí, deberíamos preguntarnos: ¿Cómo hemos llegado a este profundo nivel de estupidez y aborregamiento colectivo? ¿Cómo puede ser que seres racionales actúen de forma tan irreflexiva, sin tan solo preguntarse sobre el por qué de sus actos?
Para tratar de responder a estas preguntas, debemos comprender cómo funcionan algunos mecanismos…




EL SISTEMA SIEMPRE TIENDE AL VACÍO DE SENTIDO

Este es un hecho que realmente cuesta de comprender.

Y es que con el paso del tiempo, cualquier costumbre o hábito repetido en sociedad, tiende por naturaleza a perder su razón original de ser y a convertirse en un ritual periódico vacío de todo significado y sentido, que empuja a las personas a repetirlo por el simple hecho de repetirlo.

Es algo parecido a un estado de hipnosis masivo en el que las personas fueran inducidas a repetir el mismo acto una y otra vez al recibir una señal determinada.

Pero, ¿cómo y por qué sucede eso?



LA ELIMINACIÓN DE LA CONCIENCIA INDIVIDUAL

Como hemos dicho otras veces, el principal objetivo del Sistema es reducir nuestra conciencia individual al mínimo, con el fin de arrebatarnos el poder y el control sobre nosotros mismos.

Eso es algo que consigue automatizando tanto como puede nuestras respuestas, como si fuéramos una máquina programada con una serie de mecanismos lógicos y en el caso concreto de las costumbres y tradiciones, lo consigue porque aprovecha una tendencia natural del intelecto humano.

Lo entenderemos mejor a través de un ejemplo.

Cuando aprendemos a conducir un coche, en los inicios, cada acción que llevamos a cabo la afrontamos de forma plenamente consciente. Cuando queremos poner en marcha el coche, escuchamos nuestra propia voz dentro de la cabeza, repasando todos los pasos que debemos llevar a cabo: “gira la llave, enciende el motor, aprieta el pedal del embrague, acciona la palanca de cambios y pon la primera marcha, suelta el embrague despacio a medida que vas apretando el pedal del acelerador, etc…”
 

Curiosamente pero, a medida que aprendemos a conducir, nuestra voz consciente se va apagando, como si se alejara en nuestro interior, hasta que al final realizamos todas estas acciones de forma automática.

De alguna forma, cuando aprendemos a conducir, tendemos a convertirnos en máquinas más eficientes y somos capaces de realizar muchas más acciones y de forma más rápida y eficaz, porque simple y llanamente, hemos programado nuestra mente para actuar directamente, saltando los filtros del pensamiento consciente.

Es algo que podemos comprobar fácilmente: si mientras conducimos el coche en nuestro día a día dejamos de actuar con esa especie de “piloto automático” y empezamos a escuchar de nuevo la voz consciente diciéndonos qué pedal debemos apretar, cómo y cuándo y elucubrando qué marcha debemos poner a cada momento, es posible que cometamos errores graves de conducción y al final tengamos un susto, como si volviéramos a nuestros primeros días en la auto-escuela.

Así pues, por motivos de eficiencia, nuestra mente tiende a automatizar todas aquellas acciones repetitivas que pueden ser sustituidas por mecanismos de programación cerebral, dejando la voz consciente y racional en un segundo plano.

Es una de las capacidades maravillosas que nos otorga nuestro fabuloso cerebro.

El gran problema se presenta cuando aplicamos estos mismos mecanismos de automatización a otros ámbitos de las actividades humanas, para los cuales no resultan adecuados.

Éste es el truco que aplica el Sistema para programarnos y dominarnos.

Aprovechando esta tendencia natural a la automatización de acciones repetidas, el Sistema consigue que aceptemos eliminar nuestra voz consciente en otro tipo actividades que implican una mayor escala temporal y en las cuales sí sería necesario tomar conciencia del cómo y el porqué de nuestros actos.

Eso explica, que cada año, por ejemplo, repitamos los mismo rituales una y otra vez en las mismas fechas sin tan solo preguntarnos cuál era la función original que justificaba su existencia ni cuál es su utilidad para nosotros.

Llega la fecha y simplemente, hacemos “lo que toca”, de la misma manera que vemos el semáforo en rojo y apretamos el pedal del freno.

Lo hacemos automáticamente…y eso nos convierte en poco más que autómatas.
  


CONSECUENCIAS
Pero hay una consecuencia final adicional para todo lo expuesto anteriormente: y es que cualquier elemento o actividad que ponga en duda el funcionamiento del propio Sistema, acaba siendo incorporado al propio Sistema como un mecanismo propio de él.
Dicho de otra manera: gracias a los mecanismos que acabamos de exponer, el Sistema adquiere la capacidad de convertir un gesto de rebeldía o de subversión contra el propio Sistema en una nueva costumbre o hábito, de manera que cualquier individuo que emprenda una acción contra las cadenas que le aprisionan, verá como tarde o temprano, su propia acción se convierte en una nueva cadena que aprisiona su libertad y la de los demás.
Tenemos un ejemplo muy curioso de ello en las propias tradiciones navideñas.


 




EL CAGANER
Posiblemente, uno de los ejemplos más evidentes de cómo el Sistema es capaz de incorporar elementos que ponen en duda sus lógicas de funcionamiento, lo encontramos en la simpática figura del caganer.
Para quien no lo sepa, el caganer es una figurita tradicional catalana, que se sitúa en los belenes o pesebres y que consiste en un hombre haciendo sus necesidades.



Recordemos que el belén es una representación tradicional del nacimiento de Jesús y que por lo tanto está dotado de un profundo sentido religioso, simbólico y trascendental.

Que a alguien, hace siglos, se le ocurriera añadir algo tan mundano como un hombre cagando, compartiendo escenario con el mismísimo Niño Jesús, la Virgen Maria, San José y el Ángel de la Anunciación, solo puede calificarse como un acto subversivo, insolente, burlesco y transgresor.
 



Sin embargo, y a pesar de las evidencias que indican que el origen del caganer es una burla a la trascendencia de lo sagrado y una transgresión de las reglas que rigen el Sistema, el Sistema no sólo ha conseguido darle al vuelta al concepto original del caganer, llegando a incorporarlo como elemento tradicional del pesebre, sino que al final ha conseguido eliminar su significado original, convirtiéndolo en un elemento inocuo y vaciándolo de su sentido subversivo original.
  

La demostración de este hecho la encontramos reflejada en la propia historia oficial del caganer: nadie es capaz de establecer cuáles son los orígenes de la figura, sin embargo no han faltado las personas biempensantes que le han otorgado un significado simbólico, con el fin de anular su valor como elemento transgresor.
Resulta risible, hasta rozar lo patético, leer que “el caganer representa un símbolo de salud, prosperidad y buena suerte para el año siguiente, porque está devolviendo a la tierra lo que de ella procede, pues la fecunda con sus heces” o que es “una síntesis que harmoniza el mensaje trascendente y sobrenatural con la realidad material más mundana y los condicionamientos biológicos de nuestro organismo”




Si el caganer es un símbolo de prosperidad que nos recuerda nuestra realidad más mundana y es tan normal situarlo en el mismo escenario que lo sagrado, ¿porque no hay representaciones de gente cagando en ninguna iglesia o edificio sagrado?
Si es tan normal mostrar a un tipo defecando en el mismo escenario del nacimiento de Jesús, ¿por qué no vamos a considerar aceptable ver a un tipo haciendo lo mismo cerca del Papa cuando oficie una misa en el Vaticano?
Si es tan normal representar lo mundano al lado de lo sagrado, suponemos que los creyentes no tendrán problema en situar un gran falo erecto al lado de la pila del agua bendita bajo el argumento de que es “una síntesis que harmoniza el mensaje trascendente y sobrenatural con la realidad material más mundana y los condicionamientos biológicos de nuestro organismo”




Como podemos deducir, todos esos argumentos que tratan de justificar la presencia del caganer en el pesebre otorgándole un carácter simbólico, tienen una única función: eliminar todo rastro de transgresión alrededor de esta figura.

Un trabajo que acostumbran a realizar de forma voluntaria todas aquellas personas biempensantes cuya única función a lo largo de la historia ha sido defender el Sistema de toda idea que pueda poner en peligro sus lógicas de funcionamiento.

Y es que es bastante obvio cuál debe ser el origen del caganer.

Lo más probable es que el caganer naciera como una travesura transgresora que alguien situó furtivamente en un pesebre a modo de burla del propio Sistema. Dicha acción fue imitada por otras personas de las clases populares y al final, con el paso del tiempo y de las generaciones, aquel acto que en sus orígenes tenia un significado casi subversivo, se convirtió en una costumbre, hasta que la gente olvidó su sentido original y finalmente se transformó en una tradición más.

Una tradición tan vacía de sentido como la del propio belén.
  


Hoy en día, el caganer, la figurita insolente, se ha convertido en algo obligatorio que ningún catalán puede obviar en su pesebre si no quiere sentir que está incompleto; y está tan incorporada al Sistema que se ha convertido en un negocio por sí mismo, pues ya se representan los personajes más célebres de cada año a modo de caganer.


El caganer nació como un insulto contra el Sistema y al final se ha convertido en todo lo contrario: un símbolo del Sistema durante la Navidad.

Es así de triste.

Ya es un nuevo eslabón de la cadena que nos aprisiona.
  




Tienda con estantería llena de caganers. El triunfo del Sistema, convertido en negocio

CONCLUSIÓN
Es evidente que el mundo de los humanos se ha construido a base de definiciones inventadas por nosotros mismos; de etiquetas que sirven para clasificar y categorizar los conceptos que nosotros mismos creamos.
Uno de los grandes triunfos del Sistema ha sido conseguir que en nuestro mundo sea más importante la etiqueta con la que clasificamos las cosas que su significado profundo o su sentido original.
Eso explica que la “repetición periódica de conductas necias sin sentido ni función práctica por parte de personas que actúan sin pensar ni hacerse preguntas”, haya terminado por ser tan importante.
Simplemente, la hemos llamado “tradición”.
Con tan solo una simple etiqueta y un nombre pomposo, “tradición”, hemos conseguido que la repetición periódica de una memez, esté dotada de un sentido trascendental para nuestra evolución cultural.
Aunque sea un acto de profunda estupidez como perseguir un queso rodando cuesta abajo por una pendiente, arrojar una cabra desde un campanario o pinchar con lanzas a un toro.




O celebrar el nacimiento de un hombre del que ni tan solo sabemos en qué día nació…
Algunas personas creen que la tradición es uno de los pilares fundamentales de las sociedades humanas y de la civilización.
Y sin duda, tienen razón: la tradición es un pilar fundamental y como todo pilar, su función principal es soportar peso.
El problema es que la gran mayoría cree que este pilar soporta el peso de un templo, cuando en realidad, lo que soporta es el peso de un manicomio…



DECRECIMIENTO PARA UNA VIDA QUE VALE LA PENA
Los partidarios del decrecimiento proponen una disminución del consumo y la producción controlada y racional, permitiendo respetar el clima, los ecosistemas y los propios seres humanos. Esta transición se realizaría mediante la aplicación de principios y prácticas que surgirían una vez asumida una situación de recursos limitados: reducción de escala de los mercados, relocalización, incrementar la eficiencia, mayor cooperación, autoproducción (e intercambio), fabricación de productos más durables (en oposición a la obsolescencia programada, etc.)

 

El movimiento social, la criminalización y la capucha
El anarquismo no solo está presente en la protesta, también se ha encargado de realizar vínculos con las distintas luchas sociales y procesos organizativos: sectores laborales, medios libres, movimientos indígenas, etc. El entrevistado explica que los anarquistas realizan trabajos en los cuales no siempre se utiliza la capucha, pues esta tiene tres finalidades: identidad, seguridad y protección



El movimiento social, la criminalización y la capucha from Regeneracion Radio on Vimeo.
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Los muertos de siempre, muriendo de nuevo pero ahora para vivir





Política para Idiotas 


La acción directa es un acto de autodefensa, no de ofensiva
 UN MUNDO NUEVO EN NUESTROS
CORAZONES, UN MUNDO DE IGUALDAD
Una sociedad nueva; apoyo mutuo, solidaridad, sistemas de cooperatividad son algunos de los planteamientos del anarquismo. "El anarquismo no solo es golpear policías, intenta crear conciencia" dice el entrevistado a Regeneración Radio. Posteriormente habla de la estrategia del Bloque Negro como protección de un contingente. Puntualiza: la violencia viene del estado: escases de recursos, falta de oportunidades, discriminación, pobreza





Los enfrentamientos con la policía y el porqué de la protesta
La violencia policial es una constante en las protestas, se ha caracterizado por la portación de armas y los atentados en contra de la vida. En este video podemos encontrar un análisis del derecho a la manifestación como una respuesta ante la violencia cotidiana. "Lo que quieren hacer ver que está mal son las pérdidas económicas, no te enseñan que esa cosa puede ser recuperable. A nadie le enseñan que no es recuperable perder tu vida trabajando siendo explotado"




SUEÑO: MOVIMIENTO NACIONAL


¿Cuántas veces puedes escuchar el mismo discurso?
 sin darte cuenta que son solo palabras vacias
de manipulación engañando al pueblo para hacerle creer que estan tratando de solucionar
y cambiar la situacion para bien común pero lo unico que buscan es que todo siga avanzando
hacia su conveniencia